Derribar la frontera para escuchar al paciente. Descubrir al enfermo frente a la enfermedad, sus preocupaciones, sufrimiento, miedo, soledad... Hoy en día es un ejercicio infrecuente en la práctica médica, pero algo está empezando a moverse.
Cada vez se habla más de la importancia de comunicarse con los pacientes, de cómo interpretar sus gestos, sonreír, crear disposición para el diálogo...
En definitiva aprender a ser empático y traspasar la actual y dominante práctica médica centrada en una visión tecnocientífica.
"No hay una comprensión del discurso del paciente, jamás se escucha su discurso. El médico pasa visita en el hospital, de uno o dos minutos, y da razón a cuatro preguntas técnicas que tienen que ver generalmente con temas biológicos, casi nunca personales, y cierra la puerta y se acabó".
"El paciente se queda con un montón de dudas de tipo humano y personal".
Así lo explica a EFEsalud el doctor Eduardo García-Rico, jefe de oncología del Hospital Universitario HM de Torrelodones y profesor asociado de bioética y cuidados paliativos de la Universidad San Pablo CEU, distinguido este año con uno de los premios Albert Jovell por un proyecto pionero en España: "Aprendiendo a Escuchar" .
El proyecto (accésit en la categoría de "Acción de formación, transformación, información o sensibilización en torno a la salud") refuerza la reflexión de los estudiantes de medicina sobre el significado de ser un buen profesional, de regresar a una concepción del cuidar además del curar".
"Y también de descubrir en la práctica médica al otro frente a lo otro: el enfermo frente a la enfermedad".
"Se trata un discurso que no aparece en medicina, que no tiene ni el estudiante ni el médico, porque el sistema está organizado para que ese discurso no tenga lugar, no sea posible o esté excluido".
"Y lo que hemos pretendido con esta iniciativa que ha durado dos años y en la que han participado 400 estudiantes de tercero y 15 enfermos oncológicos y sus familiares, es que los futuros médicos además de aprender toda la tecnociencia (anatomía, biología y procedimientos tecnológicos) entiendan que hay algo más, y ese algo más es que hay un paciente".
"Hay que entender que en un proceso oncológico te estás enfrentando a la muerte, entonces no solamente hay preguntas que el paciente no hace sino que ni siquiera se atreve a plantear".
"Y el médico tiene que tener la suficiente empatía para saber cuando hay cuestiones que el enfermo no te va a decir y además como transmitirle la información sin ser violento, crudo, o excesivamente técnico".
DERRIBAR LA FRONTERA: ENTENDER EL SILENCIO
"También hay que saber entender la importancia del silencio, de los tiempos, la importancia de sentirse cuidado".
"Es decir hay que tener una serie de habilidades que habitualmente no se enseñan en la Universidad, habilidades de comunicación, de empatía, de conocimiento, de cual es la situación de la enfermedad, de lo que esa enfermedad supone para la familia".
"Ese paciente puede tener hijos pequeños y seguro que se pregunta si debe o no decir algo a los hijos, o cómo decírselo, y esto nadie se lo explica".
"Entonces la otra parte de la información que el médico no le da al paciente la saca de internet, de amigos, de los que tiene en su entorno".
"El que tiene la suerte de tener un buen apoyo comunitario, tiene menos problemas, pero no todas las personas cuentan con esa ventaja.Las enfermedades, como el cáncer, pueden alargarse en el tiempo afectando a todas las áreas de la vida, tienden a producir aislamiento y soledad.Acompañar no es lo mismo que hacer compañía".
Entender, comprometer, sentir, compartir, estar conmovido, como método de diálogo y por tanto de aprendizaje vivido, han centrado este proyecto del que también han formado parte la psicooncóloga Áurea Esparza y la enfermera Ana Olano.
Todo el equipo entiende que en una medicina cada vez más tecnológica en la que los avances científicos se abren paso a gran velocidad, "los cambios en un planteamiento más humano del ejercicio de la medicina generalmente encuentran más dificultades y obstáculos", señala el doctor García-Rico.
Consideran además que esta iniciativa formativa es "sencilla de implementar y por lo tanto fácilmente replicable no sólo en facultades de medicina, si no en escuelas de enfermería...Cualquier cambio relevante y sostenible en el tiempo ha de comenzar en la formación de los futuros profesionales sanitarios".
De hecho con el primer proyecto, se puso de manifiesto la necesidad de su continuidad en formas organizativas más estables, y así ha nacido en el Hospital Universitario HM de Torrelodones la "Comunidad de Pacientes", para dar apoyo fuera de las consultas a estos enfermos, y en el que participan también otros pacientes que ya han pasado por el citado centro médico".