Entrevista a Pablo Ares, investigador madrileño que ha recibido una Starting Grant del European Research Council. La Fundación para el Conocimiento madri+d ha acompañado a Pablo en el proceso para la solicitud y gestión de esta importante financiación
¿Cuál ha sido el camino desde que terminas tus estudios y comienzas a investigar hasta el momento en el que te encuentras ahora mismo?
Mi trayectoria académica no ha sido la estándar. En caso de hacer un doctorado, lo habitual es comenzarlo al terminar la carrera y después, normalmente o bien se sigue en la investigación, o bien se va a la empresa. En mi caso, después de licenciarme en Física desarrollé mi trabajo primero en una empresa durante 11 años y fue después cuando obtuve el doctorado y decidí seguir en la investigación.
Me licencié en Física en la Universidad Complutense de Madrid en 2003 y, después, me incorporé como científico de aplicaciones a la empresa Nanotec Electrónica S.L., dedicada al diseño, desarrollo y comercialización de microscopios de fuerzas atómicas (AFM).
En 2014, Nanotec cesó su actividad y me trasladé al Departamento de Física de la Materia Condensada de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), donde obtuve mi doctorado en 2017. Después de eso me incorporé al Grupo del Grafeno de la Universidad de Manchester (Reino Unido), donde trabajé como investigador Marie Sklodowska-Curie. En 2020 regresé a la UAM, donde actualmente soy investigador Ramón y Cajal desde 2022.
¿Qué significa para ti haber sido elegido para esta financiación europea? Tanto en lo profesional, desde luego, como en lo personal.
Ser seleccionado para esta financiación europea es, sin duda, un reconocimiento importante a las ideas que propuse. Me proporciona los recursos necesarios para llevar adelante investigaciones que pueden contribuir al desarrollo del conocimiento en áreas clave. Pero, más allá de este reconocimiento, lo que más siento es una gran responsabilidad. Me gusta compararlo con una película. Recibir estas ayudas no es como ganar un premio Óscar, sino como haber convencido a los productores de que soy capaz de rodar una película muy buena, y ahora toca demostrarlo.
En lo personal, representa un reto muy motivador y una oportunidad extraordinaria para hacer avanzar las ideas propuestas, pero también conlleva el compromiso de gestionar el proyecto de la mejor manera posible.
¿Cuántos años llevas trabando en tu propuesta entonces? ¿De dónde surge la idea?
Llevo varios años trabajando en esta propuesta. Al poco tiempo de volver a la UAM de mi estancia postdoctoral en el Reino Unido, empecé a trabajar junto a los investigadores Guilherme Vilhena y Julio Gómez Herrero sobre la relación entre el transporte de calor y la fricción a nivel nanométrico. La idea del proyecto surgió de la necesidad de entender y solucionar los problemas de gestión térmica en dispositivos electrónicos cada vez más pequeños.
Hoy en día, hay zonas en los dispositivos electrónicos con un tamaño de sólo unos pocos nanómetros (habréis oído hablar de chips de 2 nm). En ese espacio hay del orden de menos de 10 átomos, por lo que, la falta de un solo átomo ya puede ser relevante y afectar considerablemente a sus propiedades. En ese contexto, me pregunté: ¿Qué impacto puede tener un único defecto en el comportamiento térmico? Con mi experiencia previa en el estudio de las propiedades de los materiales bidimensionales (2D), como el grafeno, la propuesta empezó a tomar forma.
Inicialmente, presenté un proyecto similar con un enfoque más fundamental en la convocatoria anterior, pero no fue financiado. En esta ocasión, replanteé la propuesta con un enfoque más práctico y esta vez fue seleccionada.
¿Podrías explicar para alguien de fuera del mundo científico en qué consiste tu investigación y qué aplicaciones puede tener? En otras palabras, si nos puedes contar cómo va a mejorar nuestra sociedad tu propuesta.
Este proyecto se enfoca en entender cómo se transporta el calor a escalas extremadamente pequeñas, específicamente en materiales 2D, que están llamados a ser componentes clave de la electrónica del futuro. A medida que los dispositivos electrónicos se van haciendo cada vez más pequeños, como los chips de los teléfonos o los ordenadores, la gestión del calor se vuelve un desafío muy importante. Si el calor no se disipa bien, los dispositivos pueden sobrecalentarse y fallar.
Investigaremos cómo defectos individuales, como la ausencia de átomos, influyen en el transporte de calor, desarrollando nuevas técnicas para realizar estos estudios. Con el conocimiento adquirido, buscaremos aprovechar esos defectos para crear dispositivos térmicos innovadores.
¿Cómo previsualizas tus próximos años? ¿Has iniciado ya el proceso para seguir con tu investigación apoyado en la financiación del ERC?
Pues la verdad es que los previsualizo con mucho trabajo por delante, pero también con mucha ilusión. Proyectos de este tipo son una oportunidad única para montar un laboratorio de investigación de alto nivel y formar un equipo de nuevos investigadores. Actualmente he iniciado el proceso para lo primero, explorando con la UAM las opciones disponibles en las instalaciones de la universidad.
De cara a quién no sepa cuál ha sido el papel de la Fundación para el Conocimiento madri+d, ¿puedes explicar cómo es el proceso de acompañamiento?
La Fundación para el Conocimiento madri+d ofrece dos tipos de sesiones para ayudarnos. La primera es una "Sesión preparatoria al ERC Grant Hearing", donde nos proporcionan indicaciones sobre cómo prepararnos para la entrevista final.
Luego, organizan una "Sesión de simulación de la presentación", en la que simulamos la entrevista frente a un grupo de expertos. Aquí presentamos nuestro proyecto y nos someten a una ronda de preguntas donde debemos responder a las cuestiones preparadas por los expertos, de la misma forma que será luego la entrevista real, lo que nos permite mejorar nuestras respuestas y prepararnos mejor para la entrevista final. Además, recibimos retroalimentación sobre nuestra comunicación, tanto visual como verbal y no verbal.
Háblanos del Pablo de fuera del laboratorio, seguro que hay muchos niños y niñas que pueden verse como tú en su futuro…
Soy de Ponferrada, en el Bierzo, aunque ya hace bastantes años que me trasladé a Madrid cuando comencé mis estudios de Física. La verdad es que siempre tuve interés por el mundo científico y se me dieron bien las ciencias. También ayudó que mi hermano mayor, Saúl, decidiese ser científico, lo que en parte me sirvió de guía.
En mi caso particular, siempre tuve interés por el comportamiento de los materiales. Y para ello desde el principio tuve claro que, si quería estudiar el origen de sus propiedades, tenía que ser capaz de caracterizarlos a escalas muy pequeñas. Lo que no tenía claro es que quisiera seguir la trayectoria académica habitual, por lo que cuando en el último año de carrera vi un anuncio de la empresa Nanotec en que buscaban a gente con mi perfil, no me lo pensé y envié mi solicitud.
Trabajar allí con microscopios de fuerzas atómicas, un tipo de microscopía que había estudiado en la carrera y que es una herramienta básica de la nanotecnología y la nanociencia, era algo que me atrajo mucho. Una vez allí, no me defraudó, ya que me permitió estar en contacto con una gran variedad de estudios de diferentes tipos de materiales y fue despertando el “gusanillo” de realizar investigaciones más profundas. Por eso, cuando Nanotec cesó su actividad y tuve la oportunidad de incorporarme de pleno a la investigación científica, no me lo tuve que pensar dos veces. Quiero resaltar aquí el papel de Cristina, mi mujer, que siendo consciente de las dificultades que puede presentar la carrera científica, siempre tuvo confianza en mí y me ha apoyado a lo largo de mi trayectoria.
