Ser emprendedora es apostar por un futuro basado en la innovación y el mejor conocimiento.
Soy emprendedora por accidente. Un buen accidente - en este caso - que me ha llevado por un camino alternativo al que siempre pensé que seguiría, una carrera académica. Confieso que una vez se despierta el gusanillo emprendedor, uno se contagia. Ser emprendedora tiene dos grandes ventajas: la posibilidad de hacer que las mejores ideas del mundo de la investigación se conviertan en realidad y la de crear empleo de calidad para que nuestro talento investigador no se tenga que marchar o pueda regresar. Es decir, apostar por un futuro basado en la innovación y el mejor conocimiento. No hay otra alternativa para Europa y para España. Debe ser nuestra visión de país y de región.
Mi empresa ICATALIST nació en 2013 gracias a un contrato de innovación con el Centro de Tecnología de Repsol, para un estudio de Prospectiva en el ámbito de la energía. En ese momento estaba trabajando en la Universidad Complutense como parte de un think tank, el Observatorio del Agua de la Fundación Botín. Esto tras una carrera de casi 20 años en Reino Unido, donde mi último trabajo fue como investigadora del Grantham Centre for Climate change de la London School of Economics.
Tras disfrutar del mundo de las ideas durante casi 20 años, como dicen los americanos decidí ”walk the talk”. Dí un giro para hacer que las mejores ideas se convirtieran en realidad. Lo que aprendí de colaborar con el sector privado es que este sector no dice, hace. Y me inspiró a seguir el mismo camino. Y lo estamos haciendo.
Estoy orgullosa de ser mujer porque aportamos visiones de futuro y maneras colaborativas de hacer las cosas. La importancia de asegurar la igualdad y el enorme papel que en ello jugamos para mí es obvio. Tal vez sea emprendedora por accidente, pero soy mujer por naturaleza
¿Por qué emprendí? Tengo que reconocer que en parte fue para tener más flexibilidad y poder compatibilizarlo con la vida familiar y mis tres hijos, que entraban en la adolescencia. La otra parte fue el sueño de tener un impacto, de catalizar el mejor conocimiento y el talento de las personas en proyectos transdisciplinares. Aquí reconozco que mi inspiración es Mariana Mazzucato con su visión del estado emprendedor. En mi empresa un foco claro es ser cómplices con la capacidad de las de diferentes organismos: públicos, privados y del tercer sector de hacer ideas realidad. Nuestros clientes cubren este espectro desde Repsol, la Unión Europea DG RTD, la FAO, universidades, ayuntamientos y organizaciones no gubernamentales y fundaciones como la Fundación Montemadrid. Por ejemplo, catalizar el enorme potencial de las administraciones públicas como tractoras del cambio. Nuestro nombre viene de apoyar y ayudar a catalizar proyectos de innovación punteros en base al mejor conocimiento, proyectos muchas veces muy personalizados y hechos a medida del cliente donde co-diseñamos los proyectos buscando los mejores resultados e impacto. Esto es clave. Clientes dispuestos a asumir riesgos pequeños para acelerar el mejor conocimiento. Y hemos tenido suerte encontrando “intraemprendedores” en diferentes ámbitos. Mucha gente con ganas y fuerza para hacer nuevas cosas y probar nuevas ideas.
El pasado mes de julio, la empresa ha celebrado su quinto cumpleaños. Ha sido una aventura vertiginosa, de crecimiento exponencial (de 1 a 3, a 6 y ahora a 12 personas). En este momento estamos trabajando en dos proyectos H2020 de la Unión Europea. En NAIAD de estos proyectos investigamos el potencial de invertir en infraestructura verde y soluciones basadas en la naturaleza para reducir los impactos del cambio climático, como sequias o inundaciones. En este proyecto somos coordinadores científicos, junto con la Confederación Hidrográfica del Duero. El otro proyecto H2020 es BRIGAID, una macro aceleradora de soluciones para la adaptación al cambio climático. Aquí lideramos la creación de comunidades de innovación en torno a la adaptación, con la creación de una ventana a la innovación climática, un portal de innovación en la adaptación que complementa al Climate- ADAPT de la UE y Adaptecca y todo el trabajo que está desarrollando el Climate Kic. En otro proyecto EDUCEN ya finalizado apoyábamos casos de estudio en Europa, donde diseñamos un marco de replicabilidad sobre el papel de la cultura en la gestión de los desastres, donde la cultura es un elemento clave de la resiliencia en las ciudades. Ahora ya estamos pensando en nuevos retos, como el proyecto de Reinventar ciudades auspiciado por las ciudades C40 donde somos finalistas para “reinventar” dos áreas de Madrid desde un enfoque de resiliencia y crecimiento bajo en carbono.
Quizá algo que nos caracteriza como empresa es tener siempre la puerta abierta a la investigación, porque es nuestra fuente y nuestros orígenes. Ahora contamos con una beca postdoctoral Torres Quevedo y una beca Marie Curie. Hemos sido finalistas también a nivel europeo en un concurso de adaptación al cambio climático. No ganamos porque nos dijeron que nuestra idea era demasiado ambiciosa. Esta idea por tanto se convirtió en el germen de lo que es ahora el proyecto H2020 NAIAD que mencioné antes, con 5 millones de euros y 23 socios europeos.
Quizá de las lecciones aprendidas como mujer emprendedora, una de las más importantes es que cuando uno se cae, uno toma nota del por qué, de que piedra había en el camino y como quitarla o sortearla. La perseverancia, adaptabilidad y capacidad para aprender son claves, para ir más rápido y más lejos.
Tengo la enorme suerte de tener un equipo fuerte e implicado, la mitad de ellos doctores. Curioso porque somos casi todas mujeres, y no por diseño. Los perfiles encajan con lo que hacemos: catalizar las mejores ideas para una mejor gestión de los recursos naturales, la adaptación al cambio climático y la innovación social. Estoy muy orgullosa de lo que hemos conseguido, pero reconozco que no ha sido fácil. Ha sido como un tiovivo donde una enorme fuerza viene del apoyo familiar. Como mujer emprendedora tengo suerte: veo mi condición de mujer como una ventaja. Estoy orgullosa de ser mujer porque aportamos visiones de futuro y maneras colaborativas de hacer las cosas. La importancia de asegurar la igualdad y el enorme papel que en ello jugamos para mi es obvio. Como decía al inicio tal vez sea emprendedora por accidente, pero soy mujer por naturaleza. Creo que esto me ha dado un importante valor diferencial para mi empresa, que se apoya fundamentalmente en aportar valor, y valores, para la sociedad.