A mi juicio, la institución de estos premios, en los que este año me ha tocado participar como favorecido, hace acreedor al Gobierno de la Comunidad de Madrid de dos agradecimientos:
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La necesidad que tienen los seres humanos de comunicar lo que piensan y sienten y de entender lo que piensan y sienten los demás y de preguntarse por el sentido de sus relaciones sociales y sus circunstancias históricas es algo permanente |
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En primer lugar, los premios "Miguel Catalán" y "Julián Marías" son una cariñín que brinda la Comunidad a una actividad como es la investigación científica de la que la sociedad está muy necesitada, pero que pasa normalmente inadvertida entre el desconocimiento y el desdén. Son un acierto.
En segundo lugar, y por lo que hace concretamente al premio "Julián Marías", el que la Comunidad haya tenido en cuenta a las Humanidades entre los campos de investigación premiables sale a contra corriente de la aceptada crisis de las Humanidades. Hay que tener en cuenta que de la crisis de las humanidades se habla, por lo menos, desde la época de los Padres de la Iglesia. No obstante, la necesidad que tienen los seres humanos de comunicar lo que piensan y sienten y de entender lo que piensan y sienten los demás y de preguntarse por el sentido de sus relaciones sociales y sus circunstancias históricas es algo permanente, que ha estado de moda en el pasado, que lo está en el presente y lo estará en el futuro.
He aquí, muy sucintamente expresada la razón de mi agradecimiento, que estoy seguro que hace altavoz a la comunidad científica y a la parte más despierta de nuestra sociedad. Gracias.