En 1996 inicié mi carrera investigadora combinando lo que hasta entonces era lo que pensaba que era lo que más me gustaba (la Bioquímica) y lo que no sabía que se iba a convertir en un tema apasionante para mí: cómo obtener más y mejor información de una muestra, es decir, el Análisis Químico. Desde entonces, he estado trabajando ininterrumpidamente en la aplicación de las técnicas analíticas y bioanalíticas (cromatografía, espectroscopía, espectrometría de masas) a la investigación. Y, desde 2009, esa investigación está centrada en la metabolómica, el estudio del metabolismo a partir de la información de las pequeñas moléculas que forman parte de las reacciones bioquímicas de los organismos vivos. Pero, además, descubrí algo que intuía: transmitir lo que yo he aprendido, y participar en el aprendizaje de otros, la docencia, es como mínimo tan apasionante como descubrir nuevos conocimientos. Y he tenido la fortuna de compaginar ambas pasiones durante más de 20 años.