Tras el fallecimiento del médico Luís Simarro, en noviembre de 1921, se constituyó con sus bienes una fundación que habría de llevar su nombre, destinada al mantenimiento del Laboratorio de Psicología Experimental, que él había creado en la Universidad Central. La Fundación quedó constituida con aportaciones en metálico, acciones y solares, además de una magnífica colección pictórica, con obra de Sorolla, Berruete, Madrazo, y grabados de Durero y Goya; junto a estos materiales se encontraba su espléndida biblioteca y el material -instrumentos y notas- de su laboratorio particular.
Vista general y detalle de la colección de instrumentos científicos
El material científico conservado en el legado Simarro se compone de tres grandes secciones: su correspondencia científica y cuadernos de trabajo, el conjunto de preparaciones histológicas y el instrumental que, en su día, constituyó el primer laboratorio de psicología experimental creado en España. La correspondencia científica y los cuadernos de trabajo son especialmente interesantes ya que Simarro tuvo estrecho contacto con las principales figuras científicas europeas de finales del siglo XIX. Fue, además, un afamado psiquiatra, que atendió a un alto número de pacientes de la burguesía madrileña; sus dietarios incluyen anotaciones de excepcional interés sobre la historia clínica de sus pacientes. El trabajo neurohistológico desarrollado por Luís Simarro, fundamentalmente tras su estancia en París en 1885, tiene gran presencia en el conjunto del legado. Se conserva un extenso cúmulo de preparaciones histológicas, acompañadas de cuadernos de laboratorio vinculados a ellas, algunos dibujos preparados por el propio Simarro y fotografías (en soporte cristal y papel) realizadas sobre estas preparaciones.
Fotografía de caja con bandejas de preparaciones (izquierda), una preparación histológicas y notas manuscritas (arriba derecha) y preparación histológica con anotaciones autógrafas (abajo derecha).
Las preparaciones histológicas de Simarro, y en general las de la Escuela Neurohistológica española, se basaban en el uso de impregnaciones con nitrato argéntico. Simarro, que aprendió estas técnicas durante su estancia en París, introdujo a Santiago Ramón y Cajal en su uso, y desarrollo algunos procedimientos originales. Estas técnicas histológicas, a base de compuestos de plata, estaban relacionadas con las prácticas fotográficas. Simarro era, como muchos de los histólogos de finales del siglo XIX, aficionado a la fotografía y utilizaba este arte como complemento de su trabajo de investigación. Esto explica la presencia en la colección de numerosos positivos fotográficos de vistas microscópicas.
Microfotografías (izquierda) y detalle de una preparación microscópica (derecha).
Simarro fue un investigador de intereses enciclopédicos. En su etapa inicial de formación orientó su actividad hacia el estudio del sistema nervioso, en sus manifestaciones normales y patológicas; abordó su estudio desde distintos enfoques, desde la histología a la psiquiatría. En un segundo momento, desde la psiquiatría, dirigió sus pasos hacia la estructura psicológica del individuo, adentrándose en el campo de la psicología científica. A comienzos del siglo XX, Simarro obtuvo la cátedra de Psicología experimental, asignatura que se impartía en el Doctorado en Ciencias (Sección Naturales), Medicina y Filosofía. Para la actividad docente en esta cátedra, cuyas clases se dictaban en el Museo Pedagógico, estableció un laboratorio con instrumentos para la investigación experimental en psicología: laberinto de Rupp, registradores eléctricos de actividad nerviosa, ergómetros, aparatos para valorar la destreza y coordinación manual, etc. Junto a estos instrumentos de psicología experimental, el legado Simarro conserva una muestra del material técnico utilizado en los estudios histológicos (microscopios, microtomos, etc) y del empleado para captar imágenes microfotográficas, entre ellas un banco óptico de luz monocromática, construido bajo diseño de Domingo Orueta (1862-1926).
Banco óptico
Simarro fue hombre de un intenso compromiso social y político. Vinculado a la Institución Libre de Enseñanza y la masonería -en la que llegó a ocupar un alto rango jerárquico-, participó muy activamente en las protestas contra el fusilamiento de Francisco Ferrer, en ligas de derechos humanos y civiles, movimientos pacifistas,...etc. De esta faceta de su actividad queda testimonio en la documentación de archivo conservada dentro de este legado.