
“Aunque la turbulencia sea algo bastante visible, predecir esos torbellinos que la provocan es muy difícil”
¿Cómo ha sido tu carrera investigadora hasta el momento?
Yo desarrollé mis estudios en Italia, estudié grado, máster y doctorado en la Universidad de Nápoles y en ese tiempo viví varias etapas internacionales. Además, cuando terminé el doctorado decidí irme fuera para buscar nuevas oportunidades y tuve la suerte de encontrar un trabajo aquí, en Madrid.
Madrid es una ciudad que siempre me ha gustado, por eso me decidí a venir y lo hice feliz, claro. Desde ese momento he estado desarrollando mi carrera en la Universidad Carlos III a nivel postdoctoral, empecé como profesor visitante, luego como profesor titular y desde 2022 soy catedrático de Ingeniería Aeroespacial.
¿En qué consisten la investigación?
Mi investigación está relacionada con el control de la turbulencia alrededor de vehículos.
La turbulencia es un fenómeno caótico, aunque tengamos ecuaciones que la modelan, son ecuaciones que analíticamente no se pueden resolver (a excepción del algunos casos muy sencillos de interés académico). Se pueden hacer simulaciones, que son muy caras y, entonces, estimar un flujo turbulento y saber qué es lo que va a pasar es algo de gran complejidad. Aunque la turbulencia sea algo bastante visible, porque todos hemos cogido un avión o hemos disfrutado viendo las formas que va tomando humo al salir por una chimenea, pero predecir esos torbellinos que lo provocan es muy difícil.
La oportunidad de controlarlo es muy grande porque permitiría mejorar la eficiencia de combustible, la calidad del vuelo, que no haya sobresaltos… Pero para controlarlo hay que estimar lo que está pasando, hay que tener unos sensores capaces de averiguar qué es lo que está pasando alrededor de nuestros vehículos.
Algo que me inspiró mucho fue que, justo antes de preparar la propuesta, vi una charla de biología que contaban cómo funcionan los insectos. Por lo visto tienen unas alas con sensores que pueden determinar qué pasa a su alrededor y pensé: “Esos sensores deben funcionar muy bien, porque cuando intentamos matar un mosquito cuesta”.
Nosotros queremos desarrollar sensores parecidos para usar en vehículos de transporte que, además, solo generen información cuando pase algo, lo que les convertiría también en mucho más eficientes, en términos de gestión de datos y para permitir la gestión de las acciones de control.
Con estos sensores se busca reducir las turbulencias, en otras palabras, reducir la resistencia del avión, por ejemplo, lo que se traduce en un menor gasto de combustible. Con esto se conseguiría reducir costes y, sobre todo, reducir la huella medioambiental.
Asimismo, es importante recalcar que esta es una investigación fundamental en la medida en que nosotros estamos intentando ver si es posible conseguir estos sensores. Si fuera posible, se necesitaría cierto tiempo, cierto desarrollo para “aterrizarlo” a la sociedad directamente.
¿Cómo es el proceso para solicitar este tipo de financiación?
Lo primero que hay que tener es una buena idea y escribir una propuesta de calidad porque las propuestas ERC se enfocan sobre todo en ciencia más que en tecnología, por lo que hay que identificar unas preguntas científicas importantes y concretas que se quieren contestar. En este caso, el desarrollo de estos sensores implica entender cosas sobre la turbulencia, entender cosas como, por ejemplo, cómo transformar algo que parece caótico en algo que se pueda expresar en unos pocos elementos.
La propuesta la he escrito en un tiempo no muy largo, pero estaba relacionada con unos estudios y desarrollos que mi equipo llevamos a cabo desde hace años. Lo que marca la diferencia en este proyecto es ese paradigma bio-inspirado.
¿Cuándo decides presentarte?
En nuestro equipo, otro compañero ya ha recibido financiación del ERC, por lo que estábamos familiarizados. Es un modelo bastante excepcional porque permite desarrollar investigación que no esté vinculada a una visión de proyecto desde arriba, sino que viene del investigador, lo que permite mucha más creatividad.
¿Cuándo viene la idea? Precisamente, en ese curso de verano en el que vi cómo funcionaba esos “sensores” de los insectos. Vi ese paralelismo entre un paradigma bioinspirado y lo que puede ser necesario en nuestros medios de transporte. Al final la naturaleza es una ingeniería que ha hecho muchos intentos, así que nos puede servir como referencia.
¿Qué significa para ti esta financiación?
En lo profesional, es sin duda increíble, porque te permite llevar adelante un proyecto que te ilusiona, tener recursos para financiar personas y tener un equipo excepcional que te rodea y que te permite mejorar cada día.
Desde el punto de vista personal, es un reto, porque es una investigación nueva, difícil… También es una oportunidad porque hacer algo que te ilusiona… Muchas veces, cuando se habla de “worklife balance” para muchos investigadores es más bien “worklife sinergy”, la felicidad profesional te puede enriquecer la vida privada y al revés, porque estamos hablando de proyectos que muchas veces nacen de tu pasión, de tu deseo, de tu compromiso con el mundo y, sobre todo, de tu curiosidad.
Me estás hablando todo el tiempo del equipo con el que trabajas, entiendo que esta financiación, en parte, es para ellos.
Nosotros aquí en la Carlos III en el área de Aerodinámica Experimental somos unos cuantos investigadores, doctores, que estamos aquí. Esta financiación nos permitirá contratar a jóvenes investigadores predoctorales, que estarán aquí haciendo la tesis, e investigadores posdoctorales que podamos atraer de fuera de Madrid para fortalecer el grupo. Esto nos permitirá tener más capacidad y, sobre todo, generar más talento en el entorno de la universidad y la Comunidad de Madrid.
¿Cuál es tu opinión sobre este tipo de financiación europea?
Este tipo de ayudas es algo excepcional, porque permite desarrollar proyectos, en general, de excelencia científica. Esto quiere decir que abordan problemas que están en la frontera del conocimiento. Esto tiene repercusión a muchos niveles. En primer lugar, en el entorno investigador, porque conseguimos traer a Europa talento.
Una vez que consigues la financiación, puedes contratar investigadores predoctorales que desarrollarán una tesis doctoral, estos terminarán siendo doctores y, en potencia, pueden ser investigadores, emprendedores, directivos de empresa… son personas que van a enriquecer la sociedad.
Además, yo creo que un buen investigador termina siendo un buen profesor. Un investigador que está ilusionado con lo que está haciendo, cuando va a dar una clase puede trasladar esa ilusión a sus alumnos, quienes luego serán el motor de nuestra sociedad. A parte de que se les puede hacer partícipes de alguna manera, lo cual es muy bueno para ellos.
No solo eso, también la investigación tiene una repercusión directa porque muchas terminan desarrollando patentes, generando empresas y por tanto, puestos de trabajo.
¿Cómo es el acompañamiento de madri+d?
Para este tipo de propuesta que es la ERC hay tres fases de evaluación, una primera en la que un panel evalúa una propuesta breve. Junto con esta, se presenta la misma propuesta, pero más extensa. Si la propuesta breve supera un corte, la propuesta extensa es evaluada por expertos internacionales, y después hay una entrevista con el panel de expertos evaluadores de la Unión Europea. Es cierto que yo decidí preparar mi propuesta con muy poca antelación, así que no recibí ayuda de madri+d en la fase de escritura. Sí que recibí apoyo desde el servicio de investigación de la Universidad Carlos III.
Fue en la parte de entrevista donde la Fundación para el Conocimiento madri+d me ayudó más, junto al servicio de investigación de la Universidad Carlos III. Hicimos simulacros de entrevistas, sugerencias sobre cómo prepararlas… Esto puede parecer tonto, pero como son online hay que preparar muchas cosas como la propia oficina para que haya una calidad de vídeo y audio buena. En este sentido, tanto la universidad como madri+d me han ayudado mucho.
Gracias a esto pude llegar a la entrevista bastante tranquilo.
¿Cómo te ves en un tiempo?
Lo que planteo con mi propuesta es contratar unas seis personas, dos doctores y cuatro investigadores predoctorales, así que estaré viendo la manera de encontrar a personas de talento y con pasión que quieran sumarse a esta aventura.
Al mismo tiempo, soy parte de un gran equipo. Ahora somos 20, el equipo va a crecer mucho. Eso también requiere mucho trabajo de gestión de las personas.
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