La reciente pandemia ha puesto de manifiesto cómo la investigación en ciencias básicas ha sido decisiva para el desarrollo de las vacunas que han ahorrado millones de vidas
En 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, identificando 17 Objetivos, que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el combate al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades. La Agenda 2030 es de hecho una oportunidad para que los países y sus sociedades cambien drásticamente sus conductas para conseguir la sostenibilidad de nuestro planeta, amenazado por la contaminación, el agotamiento de los recursos naturales, o la disminución de la biodiversidad.
La pregunta que muchos nos hemos hecho durante estos últimos años es como visibilizar la contribución de las ciencias básicas a la consecución de los ODS. La reciente pandemia ha puesto de manifiesto cómo la investigación en ciencias básicas ha sido decisiva para el desarrollo de las vacunas que han ahorrado millones de vidas. Una vez más, las ciencias básicas están ahí para que el conocimiento que generan pueda ser usado en el momento necesario. Así ha sido a lo largo de la historia de la humanidad.
Un acontecimiento decisivo se produjo a finales del año pasado. La 76ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó, el 2 de diciembre de 2021, el Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible (IYBSSD). La ONU señala que “las aplicaciones de las ciencias básicas son vitales para los avances en la medicina, la industria, la agricultura, los recursos hídricos, la planificación energética, el medio ambiente, las comunicaciones y la cultura, y que las tecnologías de ruptura de las ciencias básicas responden a las necesidades de la humanidad proporcionando acceso a la información y aumentando el bienestar social, y promoviendo la paz a través de una mejor colaboración hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.
El pasado 8 de julio se procedió en la sede de la UNESCO en París a la inauguración oficial del IYBSSD, año que durará hasta el 30 de junio de 2023. Se abre así una magnífica oportunidad para poner en valor el papel clave de las ciencias básicas: Matemáticas, Física, Química, Biología … Están ya previstas muchas actividades en todo el mundo, y España no se quedará atrás. La Fundación para el Conocimiento madrimasd está poniendo en marcha algunas de ellas, tratando de dar visibilidad a esta importante convocatoria en celebraciones como La Noche Europea de los Investigadores de Madrid, la Semana de la Ciencia y la Innovación de Madrid o el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia.
Estas actividades deben perseguir un impacto en varias direcciones. Una que afectaría al público general, a la sociedad, para que sean no solo conscientes de la importancia de las ciencias básicas, sino también propiciando que puedan participar en sus logros, en lo que hemos dado en llamar la ciencia ciudadana. Y debe también movilizar a todo el sistema educativo; la educación se basa en estas ciencias (recordemos solo las matemáticas como uno de los dos pilares educativos acompañando a la lengua), y esta es una magnífica ocasión para presentarlo así a nuestros estudiantes, para que mejoren su rendimiento y se animen a seguir carreras científicas. Y, cómo no, debemos insistir ante las administraciones central, regionales y locales para que la ciencia básica sea un ingrediente esencial de sus agendas; esto es más perentorio en España que en otros países.
¡Ojalá que dentro de un año podamos felicitarnos por el éxito de este año internacional!