Nasa
¡Ah! La ciencia desnuda de humanismo
es letra muerta. Un chanto, agudo o ciego,
no es buen tamiz del discurso del fuego,
oráculo emitido a ras de abismo.
La última voz es siempre el egoísmo;
sabe a poco el espliego junto al riego
a quien ignora el límite del juego
y hace del sueño el único realismo.
Regla en mano, secuaz, mueve el azar
y ante una flor tiene alma adormecida.
Sé que me contradigo como el mar,
pero enraizado en lo hondo de la vida.
Los sabios a merced del militar
se pierden en un coto sin salida.