La proteína SOD3 es esencial para reprogramar los vasos sanguíneos que irrigan los tumores y potenciar el efecto de fármacos antitumorales.
Revertir las alteraciones características de los vasos sanguíneos que irrigan los tumores malignos podría aumentar la eficacia de los tratamientos anticancerígenos. Un estudio publicado en Nature Communications propone que la proteína superóxido dismutasa 3 (SOD3), esencial para reducir la permeabilidad vascular, podría ser una buena diana para este tipo de estrategias terapéuticas.
"Hemos observado que tratamientos que aumentan la expresión de SOD3 en el microambiente del tumor pueden normalizar la actividad de los vasos sanguíneos y mejorar la eficacia de terapias que ya se están usando en pacientes", explica Santos Mañes, investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB-CSIC) y director del trabajo. "Lo más interesante es que algunos fármacos que ya se están utilizando en humanos –como la lovastatina– pueden, al menos en los roedores, aumentar los niveles de SOD3 en los tumores", añade el científico.
El trabajo, liderado por investigadores del CNB-CSIC, se enmarca en un proyecto de investigación que fue premiado por la Fundación Domingo Martínez en 2015. En el estudio también han participado investigadores del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, IQAC-CSIC, CNIC y la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.).
FACILITAR QUE EL FÁRMACO LLEGUE A SU DESTINO
Los cánceres malignos se caracterizan por estimular la formación de nuevos vasos sanguíneos por un proceso conocido como angiogénesis. Estos nuevos vasos generalmente presentan aberraciones, lo que conduce a una inadecuada circulación y dificulta la llegada de los fármacos a las células tumorales. Normalizar el funcionamiento de estos vasos sanguíneos es, por tanto, una buena estrategia para facilitar la llegada de los fármacos a su destino y aumentar la eficacia de los tratamientos.
Esta normalización puede conseguirse en algunos casos con fármacos antiangiogénicos. Sin embargo, el beneficio clínico de estos es limitado ya que su uso continuado termina por eliminar los vasos sanguíneos, impidiendo que la quimioterapia alcance a las células malignas. Es por tanto esencial, de acuerdo con los autores del estudio, identificar nuevos elementos que regulen la normalización de los vasos sanguíneos sin causar su eliminación.
Los científicos han observado que al incrementar la expresión de SOD3 en el microambiente tumoral disminuye la permeabilidad de los vasos sanguíneos. "La disminución de la permeabilidad vascular reduce la presión intersticial en el tejido tumoral –indica Mañes–. Esto favorece el intercambio de gases y sustancias entre el torrente sanguíneo y el tumor". Debido a esto, al aumentar la SOD3 en tumores implantados en ratones, también aumentan los niveles intratumorales del fármaco y la respuesta de los roedores a la terapia mejora muy significativamente.