La proporción que representan las personas de 65 y más años sobre el conjunto de la población se ha cuadruplicado en estos 121 años, al pasar del 5% en 1900 a rozar el 20% en 2021
España ha vivido en los últimos 120 años la transición demográfica de una sociedad joven con una baja esperanza de vida al nacer —unos 40 años en 1908, según datos recogidos en el último informe Un perfil de las personas mayores en España— a una envejecida con una elevada esperanza de vida —83,07 años en 2021, según las tablas de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística (INE)—. Esta transformación de la sociedad española ha sido paulatina y continua, si bien con algunos retrocesos importantes pero puntuales en la mortalidad causados por la gripe de 1918 y la Guerra Civil. Así, sin darnos cuenta, hemos llegado a un mayor envejecimiento de la sociedad española con importantes efectos y consecuencias para nuestras vidas. A partir de los datos de los censos del período 1900-2021 publicados por el INE, en este artículo vamos a explicar cómo se han producido estos cambios en la estructura de edad de la población española.
La proporción que representan las personas de 65 y más años sobre el conjunto de la población se ha cuadruplicado en estos 121 años, al pasar del 5% en 1900 a rozar el 20% en 2021. En cambio, mientras a principios del siglo XX una cada tres personas censadas (más del 33% del total) tenía menos de 15 años, ahora sólo son una de cada siete (14,2%).
El peso de la población mayor de 65 años se ha cuadruplicado en 121 años
Porcentaje sobre el total de la población censada en España
Fuente: Censos de población, Cifras de población serie 1900-2021, Instituto Nacional de Estadística (INE)
Como se observa en el anterior gráfico, el envejecimiento de la población española se aceleró desde la década de los setenta, momento en el que empezó a descender el número de nacimientos tras el baby boom de finales de la década de 1950 y hasta mediados de los setenta. Con la única excepción de la primera década del siglo XXI, cuando la inmigración extranjera, el aumento de la natalidad y la llegada a los 65 años de las generaciones vacías nacidas durante la Guerra Civil, provocaron un freno temporal, el envejecimiento de la población española ha seguido una tendencia ascendente y constante. Las últimas proyecciones de población del INE estiman que en 2035 el 25% de las personas que vivan en España tendrá más de 65 años, porcentaje que superará el 30% en 2050.
No obstante, dos provincias ya se encuentran por encima del umbral del 30% (Ourense y Zamora) y una tercera, Lugo, está a cuatro décimas de superarlo. Estas regiones tienen el doble de mayores que Almería, la provincia española más joven, donde tan sólo el 15,3% de la población tiene más de 65 años, aunque las ciudades autónomas de Ceuta (12,3%) y Melilla (10,8%) aún tienen menos personas mayores.
La provincia más envejecida tiene el doble de mayores que la menos
Tal y como refleja el siguiente mapa, las provincias más envejecidas en la actualidad se encuentran en el Noroeste peninsular que componen Galicia, Asturias y Castilla y León. Esta situación no fue siempre la misma en los últimos 121 años. En 1981, las regiones limítrofes con la Comunidad de Madrid eran las zonas donde vivía un mayor número de población mayor. En 1940, tras acabar la Guerra Civil, provincias catalanas y aragonesas, además de Castellón y Baleares, tenían más gente mayor que la media nacional. Y en 1900, nuevamente el Noroeste peninsular, junto a zonas del País Vasco, Aragón y las dos Castillas, aparecían como los territorios más envejecidos, aunque con porcentajes mucho más bajos y próximos a la media nacional que los registrados en 2021.
Así ha cambiado la población mayor desde 1900 en cada provincia
Porcentaje de mayores de 65 años sobre el total de la población censada
Fuente: Censos de población, Cifras de población serie 1900-2021, Instituto Nacional de Estadística (INE)
El envejecimiento va por provincias
El envejecimiento de la población ha sido desigual en cada provincia. Fenómenos como el aumento o descenso de la natalidad y la mortalidad así como las migraciones, tanto en forma de llegadas como de salidas, afectan en distinto modo a la estructura por edades de un territorio. Varias provincias ejemplifican diferentes momentos de la historia de España con un impacto directo en el envejecimiento actual de sus poblaciones.
Por ejemplo, el éxodo rural de la década de 1960 protagonizado por jóvenes de provincias agrícolas con destino a otras más industrializadas aceleró el envejecimiento de los territorios de origen. León es un caso paradigmático de este fenómeno. Hasta el censo de 1960, la provincia leonesa se encontraba por debajo de la media nacional en proporción de personas mayores de 65 años (7,1% del total). A partir de esta década, el envejecimiento de la provincia se aceleró y la población mayor se triplicó en 41 años hasta representar el 24,5% en 2001.
Algo parecido ocurrió con la desindustrialización de los ochenta, como se puede apreciar en el caso de Bizkaia, cuyo envejecimiento se aceleró en las últimas décadas. En 20 años, los que van de 1981 a 2001, la proporción de población mayor residente en Bizkaia se duplicó, al pasar del 9,2% al 18,5%.
Durante la primera década del siglo XXI, el envejecimiento de la población española se frenó temporalmente debido a la inmigración extranjera, al aumento de la natalidad y la llegada a la jubilación de las generaciones vacías nacidas durante la Guerra Civil. Este rejuvenecimiento se hizo más patente en las provincias limítrofes con Madrid y Barcelona, que se aprovecharon de la llegada de nuevos habitantes y familias atraídos por el empleo y las comodidades de las grandes áreas metropolitanas.
Guadalajara representa un caso excepcional en este contexto. En 1981 era la sexta provincia más envejecida de España, con una proporción de personas mayor de 65 años del 16,4%. El ritmo de envejecimiento se frenó desde entonces; y no sólo eso, sino que en la primera década del siglo XXI el porcentaje de mayores se redujo drásticamente del 20,1% de 2001 al 14,9%. Guadalajara es la única provincia española que en 2021 tenía menor proporción de mayores (16,1% del total) que 40 años antes, dato que la sitúa actualmente como la quinta provincia española menos envejecida (sin tener en cuenta Ceuta y Melilla). En el caso del área metropolitana de Barcelona, Lleida representa un ejemplo parecido de rejuvenecimiento de la población durante el siglo XXI.
En estas últimas dos décadas también ha habido cambios respecto a las provincias menos envejecidas. Desde 1960 y durante medio siglo, Cádiz fue la provincia peninsular con menor población mayor. Sin embargo, desde el censo de 2011 este lugar lo ocupa Almería, que durante la primera década del siglo XXI logró reducir ligeramente la proporción de personas mayores. En cambio, el envejecimiento de Cádiz se ha acelerado en la última década al aumentar la población mayor en tres puntos porcentuales (del 14,0% en 2011 al 17,2% en 2021), cuando el incremento en Almería fue de dos puntos (del 13,2% al 15,3%). Aun así, Cádiz todavía tiene menor proporción de mayores de 65 años que la media nacional.