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Palabras de la Presidenta de la Comunidad de Madrid en el acto de entrega de los Premios de Investigación de la Comunidad de Madrid "Miguel Catalán" y "Julián Marías" 2011

Excma. Sra. Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid,
Ilma. Sra. Viceconsejera de Educación de la Comunidad de Madrid,
Ilmo. Sr. Director General de Universidades e Investigación,
Señores galardonados con los Premios de Investigación de la Comunidad de Madrid 2011 (Diego Córdoba, Juan Ramón Rallo, María Teresa Miras y Juan Velarde).

Señoras y señores,

Quiero empezar expresando mi más cordial felicitación a los cuatro investigadores distinguidos hoy con los Premios de Investigación de la Comunidad de Madrid “Miguel Catalán” y “Julián Marías” 2011: los jóvenes doctores Diego Córdoba, Juan Ramón Rallo, y los ya consagrados profesores María Teresa Miras y Juan Velarde.

Desde hace siete años, la Comunidad de Madrid concede estos Premios para honrar a nuestros mejores investigadores y reconocer su excelencia ante la comunidad científica, ante todos los ciudadanos, y sobre todo, ante todos aquellos jóvenes que sienten la llamada del estudio y la investigación.

Porque creemos que quienes reciben estos Premios por su esfuerzo, su talento, y sus aportaciones, son ejemplos a seguir, no sólo para sus colegas en los ámbitos académicos, sino también para toda la sociedad en su conjunto.

Especialmente en un momento de crisis como el que atraviesa España. Porque todos los que abordan el estudio de la actual situación de nuestra Patria, aunque discrepen en otros aspectos, están unánimemente de acuerdo en que, para salir de la actual crisis y para prevenir las futuras, se hace imprescindible mejorar sustancialmente nuestro sistema educativo y de investigación en todos sus niveles. Estos premios honran la memoria de dos investigadores que, desde Madrid, dedicaron su vida y sus estudios a alcanzar los más altos niveles en sus materias, la Física y las Humanidades.

Miguel Catalán es una figura fundamental en la investigación española e internacional en el campo de la Física y me atrevo a asegurar que ha sido el físico más importante de la historia de España.

Desde su laboratorio de la calle Serrano, y en estrecha colaboración con centros de excelencia internacional como el Imperial College de Londres, el Institute for Advanced Studies de la Universidad de Princeton o el Massachusetts Institute of Technology, el MIT, realizó espectaculares descubrimientos en física fundamental que dieron a la ciencia española una posición relevante en los años veinte y treinta del siglo pasado.

A él se debe la aportación más destacada de España a la física mundial: la definición de los multipletes, que constituyó un paso decisivo en el desarrollo de la teoría cuántica y permitió la interpretación de la estructura de los átomos a través de los espectros producidos por los elementos químicos. Su aportación significó, además, un importante avance en las investigaciones astrofísicas sobre la composición química del universo. Todo ello le valió situarse a las puertas del Premio Nobel.

Casado con Jimena Menéndez Pidal, que ha sido una de las educadoras más importantes de nuestra historia, Miguel Catalán siempre tuvo muy presente la importancia de la educación científica desde la enseñanza secundaria. Él mismo, como profesor de varias generaciones de estudiantes de bachillerato, se esforzó por hacerles inteligibles los conceptos fundamentales de la Ciencia. Miguel Catalán practicaba la idea de que instruir es facilitar el acceso al conocimiento, sin importar su complejidad.

En un tiempo en el que los medios eran muy escasos, cuando no inexistentes, Catalán consiguió situarse en la élite mundial de la actividad científica y aportar descubrimientos de trascendental importancia.

Otra inmensa personalidad intelectual del siglo XX, a la que tampoco se le reconoció en vida todo el valor de sus innumerables aportaciones a nuestra cultura fue Julián Marías, un magnífico ejemplo de humanista.

Desde su casa de la calle Vallehermoso, Marías iluminó la segunda mitad del siglo XX español con la profundidad y honradez que siempre caracterizaron su pensamiento.

Con el ejemplo de este grandísimo pensador y escritor, el Premio a la Investigación en Humanidades reconoce a aquellos cuyas ideas nos ayudan a todos a entender mejor lo que pasa y los que nos pasa.

Tomando como modelo a estas dos grandes figuras de las Ciencias y las Letras, los Premios de Investigación “Miguel Catalán” y “Julián Marías” tienen por objeto destacar a los que ponen al servicio de la sociedad sus conocimientos críticos e inteligentes. Este es el rasgo común a cuatro estudiosos de trayectorias tan variadas como los que hoy premiamos.

Señoras y Señores,

El Premio “Miguel Catalán” para investigadores menores de 40 años tiene como objetivo incentivar a los científicos más prometedores de nuestra Comunidad.

Tal es el caso del ganador de este año, Diego Córdoba. Desde siempre, influido sin duda por el ambiente familiar, ha sentido la atracción por el planteamiento y resolución de problemas matemáticos. En sus propias palabras, para él “cada problema es un riesgo”, y para resolverlos combina la lógica y la imaginación, con resultados reconocidos en España y en los más prestigiosos centros internacionales.

Diego Córdoba es un ejemplo de los fecundos resultados de la apertura internacional de la ciencia española. Doctor por Princeton, volvió a España en 2001 gracias al programa Ramón y Cajal y hoy es Profesor de Investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Sus investigaciones se han plasmado en más de 40 publicaciones, cinco tesis doctorales dirigidas, y el liderazgo de varios proyectos, el último de ellos financiado por el European Research Council, que goza del máximo prestigio internacional.

El Premio “Julián Marías” a investigadores menores de 40 años en materias humanísticas, distingue este año a Juan Ramón Rallo, por su investigación sobre la teoría del ciclo económico desde la perspectiva de la Escuela Austriaca de Economía, que busca dar un fundamento científico a las ideas económicas liberales.

Juan Ramón Rallo es Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Rey Juan Carlos, Centro del que es también profesor asociado. Desde el año 2010 es también profesor en el Instituto Superior de Educación, Administración y Desarrollo (INSEAD) y Director del Observatorio de coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana desde 2007.

Además de sus publicaciones científicas, Rallo reúne una profusa obra divulgativa en prensa, en la que busca siempre huir de los tópicos y hacer aportaciones originales sobre las cuestiones económicas más trascendentales y, en los últimos tiempos, sobre las posibles soluciones a la actual crisis económica.

El Premio “Miguel Catalán” a toda una trayectoria científica reconoce este año la labor investigadora y el magisterio de María Teresa Miras en el área de la bioquímica. La trayectoria de la Profesora Miras es ejemplar por su intensa y fecunda productividad en la investigación y la docencia universitaria de ámbito español e internacional.

Doctora por la Universidad Complutense y por la Universidad de Estrasburgo, sus descubrimientos sobre la química del sistema nervioso se han plasmado en más de 270 publicaciones en revistas científicas, con un impacto de más de 5000 citas, y dos patentes en el área de enfermedades neurodegenerativas.

Hace tiempo que el mundo científico ha mostrado su reconocimiento a la profesora Miras, presidenta de la Real Academia de Farmacia, y miembro de la Academia de Ciencias de Rusia, y de la de Farmacia en Francia y en Argentina. Hoy la premia la Comunidad de Madrid desde la certeza de que la enorme relevancia de sus investigaciones es buena muestra de que los esfuerzos y los descubrimientos de los científicos en su especialidad redundan siempre en bienestar para toda la sociedad.

Con el Premio “Julián Marías” a toda una trayectoria investigadora en Humanidades, este año distinguimos a un sabio en una de las ciencias sociales que en las actuales circunstancias más nos dan que hablar: la economía. Debemos recordar que los clásicos consideraban la ciencia económica como un complemento inseparable de la ética y la política. Y hoy más que nunca, es necesaria esta visión humanística de la economía.

A ella ha dedicado con pasión y sabiduría su vida entera el Profesor Juan Velarde. Durante su amplísima trayectoria ha ejercido una infatigable labor docente e investigadora. Desde la Universidad, la prensa, las instituciones, y la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, ha sido un defensor profundo y riguroso del respeto a la libertad y la apertura a los mercados internacionales.

Juan Velarde es maestro de varias generaciones de economistas y autor de 46 libros, desde 1960 a 2011, que se han convertido en verdaderas obras de referencia. Sus ocho doctorados honoris causa por universidades españolas muestran el merecido reconocimiento al que hoy se suma este Premio.

Señoras y señores,

Decía D. Santiago Ramón y Cajal que al carro de la cultura española le faltaba la rueda de la ciencia. Durante mucho tiempo ha sido así. Sin embargo, la labor sacrificada y genial de investigadores como él mismo, como Miguel Catalán o los científicos que hoy premiamos, ha ido construyendo una base sobre la que hoy podemos decir que se desarrolla una importante actividad científica.

En este sentido, puedo decirles que es un motivo de satisfacción para la Comunidad de Madrid promocionar la búsqueda de la excelencia en todos los ámbitos de la educación y la ciencia y premiar a estos brillantes representantes de la investigación española en campos tan diversos.

La calidad académica y científica de estos cuatro premiados es prueba del alto nivel que la investigación científica ha alcanzado en la Comunidad de Madrid. Hoy Madrid es una de las grandes Regiones científicas de Europa, lo que la ha convertido en un destino atractivo para muchos investigadores de todo el mundo.

De hecho, nuestra Región, con 6 universidades públicas y 8 privadas, y la sede central de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, reúne la mayor concentración de estudiantes e investigadores de España y una de las mayores de Europa. Contamos con cuatro Campus de Excelencia Internacional de ámbito exclusivamente madrileño que suponen una inversión total de 57 Millones de euros[1]. Somos la primera Región española en cantidad y calidad de congresos y revistas científicas, y también en participación en redes científicas internacionales.

Además, la Comunidad de Madrid está a la cabeza de España en I+D, con una inversión que, aun en estos últimos años, supera el 2% de nuestro PIB. A estos resultados han contribuido en gran medida los IMDEAs, que cuentan con cerca de 400 (392) investigadores de reputación mundial, contratados para trabajar con nosotros en 8 áreas fundamentales para el desarrollo económico y tecnológico de la Región: las tecnologías del Agua, la Alimentación, las Ciencias Sociales, la Energía, la Ciencia de Materiales, la Nanociencia, las Redes de Comunicación o el Software.

Una muestra del éxito de los IMDEAs es su capacidad de autofinanciación. En el periodo 2008-2011, han obtenido ingresos por valor de en torno a 32 millones de euros mediante contratos con empresas y financiación en convocatorias públicas competitivas. Ello supone costear con medios propios sus actividades científicas en una cantidad próxima al 33%, un valor mucho mayor del habitual en otros centros públicos de investigación españoles, y que se encuentra a la par del grado de autofinanciación de los centros de investigación más prestigiosos del mundo.

Señoras y señores,

La excelencia de estos cuatro investigadores es fruto de años de preparación, estudio y talento. Del esfuerzo continuo por cultivar estrechos lazos con la comunidad científica internacional. De una autoexigencia constante en busca de la verdad que fundamenta el conocimiento científico, sin concesiones a los tópicos preestablecidos, o a una popularidad fácil e inmediata. Estos son los valores que producen la excelencia en todos los ámbitos del saber.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid quiere que nuestra Región continúe liderando la generación de ideas e iniciativas innovadoras. Y por ello se esfuerza en impulsar una educación que prime, y que premie, el esfuerzo, el estudio y la excelencia.

En la entrega de estos mismos Premios del año pasado anuncié la creación de un Bachillerato de Excelencia, dirigido a los alumnos que han acumulado mayores méritos durante su escolarización obligatoria. Así, hemos ofrecido a los estudiantes con mejores resultados académicos una enseñanza más exigente, que, como ellos, aspira a la máxima excelencia.

Tenemos la certeza, avalada por el éxito del proyecto en este primer año, de que no hay mejor recompensa ni mayor estímulo para los estudiantes que saber que está en su mano recibir una educación que les haga esforzarse, superarse, y dar lo mejor de sí mismos.

Quiero decir aquí que, en una situación de grave crisis como la que estamos viviendo, el Gobierno de la Comunidad de Madrid no sólo va a mantener el esfuerzo en educación, sino que potenciará los programas de excelencia.

Por esta razón, el curso que viene el Bachillerato de Excelencia se impartirá no sólo en el Instituto San Mateo, sino que se crearán también nuevas Aulas de Excelencia en otros Institutos que lo soliciten.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid lleva años fomentando en el ámbito educativo el esfuerzo y el rendimiento académico. Por esta razón hemos modificado el peso del expediente académico para la elección de Centro en Bachillerato, de modo que el empeño e interés de los alumnos, demostrado en su rendimiento académico, sean el criterio más importante para elegir el centro en que quieren estudiar. Porque valorar el mérito y el esfuerzo personal es lo único que verdaderamente asegura una igualdad real de oportunidades a todos los jóvenes, vengan de donde vengan.

El esfuerzo se premia ofreciendo una educación de calidad, y poniendo al alcance de nuestros alumnos los medios para que puedan continuar formándose. Por esta razón, mantendremos también los Premios de Bachillerato y las Becas de Excelencia.

Nuestro Gobierno ha creado los Premios Extraordinarios de Secundaria, la Mención Honorífica y los Diplomas de Aprovechamiento para reconocer a aquellos alumnos que se esfuerzan por sacar el máximo rendimiento de sus estudios.

Las Becas de Excelencia se crearon hace 10 años, y el año 2011 se convocaron más de 1500 (1502), con el objetivo de facilitar los estudios universitarios de los alumnos con aprovechamiento académico excelente.

Estas becas son una inversión de futuro porque, cuando estos alumnos se incorporen a la vida profesional, devolverán con creces a la sociedad madrileña lo que recibieron de ella para estudiar.

En definitiva, creemos que el mérito y el estudio merecen ser reconocidos. Por esta razón apoyamos la iniciativa del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para que de las becas que cubren el pago íntegro de las cuotas universitarias, que se pagan con los impuestos de todos los españoles, se beneficien los alumnos que demuestran un verdadero interés por su formación, y aprovechan la oportunidad que tienen en sus manos de acceder a una formación de calidad, no obligatoria, y sin coste alguno para ellos.

De esta forma, además, se garantiza que quien no tiene recursos, pero sí tiene interés y talento, pueda acceder a estudios superiores y, quizás, en un futuro, emprender una carrera científica y merecer premios como los que hoy entregamos.

Señoras y señores,

Los estudiantes de la Comunidad de Madrid tienen en los cuatro investigadores que hoy premiamos un modelo de excelencia, por sus grandes logros y por los valores que han cultivado para conseguirlos.

De ellos han de aprender a luchar contra la tentación del acomodo y del mínimo esfuerzo. Hoy, más que nunca, la constancia en el estudio y el ansia por aprender son valores esenciales para salir adelante, a pesar de la precaria situación económica que tanto afecta a los jóvenes que buscan labrarse un futuro.

Todos estos jóvenes tendrán que enfrentarse también a lo que Julián Marías llamaba “el rencor contra la excelencia” , que tanto daño ha hecho a la educación española. Y no me cabe duda de que con estudio, trabajo, esfuerzo, talento y dedicación conseguirán vencer todos los obstáculos que encuentren y dar lo mejor de sí mismos.

Marías, que tuvo que luchar con un entorno que le fue casi siempre hostil, eligió como lema de su ingente obra intelectual una sencilla frase: “¡Que por mí no quede!” . Con esa frase quería decir que, aunque la obra de un solo hombre pueda parecer insuficiente, había que entregarse día a día al trabajo de cada uno para eso, para que nadie pueda acusarnos de no haber hecho lo máximo que cada uno puede hacer.

Creo que esta lección del siempre recordado Julián Marías puede ser un buen consejo para todos los científicos y estudiantes de la Comunidad de Madrid.

Muchas gracias.



[1]Son el: "Campus de Moncloa: la energía de la diversidad", coordinado por las universidades Complutense y Politécnica; "Campus Carlos III: creando conocimiento"; Campus Excelencia

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