La pandemia de Covid-19 ha reforzado el interés por el gasto social como clave para suavizar el impacto de las crisis económicas y proteger a los más vulnerables
Un equipo de profesores de Economía Aplicada pertenecientes a la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) ha analizado la importancia de la influencia del gasto social en el corto plazo como herramienta fundamental en las políticas públicas para suavizar los impactos de las crisis económicas.
Desde una perspectiva keynesiana, el gasto público debe actuar como fuerza estabilizadora y avanzar en una dirección contracíclica. En el estudio recién publicado en la revista Empirica, los autores capturan el comportamiento sincronizado del gasto social en 35 países de la OCDE durante el período 1980-2013.
Los resultados han confirmado que el esfuerzo cíclico conjunto de las mayores economías avanzadas (como son Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón y países de la Unión Europea) reforzó sus respuestas nacionales.
Por su parte, otros países siguieron patrones de gasto social independientes, con comportamientos procíclicos en sus políticas nacionales de gasto social, con los que acentuaron los efectos de las crisis.
El análisis de los cambios en el comportamiento sincronizado conjunto confirma que el estímulo más exitoso está relacionado con la llamada a una respuesta internacional en 2008, cuando el G-20 coordinó esta acción con el objetivo de que el estímulo fiscal entre países llevara a respuestas positivas ante la Crisis Financiera Global (GFC).
Los resultados muestran la sincronización en las fluctuaciones del gasto social en la mayoría de los países avanzados durante el período estudiado, que facilitó una respuesta conjunta expansiva sin precedentes.
Una contribución notable del trabajo es identificar países que comparten las fluctuaciones del gasto social y tienen la posibilidad de coordinar la respuesta contracíclica a shocks generalizados internacionales. En este artículo se comprueba que las instituciones internacionales juegan un papel clave para ampliar la capacidad de contrarrestar las crisis al realizar una labor de supervisión y coordinación de estas políticas sociales.
En cuanto a metodología, el estudio se llevó a cabo mediante la estimación de un modelo de factores dinámicos para evaluar si las fluctuaciones en el gasto social están sincronizadas. “Lo novedoso radica en la capacidad del modelo para identificar los países que comparten un comportamiento global y analizar su trayectoria en relación al ciclo económico”, explica María Jesús Delgado Rodríguez, profesora en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la URJC.
Con ello, fue posible contrastar la existencia de un patrón sincronizado en el gasto social sin imponerlo a priori. Además, se logró medir el comportamiento cíclico del gasto social de cada país respecto a sus ciclos económicos, implementando modelos recursivos, algo poco habitual en esta literatura.
Las áreas sombreadas corresponden a las fases de contracción del comportamiento internacional del gasto social, y las áreas con líneas discontinuas con las fases de recesiones de la actividad económicas (PIB) de acuerdo al fechado realizado por el FMI (2019) / Ayala-Cañón et al.
Análisis del comportamiento del gasto social
La Crisis Financiera Global (GFC) en 2008/09 y la pandemia de COVID-19 han demostrado cuán interconectado está el mundo y cuán rápido las recesiones en un país pueden propagarse internacionalmente. Esto puede implicar tanto límites en la capacidad de emprender políticas de estabilización a nivel nacional, como la necesidad de una mayor cooperación internacional en materia de políticas para generar estímulos conjuntos de gasto público.
Las organizaciones internacionales han reclamado una mayor acción coordinada, consiguiendo que el Plan de Acción del G20 para hacer frente a la COVID-19 tenga grandes efectos estabilizadores (FMI 2021).
El análisis de las características cíclicas del comportamiento sincronizado del gasto social mostró que la intensidad de las contracciones del gasto social fue mayor que la de las expansiones, debido al fomento de políticas de austeridad durante la GCF, que contribuyeron a un empeoramiento de la situación en 2011.
“Este resultado debe ser considerado para futuras crisis, ya que las contracciones tempranas y fuertes del gasto social pueden reducir las posibilidades de mitigar la vulnerabilidad y apoyar la recuperación económica. Por ello, es fundamental que los organismos internacionales y nacionales mantengan los estímulos fiscales requeridos” señala Luis Ayala Cañón, primer firmante de la publicación.
“Las investigaciones futuras en esta área deberían considerar la dinámica específica de cada país en el modelo para profundizar en las diferencias en las respuestas del gasto social a lo largo del ciclo económico” añade Sonia De Lucas Santos, profesora en la Facultad de Ciencias Económicas de la UAM.
Para los autores, otro tema que merece atención futura en el análisis del comportamiento del gasto social es el estudio de las diferencias en cómo se han manejado las transferencias gubernamentales —en efectivo y en especie— a lo largo del ciclo económico. De igual forma, ven importante explorar qué variables macroeconómicas, financieras, institucionales y políticas determinan su comportamiento.
Referencia bibliográfica:
Ayala-Cañón, L., Delgado-Rodríguez, M.J., De Lucas-Santos, S. 2022. Synchronization and cyclicality of social spending in economic crises. Empirica. doi: 10.1007/s10663-022-09545-w
Más información: UAM Gazette / Unidad de Cultura Científica de la UAM (UCCUAM
