Somos la flor y nata
de los artríticos,
somos la quinta esencia
de los nefríticos;
tenemos casi siempre
hipertensión
y una vaga hipertrofia
del corazón.
Nuestra elegancia es cosa
bien manifiesta,
nuestra presencia nunca
es muy molesta.
Somos unos Petronios
de alta tensión,
más fervientes del plato
que de Platón.
No pueden compararse
con los artríticos
los gafos ulcerosos
o sifilíticos.
Somos productos natos
de selección,
que marchan por la vida
con distinción.
Nos lleva suavemente
nuestro organismo
a la gota, a la artritis
y al reumatismo,
y nos mete, por último,
de un empujón,
en el coma, que es signo
de conclusión.
Somos la flor y nata
de los artríticos,
somos la quinta esencia
de los nefríticos;
tenemos casi siempre
hipertensión
y una vaga hipertrofia
del corazón.