Tendencias y retos de la Teleasistencia en España
Juan, vive con su mujer en una aldea cerca de Asturias, desde hace años sufre una enfermedad cardiaca que se ha ido deteriorando con los años, por lo que ha tenido que ser ingresado en el hospital en múltiples ocasiones. Gracias a un sistema de teleasistencia médica instalado en su hogar, los médicos pueden hacerle un seguimiento a distancia sin necesidad de desplazarse al hospital que está lejos de su casa, teniendo en todo momento la tranquilidad de estar custodiado por expertos que están cuidando de su salud en la distancia.
Actualmente, muchos mayores y personas con discapacidad, conviven con situaciones parecidas a las de Lola y Juan. Su estado de salud o sus condiciones físicas o mentales, les impiden realizar sus actividades diarias con normalidad, pero un servicio de teleasistencia adecuado a sus capacidades y limitaciones puede solucionar muchos de sus problemas, aumentando su autonomía y reduciendo la necesidad de abandonar su hogar.
Son muchos los problemas de la vida en solitario en casos parecidos a los de Lola (escasez de ingresos, principalmente en la mujer, dificultades del hombre en el plano doméstico, sentimiento de soledad, desilusión por la vida; y la salud como motivo principal de preocupación), pero en la mayoría de ellos prevalece la necesidad de permanecer en su hogar, a pesar de las dificultades que ello supone. Según las encuestas recogidas por el IMSERSO en el informe "Personas mayores viviendo solas", en lo concerniente a nuestro país, cuando se pregunta a los mayores por la solución más adecuada para hacer frente a sus situaciones de dependencia, un 47% de ellos señala como opción preferente su permanencia en el domicilio. La vida en hospitales o residencias supone un tremendo impacto para ellos, tanto en su forma como en su calidad de vida, obligados a vivir lejos de su entorno, sus hábitos y costumbres, y sus familiares y amigos.
Por otro lado, las tendencias demográficas, los cambios sociales en las familias, la incorporación en aumento de las mujeres al mercado laboral y las reformas de los servicios sanitarios, están poniendo en cuestión la disponibilidad de cuidadores/as para las personas con discapacidad y mayores.
![]() |
![]() |
La teleasistencia surge con el objetivo de ayudar a que las personas mayores o discapacitadas permanezcan el mayor tiempo posible en sus hogares de manera independiente | |
![]() |
Frente a esta situación de contraposición de intereses, falta de cuidadores por un lado y apego a la vivienda de los mayores y personas dependientes por otro, los servicios sociales y sanitarios están evolucionando dando prioridad a la atención a la salud en el propio entorno del usuario. La teleasistencia surge con el objetivo de ayudar a que las personas mayores o discapacitadas permanezcan el mayor tiempo posible en sus hogares de manera independiente. Constituye un importante elemento de tranquilidad y seguridad para sus usuarios y familiares, sobre todo para aquellas personas que pasan la mayor parte de su tiempo solas, que sufren temor o angustia por aislamiento demográfico o que son susceptibles de encontrarse en situaciones habituales de riesgo.
La visión del concepto de teleasistencia queda reflejada en la definición actualizada y normalizada ofrecida por la recomendación ETSI TR 102 415 V1.1.1. de agosto de 2005: "La teleasistencia incluye la prestación de un servicio de atención social o de salud a personas en su hogar en una comunidad, con el apoyo de sistemas basados en Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC)".
Esta visión es muy próxima a la visión del concepto de teleasistencia más común entre las empresas proveedoras de servicios de telecomunicación, como la de Julio Montejano Domínguez, Consultor Master de Marketing de Administraciones Públicas en Telefónica Empresas, que define el mismo concepto como: "la atención remota y personalizada a usuarios, que estando en sus hogares, requieran algún tipo de ayuda o seguimiento, utilizando para ello, las tecnologías de la información y comunicaciones".
Actualmente existen diversos sistemas de teleasistencia que tienden a perfeccionarse y aportar nuevas facilidades y servicios. La base de todos ellos es el sistema de teleasistencia domiciliaria ofrecido por el IMSERSO-FEMP, compuesto por un entorno informático activo 24 horas al día durante 365 días al año, con un terminal que se encuentra en el domicilio de la persona usuaria del servicio. La persona usuaria lleva un dispositivo permanentemente encima, en forma de collar o pulsera que, al pulsarlo, desencadena una señal de alarma en la central de escucha, donde se muestran los datos identificativos y relevantes del usuario. Una vez detectada la llamada en la central, se intenta comunicar verbalmente con el usuario a través del aparato de teleasistencia (manos libres) colocado en su hogar, para detectar la causa de la llamada y buscar la solución más apropiada, avisando, si fuese necesario a los servicios médicos de urgencias.
A pesar de los problemas sociales mencionados, y de los beneficios indiscutibles proporcionados por el sistema de teleasistencia domiciliaria propuesto por las administraciones locales, la cobertura de este servicio todavía es muy baja, se benefician de ellas menos del 2% del conjunto de la población mayor española. Sin embargo, la evolución parece ser bastante positiva, como revelan los últimos informes publicados por el IMSERSO/FEMP y corporaciones locales.
Otro tipo de teleasistencia, no menos importante, pero si más especializada, es la teleasistencia médica dirigida a enfermos crónicos, paliativos o convalecientes, que permaneciendo en su hogar, necesiten un seguimiento médico continuo y especializado desde el centro de atención sanitario. Este es el caso de Juan, que adolecido de una enfermedad cardiaca necesita seguimiento médico, pero su lejanía a un centro sanitario le impedía un control exhaustivo de su enfermedad. Un sistema de teleasistencia en su hogar permite la realización de chequeos temporales sin la necesidad de acudir a su centro especializado, pero permaneciendo en contacto con su médico especialista.
Por regla general, la valoración que merece la teleasistencia por parte de sus usuarios es muy positiva y el rechazo del servicio suele estar motivado por el desconocimiento del mismo. Según detallaron Branco G. Celler, Nigel H. Novell y Daniel K.Y. Chan, en 1999, en su trabajo titulado The potential impact of home telecare on clinical practice, publicado en The Medical Journal of Australia, los beneficios más importantes esperados del servicio de teleasistencia por parte del usuario están ligados con su estado de salud, la intervención rápida en caso de alerta y la reducción de las visitas al centro de salud. Esta reducción de visitas tiene un efecto positivo, tanto por los costes asociados como por la reducción de la ansiedad del paciente (síndrome de bata blanca) en aquellos casos en los que pueda evitarse el ingreso hospitalario.
|
Añadir nuevo comentario