Fecha
Autor
Daniel Samoilovich (Argentina)

El museo darwin

Monedas de un dios indiferente,
días como islas, cada uno de ellos
con su flora y su fauna,
separado uno de otro por la
noche; y en su silencio agudo, el paso
de un gigante que viene a traernos
el rarísimo don del presente.
Nada es más semejante
a un esqueleto humano que uno
de murciélago: a la hora de los huesos
todos iguales y el alma una cosa
cuya importancia sería fácil
-tratándose, como se trata, de uno mismo-
exagerar. Un museo muy años 60,
con fotos, grabados, el sol
filtrándose a través de ventanas
un poco sucias y una carta de Darwin
escrita en grandes helvéticas:
«Mirando esta tarde los pinzones junto a la costa de Florián...»
Entre la acusada conciencia del pasado,
y la desmemoria,
entre distinguir y confundir
las hojas con la sombra de las hojas,
así existimos, esa fue la forma
que la felicidad tomó para nosotros.
Tampoco del reflejo
se puede saber
si se corre, o muere y nace
de nuevo en la violeta
superficie del mar.

Añadir nuevo comentario

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.
Para el envío de comentarios, Ud. deberá rellenar todos los campos solicitados. Así mismo, le informamos que su nombre aparecerá publicado junto con su comentario, por lo que en caso que no quiera que se publique, le sugerimos introduzca un alias.

Normas de uso:

  • Las opiniones vertidas serán responsabilidad de su autor y en ningún caso de www.madrimasd.org,
  • No se admitirán comentarios contrarios a las leyes españolas o buen uso.
  • El administrador podrá eliminar comentarios no apropiados, intentando respetar siempre el derecho a la libertad de expresión.
CAPTCHA
Enter the characters shown in the image.
Esta pregunta es para probar si usted es un visitante humano o no y para evitar envíos automáticos de spam.