Entrevista a Javier García. Coautor de 'La burbuja emprendedora'.
Los economistas Javier García y Enrique González subrayan en su libro 'La burbuja emprendedora' (Ediciones Urano, 2017) que el emprendimiento se consideró tras la Gran Recesión de 2008 la "pócima mágica" contra los males de la economía. Algo peligroso si se basa en expectativas infladas e irracionales y si se acude a esta opción por pura necesidad de supervivencia. "Si estás en paro y tu único activo es la prestación por desempleo, es más difícil emprender y la probabilidad de fracasar aumenta", explica a 20minutos Javier García, uno de los autores del ensayo.
¿Los desempleados cometen un error capitalizando la prestación?
No es un error. De hecho es algo realmente interesante. Un derecho, el paro, se puede convertir en un activo para crear un negocio y en una vía profesional. Esto es muy positivo y se debería seguir trabajando para facilitar este camino. Pero siempre con ciertas alertas importantes que tendemos a olvidar con facilidad.
¿Qué alertas son esas?
La motivación. Cuando se habla de emprender por desesperación nos referimos a buscar cualquier salida profesional que de forma urgente nos genere recursos y estabilidad, porque el paro es limitado y la situación de incertidumbre personal nos atacará con fuerza, y es dramático. Cuando haces esto es porque no ves, o no existen, alternativas laborales adecuadas.
Entonces, ¿cómo hay que enfocarlo?
Tienes que enfocarte en resolver un problema y atender una necesidad del cliente porque este es quien determina si un negocio es o no viable. Lograr clientes requiere capacidades técnicas, de negociación y de crear equipos . Es sencillo crear una empresa, pero muy pocos logran mantenerla a flote.
¿Fracasan más los proyectos que se emprenden por necesidad?
Medir esto con precisión es difícil. No se trata de que un negocio salga mal sólo porque lo hayas creado tras quedarte en paro, pero se cometen errores con más facilidad cuando emprendes "por supervivencia", con pocos recursos y con urgencia. Ahí es más probable equivocarte y hay estudios que dicen que la probabilidad de que suceda es aproximadamente un 30% mayor.
Y el fracaso es más peligroso en el caso de un parado, ¿no?
Sí, porque pones todo lo que tienes en crear un negocio con una probabilidad superior al 60% de fracasar (en el mejor de los casos), pero que en algunos sectores supera el 80%. Por lo tanto, estás invirtiendo tu activo financiero, el paro capitalizado, lo único que tienes en estos momentos desesperados, en algo con alta probabilidad de perderlo. Ahí es donde la inconsciencia de lo que es emprender puede jugar una mala pasada.
Habláis en vuestro libro de que España ha vivido una "burbuja de emprendimiento".
Absolutamente. Nos han vendido las bondades de emprender como si fuera fácil, sencillo, con pocas piedras en el camino... y barato. Creemos que el dinero no importa en las fases iniciales, solo el producto, la tecnología, hablar con el cliente, la idea, los influencers que nos citan en las redes. Pero la realidad nos estalla en las narices cuando cualquier movimiento requiere dinero. Todo esto ha creado una burbuja de expectativas irracionales de lo que supone emprender. Nos han contado la "parte bonita de la historia", y no el trabajo duro, esfuerzo, capacidades y suerte que hay detrás.
¿Al Gobierno le beneficiaba esta ola de emprendedores?
Hubo un momento, en plena crisis, con el paro y el gasto en prestaciones en máximos, con el gobierno sin recursos, donde se pusieron "alfombras rojas" al emprendedor, a facilitarle que por 50 euros se hiciera autónomo y volara. De repente los jóvenes y no tan jóvenes, lo que sabían de tecnología y los que no, los que tenían experiencia y formación y los que no, iban a solventar todos los problemas de paro, crecimiento, innovación o exportaciones de España.
Y no era así.
En realidad les decíamos "capitaliza tu paro y úsalo en algo que tiene alta probabilidad de perderlo todo". Un error, porque emprender requiere de capacidades. Uno no se convierte en fundador de negocios de la noche a la mañana por el hecho de quererlo, igual que yo no puedo subir el Everest si no entreno seriamente para ello. Esto es lo mismo. El problema es que puedes perder tu patrimonio y el de tu familia por el camino. Hubo mucha inconsciencia en este sentido.
¿Cómo debería haberse enfocado?
Quien piense que una empresa de 100 empleados se sustituye, de la noche a la mañana, por 100 emprendedores o autónomos, está francamente equivocado. La clave no es crear empresas, sino que sobrevivan. Y esto sólo puede ocurrir si venden, crecen, reinvierten y se profesionalizan para llegar a más mercados. Pero esto lleva años, es complejo y es un trabajo de fondo que no se puede improvisar. Y menos si se hace sólo con discursos o con una ocurrencia. Eso es lo peligroso.
