El proyecto tiene como objetivo hacer un seguimiento específico del ozono troposférico.
El Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC participa en el proyecto CAPTOR, que está liderado por Jorge García Vidal y José María Barceló, de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y que tiene como objetivo hacer un seguimiento específico del ozono troposférico.
Con una duración de tres años, y financiado con dos millones de euros para el programa Horizon 2020 de la UE, participa un consorcio formado por ocho entidades, entre ONG y centros de investigación de España, Italia, Austria y Francia.
En el marco de CAPTOR se está instalando y manteniendo una red de sensores de bajo coste en casas particulares de voluntarios para proporcionar datos reales de calidad del aire. Se han ubicado en tres regiones europeas muy afectadas por la contaminación por ozono troposférico: la zona Barcelonès-Vallès Oriental-Osona (España); la Llanura Padana, en el Valle del Po (Italia) y Burgenland, Estiria y Baja Austria (Austria).
Los sensores, desarrollados en la UPC, son gestionados y mantenidos por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC y por la UPC. Las científicas del IDAEA responsables, Anna Ripoll y Mar Viana, también han calibrado los sensores comparando los datos recogidos con los sensores con los obtenidos en los laboratorios y las estaciones oficiales de la red de calidad del aire.
Los dispositivos sensores se inspiran en la tecnología Internet de las cosas (IoT). Están preparados con todos los componentes necesarios para medir la cantidad de ozono y transmitirlo por internet con comunicación inalámbrica. Los científicos están probando dos tipos de dispositivos: unos basados en tecnología Arduino (plataforma de computación de código abierto) y con sensores de ozono de tipo metal-óxido; y los segundos con tecnología Raspberry Pi (una placa computadora) y con sensores de ozono electroquímicos.
Como el ozono troposférico es un contaminante que se forma en verano, las campañas de instalación y seguimiento se hacen también en los meses de verano. Este año y hasta el momento se han instalado sensores en 12 hogares de Cataluña y 10 de Austria. Cuando se instalen los de Italia, llegarán a tener un total de 61 puntos de captación de datos, como la campaña de 2017.
El ozono troposférico es un contaminante secundario, que se origina a partir de reacciones fotoquímicas entre óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV), emitidos principalmente en las ciudades. Cuando estos contaminantes gaseosos han sido expuestos a intensa luz solar, interaccionan y forman el ozono troposférico, lo que sucede casi siempre cuando ya se han desplazado y están, pues, lejos de los puntos emisores.
De hecho, explica Mar Viana, investigadora del IDAEA-CSIC, si se observan los mapas de calidad del aire, se ve como los puntos que indican la concentración de ozono van aumentando su valor a medida que se alejan de las grandes ciudades.
Por eso, el ozono troposférico es a menudo un contaminante olvidado, porque produce efectos lejos de las zonas que emiten los gases que lo causan. La población que sufre las consecuencias no son emisores, y la población que puede contribuir a reducir la emisión, no sufre los efectos.
Con el proyecto CAPTOR, ciudadanía y científicos colaboran para abordar el problema de la contaminación por ozono en Europa. De hecho, su objetivo es fomentar la colaboración de base entre comunidades locales, ciudadanía, organizaciones no gubernamentales y científicos, para concienciar y encontrar soluciones a este problema.
La información en tiempo real de los nodos CAPTOR se puede consultar a través de la app captorAIR, accesible a través de captorair.org o por descarga desde Google Play.
En el proyecto también se ha desarrollado airACT, una app que informa sobre los valores horarios y diarios de los principales contaminantes del aire a partir de los datos de las redes oficiales de control de la calidad del aire en cada país.
Además de la UPC, en Cataluña participan el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC, la red ciudadana Guifi.net y Ecologistas en Acción.
Los investigadores de la UPC han encargado del desarrollo de los sensores CAPTOR y los algoritmos para calibrar los sensores; desde el IDAEA, del análisis de datos obtenidos y de calibrar los sensores; Guifi.net ha realizado tareas de apoyo a las plataformas digitales del proyecto, y desde Ecologistas en Acción, de las actividades de concienciación, colaboración y movilización ciudadana así como de divulgación y comunicación del proyecto. El proyecto también cuenta con el apoyo del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalidad de Cataluña.
La contaminación del aire es el problema medioambiental que más preocupa a los ciudadanos europeos. Es responsable de 400.000 muertes prematuras cada año y causa daños considerables a la agricultura así como en el entorno natural, según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente.