Si crees que los principios de las cosas pueden detenerse y estando detenidos producir nuevos movimientos de cosas, yerras descarriado lejos del razonamiento verdadero. Pues dado que vagan por el vacío, es preciso que todos los principios de las cosas sean arrastrados bien por su propia gravedad bien por el golpe al azar de otro. Pues [cuando] a menudo en sus rápidos movimientos han chocado al encontrarse, sucede que al punto saltan aparte en sentidos opuestos; y no es en verdad extraño, dado que son muy duros en sus sólidos pesos y nada los obstaculiza a ellos por su espalda.
Y para que comprendas mejor que todos los cuerpos de la materia están agitándose, recuerda que en absoluto existe en la totalidad un fondo del todo y que no tienen los cuerpos primeros un lugar donde puedan detenerse, puesto que el espacio es sin límite ni medida, y te he mostrado ampliamente y con sólido razonamiento que se extiende inmenso por doquier en todas las direcciones.
Dado que esto es cierto, sin duda ningún reposo se les ha concedido a los cuerpos primeros a través del vacío profundo, sino que más bien agitados por un incesante y variado movimiento, unos rebotan a grandes distancias después de haber chocado, a otros también el golpe los sacude en pequeños espacios. Y todos los que en unión más densa rebotan a exiguas distancias después de haberse encontrado, enredados ellos mismos por sus propias formas intrincadas, éstos constituyen las sólidas raíces de la roca, los inflexibles elementos del hierro y las restantes cosas [de] este género.