El 31% de las ventas del sector <i>retail</i> se hacen ya con el <i>smartphone</i>, aunque las reticencias por la seguridad de las operaciones siguen siendo un freno.
Comprar con el móvil es ya un hábito perfectamente asumido para muchos consumidores, hasta el punto de que el 31% de las ventas del sector retail durante el año pasado se registró a través de smartphones, según los datos de la aplicación dedicada a la investigación del mercado de telefonía móvil App Annie recogidos por Webloyalty.
Pero, ¿qué ocurre con los otros dos tercios de consumidores? Las reticencias no están tanto en la penetración de móviles y en la oferta de aplicaciones a disposición del cliente, sino en las dudas sobre la seguridad de estas operaciones.
MMa, la empresa española especializada en inteligencia mobile, destacó en su último estudio sobre penetración y uso de las apps que los usuarios de smartphones, de edades comprendidas entre 16 y 55 años, tienen una media de 13 aplicaciones en sus dispositivos.
Sin embargo, la mitad de estas aplicaciones acaba siendo eliminada después de haber sido instalada, fundamentalmente por la falta de espacio en los dispositivos. Así lo pone de manifiesto el último informe de ComScore, que sostiene que el 51% de los usuarios no tiene la costumbre de descargar nuevas aplicaciones a lo largo de un mes y solo un 5% descarga ocho aplicaciones o más.
Según Webloyalty, partner de más de 200 eCommerce en todo el mundo, la desconfianza en la compras online sigue frenando la expansión de este tipo de aplicaciones, así como la constancia de que permanecer en la app durante un periodo de tiempo extenso puede comprometer el consumo de datos móviles.
En el otro lado de la balanza, la evolución de estas apps en los últimos tiempos las ha dotado de una serie de ventajas adicionales, como la de hacer cada vez más ágiles y sencillas las operaciones.
Junto a ello, muchos comercios potencian el uso de sus apps mediante la oferta de productos específicos y promociones especiales, y estos sistemas de compra mejoran la experiencia de usuario gracias a la posibilidad de utilizar la funcionalidad total del móvil, como por ejemplo a través de la cámara o el GPS.