La eliminación de la bacteria responsable de las úlceras pépticas disminuye en hasta un 22% la probabilidad de padecer un cáncer gástrico en las personas mayores de 60 años.
La bacteria Helicobacter pylori es un microorganismo que habita en las paredes del estómago y que es bien conocido por su papel en el desarrollo de úlceras pépticas -sobre todo en el estómago y en el duodeno-. De hecho, se estima que esta bacteria se encuentra detrás de más de la mitad de las úlceras pépticas que se producen en todo el mundo. Tal es así que, a diferencia de como se hacía en el pasado, en el que estas úlceras eran siempre tratadas mediante cirugía, el tratamiento actual tan solo requiere de la toma por el paciente de un antibiótico frente a H. pylori. Sin embargo, es posible que esta erradicación terapéutica de la bacteria de beneficios más allá de la curación de unas digestiones ciertamente dolorosas y del resto de complicaciones asociados a las úlceras. Y es que como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Departamento de Medicina de la Universidad de Hong Kong (Hong Kong), la eliminación de H. pylori reduce de forma muy significativa el riesgo de desarrollar un cáncer de estómago, sobre todo en las personas mayores.
Como explica W. Keung Leung, director de esta investigación presentada en el marco de la XXV Reunión de la Unión Europea de Gastroenterología (UEG) que se está celebrando en Barcelona, "hemos observado un riesgo significativamente menor de cáncer gástrico en las personas mayores de 60 años que han recibido tratamiento antibiótico para su infección por H. pylori. Esta reducción del 22% es ciertamente destacable y sugiere que el tratamiento de esta infección tiene un valor real".
BACTERIA 'CARCINÓGENA'
El H. pylori es una bacteria que habita exclusivamente en los seres humanos y que se cree que infecta a hasta un 50% de toda la población mundial. Sin embargo, no todas las personas manifiestan síntomas. De hecho, la detección de la infección solo tiene lugar una vez el afectado ha desarrollado síntomas de irritación gástrica, caso de la dispepsia y el reflujo gastroesofágico -el consabido 'ardor de estómago'-. Y es que este microorganismo es responsable de más de la mitad de las úlceras pépticas y de las gastritis. Un descubrimiento alcanzado en 1982 y que valió un Premio Nobel de Fisiología o Medicina en el año 2005. Es el momento de que el afectado se someta a un test de sangre o de aliento o, llegado el caso, a una gastroscopia o a un test de heces.
Pero aún hay más. La bacteria H. pylori está clasificada como 'carcinógeno' por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). No en vano, constituye el principal factor de riesgo para el desarrollo de cáncer gástrico -esto es, de estómago-, el cuarto tipo de tumor más letal y responsable de más de 754.000 muertes en todo el planeta en el año 2015 -de las que 5.150, de acuerdo con los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se registraron en España. Un tumor, además, que afecta sobre todo a personas mayores, estableciéndose la edad promedio del diagnóstico en 69 años.
En el estudio, los autores analizaron los historiales médicos de más de 63.000 adultos que habían recibido tratamiento antibiótico frente a la infección por H. pylori. Y lo que vieron es que en los pacientes mayores de 60 años sometidos a tratamiento, la incidencia de cáncer gástrico se estableció en un 0,8%. Una tasa, por tanto, que resulta significativamente inferior a la observada en la población general de su misma edad -un 1,1%-. Concretamente, un 22% menor, lo que sugiere que el uso de antibióticos específicos para esta bacteria puede ayudar a evitar este tipo de cáncer.
TAMBIÉN EN MAYORES
En definitiva, y con objeto de prevenir la aparición de un tumor de estómago en la población mayor, debe sopesarse la posibilidad de administrar antibióticos para erradicar el H. pylori.
Como concluye W. Keung Leung, "si bien la idea tradicional dicta que quizás sea se ha demasiado tarde administrar tratamiento frente a H. pylori en la población mayor, podemos recomendar con total confianza que la infección por esta bacteria sea tratada en los mayores para, así, ayudar a reducir su riesgo de desarrollar un cáncer gástrico".