Una dieta con una alta proporción de alimentos vegetales de baja calidad, incluso si se consumen pocos alimentos de origen animal, no ofrece ningún beneficio
Diferentes estudios han mostrado que personas que excluyen alimentos de origen animal total (como en la dieta vegana) o parcialmente (como en la dieta lacto-ovo-vegetariana) tienen un menor riesgo de morir comparado con personas con un consumo habitual de estos alimentos; por esta razón, se ha intentado promover en la población el consumo de alimentos de origen vegetal.
Pero un obvio y poderoso obstáculo ha evitado que esto se haga realidad, “el renunciar al consumo de alimentos de origen animal simplemente no es del gusto de todos” comenta Mario Delgado-Velandia, estudiante del doctorado en Epidemiología y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Sin embargo, un reciente estudio realizado en más de 11,000 españoles mayores de 18 años que son parte de la cohorte ENRICA sugiere que la calidad de los alimentos de origen vegetal —y no sólo la exclusión de alimentos de origen animal— es un aspecto crucial para reducir el riesgo de muerte a 10 años.
“En este estudio hemos evaluamos la dieta de los participantes usando dos índices basados en plantas novedosos” explica Mercedes Sotos-Prieto epidemióloga en la UAM, en el CIBERESP y en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados – Alimentación (IMDEA-Food), y Profesora Adjunta en la Escuela T. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
“Los estudios previos sobre dietas vegetarianas se centraban en la presencia o ausencia de alimentos de origen animal, por el contrario, estos nuevos índices evalúan de manera gradual el consumo de estos alimentos y, además, tienen en cuenta la calidad de los alimentos de origen vegetal que se consumen, algo que tampoco se había planteado antes en nuestro entorno” detalla la Dra. Sotos-Prieto.
De esta manera, los investigadores han demostrado que una dieta con una alta proporción de alimentos vegetales de alta calidad nutricional —por ejemplo, cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos o legumbres— y con una menor proporción de alimentos vegetales de baja calidad (bebidas azucaradas, bollería) y de alimentos de origen animal se asocia con un riesgo 14% menor de morir y hasta 37% menor de que sea por una causa cardiovascular.
Por el contrario, una dieta con una alta proporción de alimentos vegetales de baja calidad, incluso si se consumen pocos alimentos de origen animal, no ofrece ningún beneficio.
Estos resultados son de gran relevancia no sólo para nuestra salud, sino también para la salud del planeta y la de futuras generaciones. “Debido al cambio climático, la producción de alimentos con grandes requerimientos de agua y tierra pondrá gran presión sobre los limitados recursos naturales de los que disponemos, amenazando la seguridad alimentaria de millones de personas” explica la Dra. Sotos-Prieto. “Por tanto, dietas ricas en alimentos con menores requerimientos de estos recursos —por ejemplo, aquellos de origen vegetal— supondrán una menor presión sobre el planeta, contribuyendo a que las generaciones presentes y futuras no sufran inseguridad alimentaria” finaliza.
Referencia bibliográfica:
Delgado-Velandia, M., Maroto-Rodríguez, J., Ortolá, R., García-Esquinas, E., Rodríguez-Artalejo, F., Sotos-Prieto, M. 2022. Plant-Based Diets and All-cause and Cardiovascular Mortality in a Nationwide Cohort in Spain: The ENRICA Study. Mayo Clinic Proceedings 97 (11): 2005-2015. doi: 10.1016/j.mayocp.2022.06.008.