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CEU/IATA
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VV.AA

Videojuegos para el avance de la biomedicina

Borderlands Science es un minijuego diseñado para ayudar a descifrar la historia evolutiva de los microorganismos de nuestro intestino

¿Y si los videojuegos pudieran ayudar a los científicos en la investigación de genes y enfermedades? La industria de los videojuegos no ha dejado de crecer en la última década. Aunque muchos los consideran un simple entretenimiento, la ciencia ciudadana los ha llevado un paso más allá.

Pueden sumergirse, por ejemplo, en la genómica, esa disciplina que ha revolucionando la medicina desde principios de la década de 2000, cuando se secuenció por primera vez el genoma humano. La producción de datos genéticos ha aumentado exponencialmente con las nuevas tecnologías de secuenciación del ADN, permitiendo a los investigadores descifrar incógnitas sobre enfermedades genéticas, diversidad de microorganismos o diseño de nuevos fármacos.

La producción masiva del big data genético ha impulsado el desarrollo de todo tipo de herramientas informáticas capaces de evaluar millones de secuencias de ADN (equivalentes a millones de megabytes) de la forma más eficiente. Sin embargo, la inmensa cantidad de datos generados todavía requiere de personas encargadas de contrastar las tareas realizadas por los ordenadores.

¿Qué son los videojuegos de ciencia ciudadana?

Con más de 3700 millones de usuarios a nivel mundial, los videojuegos se han convertido en una oportunidad única para involucrar al público general mediante minijuegos que “esconden” tareas inabarcables por una única persona.

Todo comenzó hace 16 años con Foldit, un juego de ordenador online que consiste en predecir el plegamiento de las proteínas gracias a la creatividad e intuición humana, capaz de buscar patrones aún sin comprender su complejidad. Desde entonces, los videojuegos se han usado para analizar todo tipo de datos científicos.

Para los amantes de la microbiología, encontramos Colony B, un juego para móviles en el que hay que cultivar e identificar grupos de bacterias. Este es solo uno de los títulos desarrollados por la McGill University, pionera en crear juegos que usan datos científicos para ayudar a la sociedad.

En el campo de la neurociencia, EyeWire es un rompecabezas en 3D donde tenemos que colorear neuronas a partir de imágenes reales de microscopía que ayudan a reconstruir los modelos tridimensionales del cerebro.

En España, el grupo del Centro de Investigación Genómica (CIG) lanzó en 2022 el proyecto piloto Genigma, una aplicación móvil que propone descubrir las alteraciones genéticas de las células cancerígenas. Para conseguirlo, sus creadores fragmentaron el ADN de células sanas y malignas en pequeño trozos y los convirtieron en piezas que podían compararse visualmente.

Los microorganismos de tu intestino

Ahora, el famoso Borderlands 3, un videojuego de disparos en primera persona con elementos de rol desarrollado por Gearbox Software, que acumula millones de ventas desde su lanzamiento, ha incluido por primera vez un juego de ciencia ciudadana como parte de su historia.

Borderlands Science es un minijuego diseñado para ayudar a descifrar la historia evolutiva de los microorganismos de nuestro intestino.

El microbioma cumple funciones fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro sistema digestivo e inmunitario. Actualmente, el análisis de su ADN nos permite profundizar en su evolución y en la relación que tienen con nuestra salud.

Para conseguirlo, los investigadores recopilaron miles de muestras de ADN de muestras fecales y las dividieron en “rompecabezas”. En cada uno de ellos, las cadenas de ADN se muestran como ladrillos.

De forma similar a juegos como el Tetris o el Candy Crush, en cada nivel el jugador debe comparar distintas secuencias de “ladrillos” para ponerlos en su posición correcta. Esta tarea, aparentemente sencilla, ayuda a los investigadores a identificar los errores producidos en los alineamientos de ADN realizados de forma automática por los ordenadores.

Los resultados de este proyecto, liderado por la McGill University, han sido publicados en la revista Nature Biotechnology. Las estadísticas son claras: desde 2020, más de 4 millones de jugadores han resuelto más de 135 millones de rompecabezas científicos.

Además, los alineamientos conseguidos gracias a la inteligencia humana han mejorado los resultados de los programas informáticos. Esto es importante, dado que la “inteligencia humana” está siendo esencial para ayudarnos a perfeccionar los algoritmos de “inteligencia artificial” que están tan de moda.

Ahora, el reto es conseguir que más y más gamers se sumen a participar en este tipo de propuestas donde la ciencia se acerca más que nunca a todos nosotros.The Conversation


Autores: Carolina Ropero Pérez, Biotecnóloga en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), Universitat Politècnica de València y Antonella Locascio, Profesor doctor, Biología celular, molecular y bioquímica, Universidad CEU Cardenal Herrera

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.


Fotografía de portada: Borderlands.

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