No sé...
No sé si el faro incendia aún las horas
del triste odiar la Trigonometría,
si en tus zapatos duerme todavía la arena de las playas
salvadoras.
Si en las algas y espumas rodadoras
trina el Latín con la Fisiología,
si el alto lavadero en que te urgía
el placer solitario, rememoras.
No sé si vas despierto o vas dormido,
en pecado mortal sobrecogido,
a comulgar sin fe cada mañana.
No sé, no sé...
Mas sé que tu locura
fue hacer del mar tu sola asignatura,
alumno al sol que de la mar se ufana.
Quién me iba a decir a mí,
pintorcillo por las playas y castillos ruinosos
de El Puerto de Santa María,
practicante de excesivas rabonas
alumno al sol que de la mar se ufana.