En los últimos años se está comprobando como el futuro de la economía mundial, y de la salud y bienestar del ser humano pasa inevitablemente por los océanos pese a su continua degradación
Globo con el que jugaban niñ@s en la Playa de la Victoria en Cádiz. Fotografía de Rocío Jiménez-Ramos
Una parte importante de esta degradación es consecuencia de la contaminación por plásticos. Y es que cada vez resulta más habitual encontrar más diversidad de restos de basura marina que de biodiversidad cuando paseamos por la playa. Los océanos se están ahogando en plástico. Cada 90 minutos 2.000 Tn de plásticos acaban en el mar y se estima que 5 billones de piezas de plástico están flotando en los océanos de todo el mundo. Con esta tendencia, muchos científicos pronostican que para 2050 tendremos más plásticos que peces en el océano. Los desechos plásticos representan un problema para toda la fauna marina desde la microscópica hasta grandes mamíferos, alcanzando también al ser humano mediante el proceso de bioacumulación.
A pesar de su degradación, el océano aún esconde muchos secretos que a día de hoy seguimos descubriendo y comprendiendo. Uno de estos secretos es un tesoro desconocido para la mayoría del público general: las praderas de fanerógamas marinas.
Fotografía de pradera de fanerógama marina (Posidonia oceanica) del Parque Nacional de Cabrera. Fotografía por Luis G. Egea
Parecen algas, pero en realidad son el único grupo de plantas terrestres con flores que se han adaptado a vivir totalmente sumergidas en el mar desde hace 40 millones de años. Forman densas y productivas praderas presentes en costas de todo el mundo excepto la Antártida y que son clave para la vida marina. Las podemos considerar grandes luchadoras debido, por un lado, a que las pocas especies que hay (alrededor de 63) tienen que competir con las más de 8.000 especies de macroalgas que habitan los océanos y, sobretodo porque este ecosistema de lento crecimiento se encuentran entre los ecosistemas más amenazados del mundo como consecuencia de la presión humana (cada 30 minutos se pierde un campo de fútbol de éstas praderas a nivel mundial). Debido a su alta productividad, las fanerógamas marinas proporcionan un gran número de funciones y servicios ecosistémicos como son, entre otras, el incremento de la biodiversidad, la mejora de la calidad del agua y la captura de CO2 (más incluso que los bosques tropicales). Puedes ver un video de la gran cantidad de vida marina que albergan y sobre su papel como pulmón submarino del planeta pinchando en los vínculos. Son, por todo ello, como un bosque submarino esencial para la biodiversidad y para ayudar a combatir el cambio climático. Así que, de una forma u otra, tod@s dependemos de las praderas marinas.
¿Y que tienen que ver las praderas marinas con la contaminación por plásticos?
El proyecto PlasticFam une investigación, innovación y sensibilización para tratar de encontrar soluciones que resuelvan el problema ambiental generado por las basuras marinas.
Para luchar contra la contaminación por plásticos, cada vez se potencia más la limpieza de playas por asociaciones civiles e instituciones. Sin embargo, al incremento de basura plástica se le suma la mala gestión de los desechos recogidos y el desconocimiento del origen y dinámica de acumulación costera de plástico, disminuyendo la efectividad en la recogida de desechos. El proyecto PlasticFam une investigación, innovación y sensibilización para tratar de encontrar soluciones que resuelvan el problema ambiental generado por las basuras marinas. Nace de la colaboración entre la Asociación Biomas, asociación fuertemente comprometida con la conservación de la naturaleza y que organiza cursos prácticos sobre ecología y conservación en todo el mundo, y la Universidad de Cádiz. El proyecto ha sido ganador del concurso Mares Circulares en 2018 desarrollado por la Asociación Chelonia y financiado por la Fundación Coca-Cola. PlasticFam tiene como objetivo integrar las comunidades de praderas de fanerógamas marinas en la economía circular para mejorar el éxito en la recolección de basuras plásticas marinas y poner en valor a éstos ecosistemas como posibles barreras naturales en la dinámica de la contaminación de basuras marinas.
Bolsa de plástico retenida en las praderas de fanerógamas marinas (Cymodocea nodosa) del Parque Natural Bahía de Cádiz. Fotografía por Luis G. Egea.
Debido a la estructura tridimensional de las praderas, las fanerógamas marinas proporcionan un efecto de filtro físico para partículas suspendidas favoreciendo la sedimentación de las mismas (es por ello que los organismos filtradores son muy abundantes en este ecosistema). Este efecto podría también hacer que los desechos plásticos y microplásticos tiendan a acumularse en el interior de las praderas. Así, estos ecosistemas podrían estar actuando como una barrera natural para la contaminación por plástico.
En el último muestreo realizado por el equipo de PlasticFam, en el parque natural de la Bahía de Cádiz, se recogieron más de 500 restos de plásticos y basuras marinas que servirán para estudiar la dinámica de acumulación del plástico en la costa y como materia prima para imprimir nuevos materiales con éste plástico proveniente del mar. Vasos, pajitas, colillas, pilas, bolsas de comida rápida, de botellas de refresco, redes de pesca… Como afirma Luis G. Egea, responsable principal del proyecto: “Si seguimos así pronto habrá más diversidad de basura marina que de animales en nuestras costas”.
Izquierda: Miembros del equipo PlasticFam Luis G. Egea, Javier Cavijoli y Rocío Jiménez Ramos muestreando en la Bahía de Cádiz. Derecha: Fotografia de una muestra de basura marina recogida en un transecto de 100m en comunidades costeras dominadas por praderas marinas en la Bahía de Cádiz.
Puedes conocer más sobre este proyecto y el trabajo que realizan visitando la página web de PlasticFam o puedes apoyarlo siguiendo sus actividades en twitter o facebook.