Es un gran honor y privilegio estar aquí y ser objeto de este acto público de generosidad. Acepto, aunque no merezco este Premio de Investigación que me concede la Comunidad de Madrid. Estoy profundamente agradecido al jurado que consideró apropiado incluirme en la lista de investigadores que me han precedido en este reconocimiento, entre los que están científicos tan ilustres como José Elguero, Antonio Hernando y Amable Liñán. Este Premio tiene un especial significado para un químico-físico ya que tiene el nombre de uno de nuestros insignes físicos, quien descubrió al comienzo en 1922 los multipletes en la época más brillante de la Mecánica Cuántica.
Este premio significa el reconocimiento de los esfuerzos colectivos de mis amigos del equipo de investigación del Departamento de Estructura y Reactividad del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC, el trabajo continuado de doctorandos y postdoctores, asociados e investigadores, todos ellos brillantes, entusiastas, diligentes y minuciosos que han trabajado en equipo y que han dado peso específico a la investigación a lo largo de tres décadas. Quiero dejar también constancia expresa del esfuerzo desinteresado de multitud de amigos y colaboradores de otros países y, en particular, aquellos del área Iberoamericana que empezaron su doctorado en nuestro equipo y que hoy continuamos desarrollando proyectos conjuntos. De todos ellos he aprendido, no solo de la ciencia sino también de la vida, y ese sedimento me ha quedado imborrable y lo conservo como un preciado tesoro. También quiero extender mi agradecimiento a los maestros que he tenido; en especial al Prof. Jesús Pajares, mi director de Tesis Doctoral, a los Profesores Joseph Cunningham de la National University de Irlanda y Bernard Delmon de la Université Catholique de Lovaina, con los que he trabajado en sus laboratorios y de quienes recibí consejos y una visión amplia de las reacciones químicas en la superficie de catalizadores sólidos. Estas lecciones me resultaron de enorme utilidad y me sirvieron para definir el campo de actuación de las investigaciones desde el comienzo de los años 80 hasta la actualidad. Me gusta especialmente una cita que quiero compartir con ustedes y que hace referencia a Newton: "Si he podido ver tan lejos, es porque he podido apoyarme sobre el hombro de los gigantes que me han precedido".
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No hay duda del papel esencial que va a desempeñar la catálisis en el próximo futuro. La energía, el medio ambiente, la salud y el desarrollo competitivo son las áreas claves de expansión en la mayor parte, sino en todos, los países |
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En verdad, en esta profesión cuando acumulamos larga experiencia y nuestro trabajo alcanza cierta repercusión el horizonte se difumina. El progreso resulta de una alianza casi indiscernible de ideas, imágenes, publicaciones de muchas escuelas y disciplinas perfectamente aleadas en el crisol individual que cada uno empieza construir en su entorno de trabajo. A ello se debe añadir la disposición o don personal para soñar, fantasear y pensar sobre el mundo de lo pequeño, de las moléculas, y ordenar y expresar la belleza de la naturaleza con un lenguaje tan escueto como preciso.
La capacidad de tener éxito en el trabajo está poderosamente relacionada con el lugar de donde somos. Permítanme Presidenta esbozar unas pinceladas de mi trayectoria. Mi inicio en la investigación fue totalmente fortuito. Comenzó en el último curso de la Licenciatura en Ciencias Químicas en la Universidad de Oviedo cuando leí un cartel en el que se ofrecía una beca para desarrollar una Tesis Doctoral en el Departamento de Catálisis del Instituto de Química-Física "Rocasolano" del CSIC, departamento que posteriormente se configuraría como un Instituto propio del CSIC. Ante la incertidumbre de dedicarme a la investigación o un trabajo de química analítica que ofrecía la industria siderúrgica del entorno, solicité consejo a uno de mis profesores quien me respondió con una frase tan lacónica como contundente "si quiere hacer una buena Tesis váyase a Madrid". Y no estaba equivocado. Desde mediados los años 70 cuando me trasladé a Madrid, la Comunidad de Madrid me acogió plenamente, me facilitó la actividad investigadora y en ella encontré un entorno extraordinario con centros de excelencia, excelentes alumnos y colaboradores con los que pude construir el armazón y los detalles de un edificio que alcanzó su consolidación hace ya bastantes años. Muy agradecido, Presidenta, por esta cálida acogida que nos hace la Comunidad de Madrid a los que venimos de provincias.
En esta ocasión que se me brinda, unas breves palabras sobre los temas cercanos a mi casa, aquellos en los que he estado implicado y que sigo cultivando con la misma dedicación e ilusión de mi época de Doctorado.
Brevemente, menciono el papel de la catálisis y la ingeniería química en el área de la energía y el papel material e intelectual que desempeñan en el desarrollo sostenible, en el uso racional de la energía y en la prevención del daño ambiental.
La catálisis como una disciplina de la química-física ha sido uno de los ejes fundamentales del desarrollo armónico de la humanidad. Para tener una visión panorámica de la catálisis simplemente tenemos que mirar a nuestro alrededor para ver su influencia en nuestras vidas. Las fibras que integran muchas prendas de vestir que usamos cada día, el mobiliario, las pinturas, los desodorantes, los pesticidas, los fertilizantes, las vacunas, los medicamentos y muchas otras sustancias se fabrican mediante procedimientos catalíticos, primero en el laboratorio y después a escala industrial. Al final, nuestra tarea es convencer a los ciudadanos y educar a los estudiantes para que puedan evaluar en su justo término el verdadero valor que desempeña la química y la catálisis en el desarrollo de una sociedad con niveles más elevados de confort, igualdad y libertad.
La catálisis y la ciencia e ingeniería, en general, continúan ofreciendo opciones morales de carácter neutro. Tales opciones representan los retos sociológicos y tecnológicos de la tecnología, ¿Cómo asegurar un desarrollo sostenible y un confort social mediante el uso racional de la ciencia y la tecnología, la catálisis y la ingeniería? Las decisiones que debe asumir una sociedad que posee en general un conocimiento limitado de la ciencia y la tecnología determinan cómo y cuando las opciones aportan beneficio o causan daño.
Nuestro mundo afronta retos sin ningún tipo de precedentes: ¿cómo podemos alimentar una población mundial creciente? ¿Cuál será el mix energético del futuro? ¿Cómo podremos suministrar agua limpia a la población? ¿Cuáles serán los conceptos de movilidad en el futuro? Estos retos tienen su origen en el crecimiento enorme de población: 2.500 millones más alrededor de 2050, para un total de población mundial de 9.000 millones. Y una cosa es clara: No será posible afrontar estos retos futuros aplicando conceptos del presente ni mucho menos del pasado. Para ello necesitamos incorporar innovaciones rompedoras: innovaciones que vendrán principalmente de la mano de la catálisis y que contribuirán al desarrollo sostenible. No hay duda del papel esencial que va a desempeñar la catálisis en el próximo futuro. La energía, el medio ambiente, la salud y el desarrollo competitivo son las áreas claves de expansión en la mayor parte, sino en todos, los países.
Se esperan grandes progresos en el desarrollo de procesos relacionados con el ambiente. La conservación del entorno natural es uno de los objetivos esenciales de una sociedad avanzada, y en algunos casos, tales como el cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero, condicionan la vida en nuestro planeta. Los problemas asociados a las emisiones de CO2 o el tratamiento de residuos urbanos e industriales requieren acciones urgentes a nivel mundial. En lo que respecta a la salud, es esencial la producción de medicamentos para aliviar, entre otros, los problemas asociados con una fracción importante de población de mayores y para frenar el avance de epidemias que se fomentan con una intensa movilidad de la población. En esta dirección la catálisis va a desempeñar igualmente un papel clave.
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Estamos ahora en uno de estos momentos idóneos para dar un gran salto adelante en la ciencia, la tecnología y la innovación |
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El aporte seguro de energía de forma sostenida representa uno de los retos, sino el más importante, de la humanidad en el siglo 21. La energía es crítica para el desarrollo humano incluyendo el ecosistema, crecimiento económico, empleo, prosperidad y equidad. Además de la disminución progresiva y el crecimiento ininterrumpido del coste de los combustibles de origen fósil, otros factores tales como eficiencia del uso, seguridad, coste, factores climáticos y ambientales y el riesgo de inquietud política y social, juegan un papel cada vez más importante y exigen esfuerzos colectivos para cambiar el modelo energético actual a otro más sostenible.
Aproximadamente el 85% de la energía viene de los combustibles fósiles, distribuidos de forma muy heterogénea en la corteza terrestre. Estas reservas no solo disminuyen de forma progresiva sino que su uso genera efectos adversos como la contaminación que afecta la salud y contribuye al calentamiento global. Se necesitan acciones globales rápidas para resolver la crisis energética. Necesitamos conservar la energía y utilizarla por vías más eficientes. Llegado este punto deseo expresar el agradecimiento, una vez más, a la CAM por la puesta en marcha del IV PRICIT, con el que se ha financiado uno de nuestros programas, denominado PHISICO2, con el que hemos alcanzado logros formidables y que tiene una proyección excelente en el área de energías renovables y en la puesta en marcha de conceptos avanzados de captura de carbono en los procesos de generación.
La necesidad de un mix energético queda perfectamente ilustrada si miramos hacia la perspectiva energética para los próximos 30-50 años. Conforme a las proyecciones, las energías renovables tendrán solamente un significado importante en ese mix en una escala temporal superior a dos décadas. La contribución de los nuevos combustibles, y especialmente el hidrógeno como vector energético, en el futuro sistema global energético no admite discusión en cuanto que las emisiones de dióxido de carbono y otros contaminantes gaseosos que provienen del uso indiscriminado de los combustibles fósiles deben reducirse fuertemente. El sector del transporte puede y debe reducir los niveles de emisiones, y especialmente los de dióxido de carbono. En promedio el sector del transporte contribuye con un 20% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.
Para satisfacer el apetito creciente de energía y al mismo tiempo garantizar la salud de nuestro planeta se debe producir al menos 10 trillones de wattios (o TW) de energía libre de carbono para dentro de 3-4 décadas. Las opciones posibles incluyen la descarbonización de de los precursores de origen fósil y el aporte de las energías renovables. En la actualidad se consumen alrededor de 1000 barriles petróleo por segundo o lo que es lo mismo 2 litros por día y por habitante. Además, se estima que la demanda de energía aumente un 50 % en las dos próximas décadas. El objetivo de sostenibilidad ecológica es todavía más necesario si consideramos el problema de la desigualdad. En verdad, la desigualdad es la característica prominente de los habitantes de distintos países y también el problema más difícil de resolver. Estamos convencidos de que la estabilidad de la sociedad disminuye conforme aumentan las desigualdades entre la población. Esa sentencia del sabio Solon: "Cada cosa con mesura, nada con exceso", es el mejor remedio contra la desigualdad .
¿Por cuánto tiempo seguiremos por este camino? En este punto hay varias cuestiones enmarañadas que requieren una respuesta inequívoca. Como químicos, podemos ayudar en la mejora de las tecnologías energéticas y en el descubrimiento de nuevos procesos que permitan resolver el problema energético en su raíz. Podemos sentirnos afortunados por el hecho de que la Tierra recibe una cantidad de energía del Sol de 120.000 TW en forma de radiación electromagnética. Esta cantidad de energía excede con creces las necesidades de la población de la Tierra. Para tener una idea más precisa de esta cantidad nos basta un simple cálculo: si se cubre solamente el 0.16% de la superficie de la Tierra con sistemas de conversión cuya eficiencia es el 10% se recuperaría una energía de 20 TW, que es aproximadamente el doble del consumo anual mundial de energía fósil. La energía del Sol es nuestra fuente de energía última de la que necesitamos aprender no solo sólo como la usa la naturaleza para alimentar sino como podemos convertirla en otras formas de energía útil para el desarrollo de la civilización. El Sol proporciona de forma continua una cantidad enorme de energía perfectamente distribuida en todo el planeta. No obstante, este potencial extraordinario como fuente limpia, abundante y económica de energía no podrá explotarse a menos que se convierta en otra forma más versátil. Por tratarse de una energía difusa e intermitente, su conversión requiere concentración y almacenamiento. Ambos requerimientos se están explotando mediante tecnologías artificiales de conversión. Además, podemos aprovecharnos de la fotosíntesis. A lo largo de millones de años la Naturaleza ha diseñado una estrategia maravillosa que permite convertir los productos finales de la combustión (CO2 y H2O) en estructuras poliméricas que almacenan la energía del Sol en enlaces C-C y C-H. Mediante el uso de tecnologías apropiadas que conocemos con suficiente detalle podemos convertir este material polimérico (lignocelulosa, hemicelulosa y lignina) en combustible líquidos limpios y esencialmente renovables. Esta opción indirecta, junto a la directa mencionada, de transformación de energía solar en combustibles sintéticos ofrece una alternativa extraordinaria para los países que no disponen de energías de origen fósil, pero que reciben anualmente niveles elevados de insolación, como ocurre con los del arco mediterráneo. Estas son algunas de nuestras ideas de futuro para aliviar la fuerte tensión que soporta nuestro mix energético.
Permítame, para terminar una anotación. Es cierto que la ciencia progresa lentamente, de forma lineal y con un trabajo continuado. Pero paralelamente a este avance progresivo, también es cierto que las grandes revoluciones en Ciencia se producen de forma puntual, discreta y que en ocasiones se dan las circunstancias adecuadas para proyectarse hacia el futuro. Estamos ahora en uno de estos momentos idóneos para dar un gran salto adelante en la ciencia, la tecnología y la innovación. La sociedad lo demanda y los numerosos equipos de investigación de la Comunidad, están preparados para desempeñar el papel que les corresponde, aportando una ciencia de calidad y también una ciencia próxima a la sociedad. Presidenta, necesitamos el apoyo continuado de la CAM para poder responder juntos a los retos de la sociedad, algunos planteados aquí de forma muy somera, para avanzar con la ciencia y la tecnología en favor de todos.
Gracias, Señoras y Señores.