Los antecedentes de la primera universidad creada en la capital de España deben buscarse en la fundación, durante el siglo XVI, de la Universidad de Alcalá por el Cardenal Cisneros y en las dificultades que padeció esta institución para mantenerse como estandarte de la enseñanza madrileña, principalmente a partir del siglo XVIII, en plena fiebre absolutista borbónica.
El traslado de la Universidad de Alcalá a Madrid fue una aspiración que empezaría a plantearse tras la muerte del Cardenal Cisneros, en 1517; desde entonces, se convertiría en un asunto recurrente a lo largo de más de trescientos años.
![](images/foto_ciencia5.jpg) INAUGURACIÓN DEL PARANINFO (1855)
A finales del siglo XVIII, Madrid era una prototípica Corte ilustrada centralista, que contaba con establecimientos científicos de nuevo cuño, como el Real Jardín Botánico, el Real Gabinete de Historia Natural o el Observatorio Astronómico, donde se impartían las más modernas enseñanzas botánicas, químicas, médicas y astronómicas, las mismas que ya estaban formando a algunos profesionales del ámbito científico, como los médicos, los cirujanos o los farmacéuticos.
Sin embargo, la capital de la nación seguía sin contar con su propia
Universidad. Éstas y otras razones, como la deficiente infraestructura alcalaína, el aumento de la delincuencia en la ciudad de Alcalá, la progresiva disminución del número de alumnos, más proclives a estudiar en Madrid, el interés del profesorado por estar más cerca de la Corte, los fraudes en el propio seno de la Universidad o la falta de concordia entre docentes y alumnos, acabaron por propiciar el traslado de la Universidad Complutense a Madrid.
![](images/foto_ciencia1.jpg) LABORATORIO DE
FÍSICA (ca.1930)
Esta situación se produjo en pleno Trienio Liberal, a través del Decreto para arreglo General de la Enseñanza Publica; la nueva Universidad madrileña comenzó su singladura durante 1822, en los locales del Colegio Imperial.
Sin embargo, este primer intento tuvo una vida efímera; el regreso al poder de Fernando VII desencadenaría una virulenta reacción contra todas las iniciativas y decisiones políticas liberales que acabaría por devolver la Universidad a la ciudad de Alcalá, donde permanecería, no sin dificultades, hasta 1836.
![](images/foto_ciencia2.jpg) MANIFESTACIÓN DE ESTUDIANTES (1865)
Habrá que esperar a la muerte del monarca, y al triunfo del partido progresista, para vivir un nuevo traslado a Madrid, esta vez el definitivo; una Real Orden lo haría efectivo: "La Universidad de Alcalá se trasladará a Madrid donde se dará a sus estudios la extensión correspondiente apara que sea un establecimiento digno de la capital de la Monarquía".
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