1.- ¿Es éste un buen momento para crear empresas tecnológicas?
Después de un periodo de recuperación de la burbuja tecnológica de los 80, ahora estamos en un buen momento a nivel internacional, podríamos llamarlo de “renacimiento emprendedor”. Los países desarrollados son conscientes de la importancia de generar y mantener cierto control sobre ideas innovadoras generadas en su territorio que podrían tener impacto económico internacional. El precio a pagar si no se hace nada puede ser alto, me refiero a la pérdida de control sobre las innovaciones que facilitan la productividad. En España estamos acostumbrados a crear riqueza siendo muy dependientes desde el punto de vista tecnológico, pero en los últimos años se ha progresado bastante en la buena dirección.
2.- ¿Cuál es el papel de las instituciones científicas y universitarias en esta evolución?
En estas instituciones ha tenido lugar un avance importante durante los últimos años, apoyando la explotación comercial de su conocimiento mediante la creación de empresas. Frecuentemente esto ha ido contra corriente de la cultura imperante, generando situaciones complejas o asumidas con dificultad por la institución, los departamentos o los propios compañeros. Incluso hemos visto la necesidad de crear empresas en el límite de la legalidad, en cuanto a la participación de sus investigadores por ejemplo. Gracias a esa evolución, reconocida con iniciativas como los cambios introducidos recientemente en la LOU, hoy podemos contar los casos de muchas empresas spin-off, algunas de ellas de gran éxito internacional. Otro efecto de esos cambios es que ahora disponemos de un marco regulador más estimulante para los emprendedores potenciales de estas organizaciones.
3.- ¿Significa esto que hay que crear empresas a toda costa?
No, debemos ser cautos a la hora de plantearnos objetivos, pues no se trata de crear empresas sin más. El interés común está en potenciar aquellas iniciativas realmente capaces de crear riqueza y empleo, no en externalizar servicios que podrían prestarse con similar calidad desde las instituciones de investigación. Creo que las instituciones tienen ahora varios retos importantes, y uno de ellos es apoyar a equipos capaces de crecer con sus propios recursos al margen de las instituciones, aunque para ello necesiten utilizar durante un tiempo sus recursos e infraestructuras. En cualquier caso, no es una tarea sencilla, porque no se puede prever qué empresas van a ser capaces de sobrevivir a cierta “selección natural”. Otro reto importante es el de profundizar en eso que llamamos cultura emprendedora, por ejemplo introduciendo asignaturas de creación de empresas en las titulaciones y en los programas de postgrado.
4.- ¿Cuáles son las necesidades de los emprendedores de base tecnológica?
Sobre todo, los aspectos comercial, financiero y de búsqueda de clientes. A pesar del reconocimiento generalizado de la importancia de las pequeñas empresas para la innovación y el empleo, el acceso a la financiación está sometido a importantes limitaciones.
También es fundamental para los emprendedores mantener o captar recursos humanos técnicos con suficiente capacidad y experiencia, así como gestionar adecuadamente los derechos de explotación de la I+D, aunque estos dos aspectos no suelen ser mencionados por los emprendedores como los más críticos para la supervivencia.
5.- ¿En relación con la financiación, dónde están los principales obstáculos?
Creo que el principal obstáculo, por encima de la escasez de capital semilla, es la asimetría en la información entre emprendedores e inversores. Cuando hablamos de nuevas empresas tecnológicas nos encontramos en el extremo opuesto a los mercados de capitales, en los que abunda la información en ambos sentidos.
Un número creciente de inversores tiene interés en obtener información sobre buenas iniciativas empresariales tecnológicas, pero no les resulta sencillo conocer dónde están esos equipos, y cuando llegan a conocerlos, tampoco les resulta fácil valorar las oportunidades de negocio que ofrecen. Hay que tener en cuenta que hablamos de tecnologías que suelen requerir importantes esfuerzos adicionales en I+D y que, en el mejor de los casos, tienen sus productos o servicios en fase de prototipo.
Para estos inversores, estimar los posibles beneficios de esas empresas tiene muchas veces un componente importante de confianza en el equipo y de empatía personal, porque el esfuerzo necesario para reunir toda la información que permitiría una valoración exhaustiva no se considera rentable.
6.- En relación con esta necesidad de información ¿Qué papel juegan los programas públicos de apoyo a la creación de empresas?
Las subvenciones y otras ayudas públicas a los emprendedores tienen en algunos casos un efecto de “aval técnico” y pueden ser muy interesantes para apalancar esas inversiones privadas. De igual modo, algunos premios y reconocimientos públicos aportan ciertas garantías sobre el potencial de los proyectos y de los equipos ganadores. En este sentido, nos consta que los Premios madri+d, en su modalidad de Ideas y Nuevas Empresas de Base Tecnológica, han servido para dar a conocer los proyectos y atraer inversores.
7.- ¿Cuáles son los servicios y actividades de la Oficina del Emprendedor de Base Tecnológica madri+d?
La Comunidad de Madrid, tal vez por disponer de un número importante de infraestructuras científicas y tecnológicas, ha sido pionera en la introducción de programas de emprendedores en un marco de trabajo en red con esas instituciones. Concretamente madri+d ha actuado desde el año 2000 como aglutinador de intereses, haciendo llegar a los emprendedores servicios de calidad no existentes en ese momento, u organizando actividades conjuntas como la Semana del Emprendedor de Base Tecnológica.
Actualmente queremos facilitar la transparencia en la información sobre los proyectos empresariales de base tecnológica de la Comunidad de Madrid. Para ello, ofrecemos, entre otros, servicios de valoración y de análisis de la propiedad intelectual de utilidad para emprendedores e inversores. Estos servicios son complementarios a otros que facilitan el acceso a otras fuentes de financiación (incluyendo una red propia de inversores, BAN madri+d) y a profesionales de calidad para acompañar a los emprendedores desde la elaboración del plan de negocio y durante los primeros años de vida de sus empresas.