Fecha
Autor
Nazario Martín (Catedrático de Química en la Universidad Complutense de Madrid.
Premio Jaime I de Investigación Básica 2012. Director Adjunto de IMDEA Nanociencia
Coordinador del Programa 'Materiales Avanzados para Fotovoltaica Molecular FOTOCARBON-CM'

Discurso del acto de concesión de los Programas de Actividades de I+D en Tecnologías

Fue Albert Einstein quien dijo "en los momentos de crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento". En este sentido, si bien la ciencia tiene mucho de conocimiento, me atrevería a decir que tiene aún mucho más de imaginación.

Desgraciadamente, nuestra sociedad y, especialmente, nuestros jóvenes, han vivido/están viviendo una crisis económica (y por lo que estamos viendo, en muchos casos también ética y moral) probablemente sin precedentes en las últimas décadas.

La ciencia se ve en los países de nuestro entorno como origen de riqueza y empleo y, por tanto, en estos momentos de crisis se hace más necesaria que nunca, una apuesta decidida por la ciencia y la tecnología, por el conocimiento y la innovación, como motor de la economía... en definitiva, un nuevo sistema español de ciencia homologable con nuestro entorno socio-económico de los países europeos más avanzados.

Es precisamente en estas circunstancias cuando hay que valorar en su justa medida los esfuerzos inversores en investigación y ciencia por parte de las administraciones públicas. En este sentido, creo que es justo reconocer el esfuerzo que la Comunidad de Madrid ha realizado y está realizando en apoyar la excelencia en investigación con iniciativas como la concesión de estos proyectos del Programa de Actividades de I+D entre grupos de investigación de la Comunidad de Madrid en Tecnologías 2013, hoy ya imprescindibles y motivo por el que nos hemos reunido. Estos proyectos, ciertamente de excelencia, dan continuidad a los que ya se lanzaran dentro del PRICYT de la Comunidad de Madrid que han supuesto una nueva visión de la I+D+i en nuestra Comunidad.

Quizás se debería de mencionar que este apoyo a la excelencia ha sido también plasmado en los Institutos IMDEA, en los que se ha mantenido en estos años críticos el esfuerzo en inversión en investigación, actitud ciertamente de agradecer y que muestra el compromiso actual de la Comunidad.

Sin duda, se han dado pasos importantes. Sin embargo, y estoy convencido de que hablo en representación de la comunidad de investigadores, aún queda mucho por hacer.

La calidad de la ciencia de un país y también de nuestra Comunidad, debe ser decidida por sus ciudadanos, lo que en una democracia equivale a decir por aquellos que los representan, es decir por nuestros gestores y políticos. Un país debe decidir qué ciencia quiere, sabiendo que una ciencia de calidad es una inversión costosa. Hoy más que nunca se precisa que la gestión de esos recursos se haga de manera ejemplar y eficaz. Esto implica algo tan simple y tan complejo a la vez como es facilitar el camino del investigador, eliminando burocracias excesivas que, en muchos casos, conducen a la exasperación y ralentización de la actividad investigadora.

Los científicos, por nuestra parte, tenemos la gran responsabilidad en estos momentos de crisis de hacer una ciencia de calidad con una gestión impecable y optimizada de los fondos que recibimos. Además, tenemos la obligación de mostrar esta ciencia y su potencial interés a nuestros conciudadanos.

Nuestros responsables políticos deben entender, a su vez, que una reducción en la financiación a la investigación produce un daño que afecta no sólo a los proyectos científicos, sino, aún más importante, a nuestros jóvenes talentos que se ven desamparados en su propio país por falta de convocatorias o contrataciones dignas, y obligados, en ocasiones, a hacer su ciencia en aquellos países que si saben apreciar su valía y formación. Esto supone una sangría de talento que no podemos permitirnos. Baste recordar que en España tenemos 750 investigadores por millón de habitantes, muy por debajo de los 1.800 de Francia y los 2.000 de Alemania.

Un último e importante aspecto. Los científicos, cuyas jornadas laborales no saben de relojes, necesitan estímulos y, el mejor de ellos, es conocer las reglas del juego. El mantenimiento estable y regular, sin discontinuidades, de fechas de convocatorias en becas y proyectos y su resolución en tiempo y forma pueden ser de gran ayuda. El reclamado pacto de Estado por la ciencia y una carrera científica definida permitiría consolidar una verdadera tradición científica en nuestro país y evitaría las fluctuaciones tan negativas propias de la alternancia en las instituciones.

Ya hemos dicho que vivimos momentos de crisis, pero es en estos momentos cuando se pueden y se deben realizar cambios decididos y valientes. El gobierno de la Comunidad de Madrid a través de su Consejería de Educación, Juventud y Deporte ha apostado decididamente por los nuevos tiempos y por el nuevo modelo productivo basado en el conocimiento y la educación, en ese nuevo lema de "cambiar ladrillo por neuronas". Si definitivamente se ha asumido que apostar en investigación y educación supone una inversión de futuro y no un gasto, solo nos queda seguir el viejo axioma químico de "ensayemos y veamos". Estoy convencido de que nuestros hijos y sus hijos nos lo agradecerán...

Muchas gracias.

Add new comment

The content of this field is kept private and will not be shown publicly.
Para el envío de comentarios, Ud. deberá rellenar todos los campos solicitados. Así mismo, le informamos que su nombre aparecerá publicado junto con su comentario, por lo que en caso que no quiera que se publique, le sugerimos introduzca un alias.

Normas de uso:

  • Las opiniones vertidas serán responsabilidad de su autor y en ningún caso de www.madrimasd.org,
  • No se admitirán comentarios contrarios a las leyes españolas o buen uso.
  • El administrador podrá eliminar comentarios no apropiados, intentando respetar siempre el derecho a la libertad de expresión.
CAPTCHA
Enter the characters shown in the image.
Esta pregunta es para probar si usted es un visitante humano o no y para evitar envíos automáticos de spam.