La investigación en el Museo Arqueológico Regional

Algunos centros museísticos se vuelcan en promover la investigación, interna y/o externa sobre sus propias colecciones. Pero éste no es nuestro caso, el M.A.R. favorece el acceso de cualquier investigador acreditado a sus fondos, ¡claro está!, pero además tiene sus propios programas de investigación. Porque no puede difundirse lo que no se conoce y el fin último del M.A.R. es difundir nuestra historia basándose en los estudios arqueológicos.

	No puede difundirse lo que no se conoce y el fin último del M.A.R. es difundir nuestra historia basándose en los estudios arqueológicos

Poseemos una de las mejores bibliotecas y cartotecas, especializadas en Arqueología, Paleontología, Geología e Historia de nuestro país, la biblioteca 'Emeterio Cuadrado', de acceso exclusivo para investigadores internos y externos. Con un fondo de más de 17.000 volúmenes y todos debidamente catalogados, así como nuestra colección de Patrimonio Bibliográfico y acceso a internet en todos los puestos de trabajo. Tenemos nuestra propia Sala de Investigadores externos con acceso libre al office de empleados.

Editamos nuestra propia serie de monografías, ZONA ARQUEOLÓGICA, que está acreditada por las principales agencias científicas.

Pero probablemente lo que alcanza más relieve de nuestra acción investigadora, sean los tres proyectos de investigación en campo, laboratorio y gabinete en tres lugares arqueológicos emblemáticos.

Me refiero al proyecto de investigación en la ciudad carpetana de El Llano de la Horca, en Santorcaz, que, iniciado en 2001, nos ha permitido obtener la mirada más completa sobre la vida de los últimos carpetanos y cuanto se conoce sobre este pueblo prerromano hasta el momento.

Este proyecto está dirigido por Gonzalo Ruiz Zapatero, Gabriela Märtens, Miguel Contreras y Enrique Baquedano, y ha dado lugar a varios artículos en revistas científicas y a una exposición que se presentó en nuestro museo en el año 2012.

En 2002 se inició el proyecto de investigación sobre los neandertales en el valle alto del Lozoya, más concretamente en los yacimientos arqueopaleontológicos de Pinilla del Valle, dirigido por Juan Luis Arsuaga, Enrique Baquedano y Alfredo Pérez González, obteniendo excelentes resultados en el conocimiento de la vida cotidiana de los neandertales gracias a la excavación del abrigo musteriense de Navalmaíllo, y de su paleoambiente gracias al estudio de los cubiles de hiena excavados en la cueva del Camino y en la cueva de la Buena Pinta. Además, y sobre todo, la cueva Des-Cubierta nos ofrece los testimonios más claros y completos de ritualismo entre los neandertales.

Por último, nuestra colaboración con las investigaciones en Olduvai Gorge (reserva del Ngorongoro, Tanzania), a través del Instituto de Evolución en África, dirigidas por Manuel Domínguez Rodrigo, Audax Mabulla y Enrique Baquedano, centradas en los niveles más antiguos de aquella garganta están ofreciendo una ingente cantidad de descubrimientos que se presentan de forma regular en las revistas científicas más importantes del mundo como Nature, PNAS o Quaternary International.

A diferencia de otros centros museísticos, premiamos la elaboración de tesis doctorales por el personal del propio museo. En 2014 se leyeron dos tesis y ahora están en fase muy avanzada otras cinco.

Tenemos investigadores externos asociados, competimos en los programas Juan de la Cierva y en los nacionales de investigación.

A todos los efectos funcionamos como una institución que además de conservar y difundir el patrimonio arqueológico, actúa como un organismo público de investigación, un OPI. Convertirnos, también de iure, en un OPI. es uno de los mayores retos del museo.