La Universitat de València y la Universidad Complutense de Madrid participan en un estudio internacional sobre estrategias recomendables para hacer frente al problema de la resistencia antimicrobiana
La Universitat de València (UV) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM) junto a otros especialistas de hasta ocho centros de investigación europeos, asiáticos, australianos y americanos, concluyen que para luchar contra las bacterias superresistentes adaptadas a los fármacos actuales, los mejores métodos son los bacteriófagos, la tecnología CRISPR y la nanotecnología.
El trabajo, editado por la Universidad de Santiago de Compostela y publicado en Drug Delivery and Translational Research, ha consultado a expertos reconocidos en estas técnicas, entre ellos a Richard J Roberts, Premio Nobel de Medicina en 1993.
“El uso de bacteriófagos (virus que sólo infectan bacterias y no nuestras células eucariotas), la tecnología CRISPR (a base de modificaciones genéticas, donde las proteínas Cas pueden activarse, permitiendo recortar y destruir el RNA de las bacterias y virus) y la nanotecnología son una solución que cada vez está teniendo evidencias más claras contra la presencia creciente de estas bacterias resistentes”, afirma Ana Melero, del Departamento de Farmacia, Tecnología Farmacéutica y Parasitología de la UV.
Según los especialistas, las estrategias recomendables para hacer frente a este problema han de realizarse a diferentes niveles. Así, “se ha de aumentar la consciencia del paciente sobre la situación y las medidas para reducir nuevas resistencias, se ha de disminuir el mal uso o abuso actual de fármacos, se ha de mejorar la selectividad de los tratamientos y se han de identificar nuevos antibióticos, incluidas moléculas pequeñas y enfoques más complejos, como por ejemplo, fármacos biológicos”, explica Juan Aparicio, investigador de la Facultad de Farmacia de la UCM.
Lo que ha llevado a esta situación, aseguran, ha sido el mal uso de antibióticos tradicionales (abuso para el uso humano), el uso masivo de medidas higienizantes, el uso excesivo de antibióticos en la agricultura o la pesca y la incorrecta administración o finalización de tratamientos.
En el estudio, se entrevistó a personajes relevantes en el campo de los sistemas avanzados de adminsitración de fármacos para reducir o evitar las resistencias a los antibióticos. Se trata de Claus-Michael Lehr (Saarland University, Alemania), y Clive Prestidge y Nicky Thomas (ambos de la University of South Australia, Australia), junto al citado Richard J Roberts.
La investigación también explica las barreras que tienen que atravesar los fármacos para llegar a la zona en la que tienen que actuar, por ejemplo, por vía oral, el pH ácido del estómago que degrada muchos fármacos. Cuando llegan a la zona en la que están las bacterias, deben atravesar el llamado biofilm, que es una especie de gel que se forma cuando varias bacterias forman una colonia con agua, carbohidratos y proteínas que secretan, y que les sirve de protección a la colonia. Una vez los medicamentos atraviesan este biofilm y llegan a la bacteria, tienen que superar principalmente su cubierta externa.
En este trabajo de perspectiva, han participado especialistas del comité científico joven de la sociedad internacional Controlled Release Society: Chelsea Thorn, Nikhar Viswakarma y Juan Aparicio y el artículo tuvo su germen en el encuentro anual de la sociedad. La revista “Drug Delivery and Translational Research” está asociada a la CRS. La editora de este artículo es Mª José Alonso (premio Nacional de Investigación, Premio Jaume I).
Referencia del artículo: Aparicio-Blanco, J., Vishwakarma, N., Lehr, CM. et al. «Antibiotic resistance and tolerance: What can drug delivery do against this global threat?». Drug Deliv. and Transl. Res. (2024). https://doi.org/10.1007/s13346-023-01513-6.