La lengua que usamos influye en la manera en la que nos relacionamos con los demás
En este artículo publicado en The Conversation, las profesoras Ana Blanco Canales y Mari Mar Boillos Pereira exploran cómo el uso de diferentes lenguas puede afectar nuestras emociones y percepción del mundo. Para ello se basan en estudios de psicolingüística, psicología cognitiva y antropología lingüística. En un mundo donde el bilingüismo y multilingüismo son comunes, hablar más de una lengua no solo facilita la comunicación, sino que también puede transformar la percepción personal y de la realidad.
Muchas investigaciones indican que nuestro comportamiento y la manera en que procesamos las emociones varían según el idioma que usamos. Las lenguas maternas suelen contar con una mayor carga emocional, intensificando la experiencia emocional al recordarlas. En contraste, las segundas lenguas pueden ofrecer cierta distancia emocional, útil en situaciones que requieran menos implicación personal, como expresar enfado o disculparse.