Esta etapa traerá un giro inesperado para los profesionales de la salud. / ProSmile (PIXABAY)
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Juan Scaliter

Tu salud está en la Nube

Este sistema de almacenamiento ya permite un diagnóstico rápido a través de aplicaciones. Las tecnológicas saben que es todo un filón y, por eso, invierten más en ellas que en móviles y <em>software</em>.

Un reciente análisis realizado por PWC Money Tree, señala que en 2017 los sectores tecnológicos que más inversiones recibieron fueron Internet (unos 6.000 millones de euros) y en segundo lugar, la salud, con casi 4.000 millones, por delante de los móviles, las telecomunicaciones y el software. Y no es extraño. De acuerdo con International Data Corporation (IDC), el volumen de información que generó el área de salud en 2014 fue de 153 exabytes. Esto equivale a más de 37.000 millones de DVDs (4.38GB). Si los apiláramos todos juntos darían la vuelta al planeta unas seis veces. Actualmente esa cifra se ha multiplicado por 10 y en 2020 alcanzará los 2.314 exabytes.

El volumen de datos es de una magnitud casi inconcebible. ¿Cómo generamos tantos datos en salud? El 52% de los usuarios de teléfonos móviles se han descargado (es decir, no ha sido instalada por defecto) al menos una aplicación de salud y el 80% de los profesionales sanitarios utilizan apps médicas, según un estudio realizado por Research2 Guidance.

En apenas dos años, el 60% de todos los dispositivos de un hospital generarán información de los pacientes. Y la subirán a la Nube, ya que es imposible guardarla en el propio hospital. Según explica a LA RAZÓN Phillipe Wacker, responsable de innovación de Netapp, empresa especializada en control de datos en la Nube, hay dos factores fundamentales: "La información generada debe estar disponible con rapidez y fiabilidad, ya que de ello puede depender la vida del paciente. Pero al mismo tiempo debe ser accesible durante décadas para que, supongamos en 30 años, también pueda accederse a ella. En un entorno en el que los equipos informáticos duran cinco años, hay que asegurarse que la información siga viva durante más tiempo, independientemente del hardware".

Así, este primer paso, el almacenamiento de la información, resulta fundamental. Primero porque se trata de garantizar encontrar datos (tanto individuales, como de grupo) en un tiempo mínimo. Y segundo, porque debido al carácter sensible de la información, es imprescindible contar con las medidas adecuadas de seguridad que eviten hackeos, filtraciones e impidan la desaparición de los registros. Es como contar con el catálogo perfecto en una biblioteca, con la ventaja de que no solo se pueden encontrar obras por título o autor, sino también porque es posible acceder a datos de año, lugar de nacimiento del autor, estilo y hasta contexto. "Gracias a ello -añade Wacker- , si un fármaco funciona para mí, se buscará a quien tenga mi misma dolencia y se le administrará el medicamento. Se evitarán alergias, reacciones secundarias, demoras innecesarias. Este sistema será mucho más eficiente todavía y dará mejores resultados cuando entre toda la información contenida en el análisis genético de cada paciente".

Luego llegará el segundo paso: compartir esa información con otros hospitales en todo el mundo. Esta misma semana, un grupo de centros sanitarios de Estados Unidos, en total 450 hospitales, se han unido para crear, basándose en la información que comparten, los medicamentos más necesarios, pero menos accesibles por su precio. La intención es gestionar ellos mismos la fabricación de genéricos para reducir el precio de diferentes tratamientos para los pacientes.

La tercera etapa la describe perfectamente Wacker cuando afirma que "en la actualidad, si estamos enfermos vamos a un doctor, nos realizamos estudios, se lleva a cabo un diagnóstico y, si todo sale bien, nos cura. En breve, tendremos esta enorme cantidad de dispositivos que controlarán nuestra salud, enviarán la información al hospital y se llevará a cabo el diagnóstico por parte del profesional, pero ya no se necesitará ir a ver al doctor".

Esta etapa traerá un giro inesperado para los profesionales de la salud. "Nacerán nuevas especializaciones vinculadas a las aplicaciones y tecnologías que hoy comienzan a usarse", concluye Warcker . Un área en la que habrá un gran impacto será la radiología y el diagnóstico. "Lo mismo ocurrirá con las pruebas y análisis. Pero hay que decir que los humanos seguirán siendo necesarios para confirmar este diagnóstico", asegura.

Cuando se está hablando mucho de los vehículos autónomos, pero aún faltan décadas para que estén presentes de modo habitual, esta realidad sanitaria ya ha llegado y está cambiando nuestra vida.

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