Dolores García y Adriana Moreno, investigadoras del IMDEA Networks Institute, realizan en la actualidad su trabajo en Londres y Madrid, respectivamente, como estudiantes de doctorado. Dos ejemplos de vocación científico-técnica
Dolores García tiene 24 años. A los 22 obtuvo la titulación en Matemáticas en la Universidad de Valencia y, más tarde, el máster en física teórica en Imperial College London. Actualmente realiza su segundo año de doctorado en IMDEA Networks, investigando algoritmos de localización y asignación de recursos para redes a 60 GHz.
Por su parte, Adriana Moreno tiene 26 años. Obtuvo la titulación en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de los Andes en Mérida, Venezuela con 23 años y en la actualidad cursa el primer año de doctorado en IMDEA Networks, desarrollando algoritmos para la adaptación del patrón de radiación para minimizar la interferencia en comunicaciones inalámbricas a 60 GHz.
las dos investigadoras forman parte, como describe Dolores, “de la familia de IMDEA Networks, un centro en el que todo el mundo puede conocerse e interactuar
Dolores cuenta que “de pequeña participaba en Olimpiadas Matemáticas, unos concursos organizados por los institutos de resolución de problemas. Luego realicé cursos de matemáticas a más alto nivel en un programa de estimulación del talento matemático de la universidad de Valencia. Todos los sábados quedábamos allí y nos presentaban nuevas áreas de las matemáticas como la topología o la teoría de juegos. En este entorno, era imposible no terminar estudiando esta carrera. En cuanto a la investigación, siempre he pensado que sería el camino más interesante. Siempre tienes problemas nuevos y nunca paras de aprender”.
En cuanto a Adriana, recuerda los comienzos de su viaje de conocimiento: “Desde niña he tenido mucha curiosidad en saber cómo funcionan los equipos eléctricos y he tenido en mente que si existen personas que lo saben ¿por qué yo no? Entrar en el mundo del aprendizaje en Ingeniería me dio los conceptos básicos necesarios para poner en práctica todos los conocimientos adquiridos en clases. Poco a poco, prefería invertir la mayoría de mi tiempo libre en un laboratorio diseñando robots o circuitos electrónicos, haciendo experimentos o probando nuevos algoritmos. Fue ahí cuando me di cuenta de que soy otra investigadora”.
“Creo que hay que divulgar más, presentar la ciencia de una forma más cercana y darla a conocer en los institutos, ya que allí es la primera vez donde los estudiantes se separan en ciencias o humanidades” señala Dolores, para quien es fundamental educar en igualdad. “Todavía vivimos en una sociedad muy sesgada, en la que en las carreras de ingeniería hay muchos hombres y en las de humanidades, más mujeres. Se está realizando mucha investigación para reducir estas diferencias y creo que es importante que la investigación se lleve a las aulas y resulte en nuevas iniciativas”.
Como destaca, por su parte, Adriana: “Querer es poder, las mujeres debemos sentirnos seguras de lo que sabemos y no permitir que nadie nos intimide. Hace unos años atrás, estaba prohibido que las mujeres estudiaran ciencias, ahora nada nos lo impide. Si es tu sueño, tienes que dar el paso, puede que no sea fácil, pero tampoco imposible, si ellos pueden… ¿Por qué nosotras no?”. En su caso, contó con los apoyos, a mitad de carrera, de los profesores José Luis Paredes y Luis Araujo, «dos personajes increíbles que han dedicado su vida a la investigación, quienes, a pesar de todo lo que han logrado, con la mejor actitud y con mucha humildad se dedican a enseñar. Me han motivado e incentivado a iniciar este camino”.
En la actualidad, las dos investigadoras forman parte, como describe Dolores, “de la familia de IMDEA Networks, un centro en el que todo el mundo puede conocerse e interactuar. En mi grupo, realizamos muchos proyectos colaborativos y eso resulta en investigación muy interesante, ya que todos tenemos especialidades distintas. También es un centro muy internacional. Después de estar viviendo fuera algunos años, aprecio poder seguir compartiendo este ambiente multicultural”.
Y Adriana destaca su experiencia en IMDEA: “Está siendo muy buena, desde el momento en el que inicié mis estudios de doctorado. Es el mejor ambiente para desarrollar nuevas ideas y ponerlas en práctica. “Es maravilloso cuando, después de tanto esfuerzo y dedicación, puedes ver que tus ideas funcionan y que son comparables con trabajos realizados por otros centros de investigación”. Dos ejemplos de jóvenes mujeres que han luchado para encontrar su camino, referencia de futuras compañeras en emprender la apasionante ruta de la ciencia.