La competitividad de las pymes españolas pasa por una mayor inversión en I+D

La Comunidad de Madrid se encuentra a la cabeza del esfuerzo que en I+D se realiza en España, según el Libro Blanco sobre el Sistema Español de Innovación que cada año realiza la Fundación COTEC. Pero este dato no nos puede hacer sentir completamente satisfechos, puesto que la distancia que nos separa del nivel de los países de nuestro entorno es aún grande. Hace falta una inversión más intensa en este ámbito, ya que vamos avanzando, pero nuestra velocidad sigue siendo lenta.

Hay que tener en cuenta datos como los reflejados en el estudio "Factores clave de la competitividad interna de la pyme en España", presentado el pasado mes de julio, que dibuja un retrato inquietante de la evolución desde 1992 hasta hoy, con una caída de la productividad del trabajo y la capacidad de las empresas españolas para generar valor añadido. Esto, según las conclusiones, estaría restando capacidad a las empresas para abordar inversiones y para afrontar los retos competitivos del mercado: potenciar la creación de empresas, mejorar la productividad con estrategias basadas en la innovación y la internacionalización, y aumentar el tamaño de nuestras pymes a través de la cooperación y el asociacionismo.

En este sentido, no podemos dejar de escuchar a las empresas cuando se le piden esfuerzos. Según un reciente estudio elaborado por las Cámaras de Comercio españolas, más del 80% de grandes compañías y pymes considera clave establecer mejoras fiscales para impulsar la innovación. Otros factores determinantes son la formación de los trabajadores, el acceso a la financiación y una mayor facilidad para incorporar las nuevas tecnologías.

Desde la Cámara estamos desarrollando diferentes acciones para impulsar la innovación. Extendemos esta cultura mediante cursos, seminarios, asesoramiento, etc., con la ambición de hacer partícipes a las empresas de las oportunidades de negocio que se encuentran en Internet, así como las posibles mejoras en su gestión, y contemplando otros aspectos como la protección del Medio Ambiente y la aplicación de la Calidad.

Una forma idónea de estimular las prácticas innovadoras entre las pymes es la de dar a conocer casos de éxito. Nuestro proyecto CAMINN trata de mostrar cómo se pueden dar pasos de gigante desde un pequeño negocio, seleccionando a pequeñas y medianas empresas "modélicas" en algún sentido que sirvan como ejemplo a otras compañías.

Dentro de esta labor de comunicación, contamos con Centros de Difusión de Tecnología (CDT) en nuestras delegaciones en la región. Estos CDT's desarrollan un trabajo "puerta a puerta" en sus respectivas zonas, de manera que los agentes de innovación responden a las consultas, ofrecen información de subvenciones específicas, de posibilidades formativas, aportan asesoramiento, y realizan diagnósticos de innovación para pymes industriales, además de impulsar la celebración de jornadas informativas.

Se han habilitado otras herramientas para hacer más fácil el recorrido, como Camerfirma, que permite a las empresas alcanzar la certificación digital de forma rápida y económica; o SUMA, una ambiciosa plataforma que ofrece a las pymes un diagnóstico personalizado de sus necesidades; orientación sobre las soluciones que la Red les puede brindar; una propuesta de equipamiento y aplicaciones conforme a su actividad; una relación de cursos especializados en tecnología; además de orientación para desarrollar su estrategia en Internet.

Aunque la iniciativa más ambiciosa en este sentido es la creación de un "cluster" tecnológico en Madrid, una concentración de empresas que nos conviertan en un referente a nivel mundial en aspectos como biotecnología, industria farmacéutica, y tecnologías de la información y de las comunicaciones. Un proyecto en el que es preciso que estén implicados la Administración, la Universidad, y la sociedad civil, a través de los empresarios, puesto que todos ellos forman parte de la Cámara.

Se trata, en fin, de avanzar desde la unión de la sociedad entera, puesto que en ello va nuestro futuro. Sin olvidar un reto más al que debe hacer frente el tejido empresarial madrileño: el de la exportación, y más cuando la competencia se ha endurecido con la ampliación de la Unión Europea. Pero, a la vez, estas naciones se presentan como una "tierra de oportunidades". Energía, construcción, infraestructuras, agroalimentación y turismo son sectores que están encontrado allí grandes posibilidades.

Dentro de este panorama, Madrid tiene diferentes ventajas a su favor: contamos con un capital humano joven y cualificado, y una oferta de productos y servicios competitiva, pero nuestra estrategia debe basarse en factores como los avances tecnológicos, la diferenciación o la calidad y el diseño, para hacer frente a la estrategia de precios de nuestros nuevos socios. Estamos, además, en condiciones de diversificar mercados, lo que nos va a permitir reducir así el riesgo de concentrarnos en el área de la "vieja Europa".

En suma, todas las empresas de Madrid tienen a su disposición los muchos servicios que les ofrece la Cámara y los resultados de estas iniciativas están siendo gratificantes: ya es posible afirmar que la necesidad de ampliar el conocimiento está calando entre las pequeñas y medianas compañías madrileñas, muy conscientes de la necesidad de elevar su grado de competitividad, y que cada vez colaboran de manera más estrecha con el mundo de la investigación. Así, estamos logrando que Madrid sea el motor del crecimiento económico nacional.