La inmutabilidad de los átomos
Por último ya, dado que a los seres se les ha establecido
según su especie un límite del crecimiento y de la conservación
de su vida y puesto que está prescrito por las leyes de la
naturaleza qué puede cada uno, qué no puede a su vez, y
nada se modifica, muy al contrario todo permanece constante
hasta tal punto que los variopintos pájaros muestran todos
en sucesión que en su cuerpo se encuentran las manchas
de su especie, también deben tener sin duda un cuerpo
de materia inmutable. Pues si los primeros elementos de las cosas
pudieran modificarse vencidos de algún modo, también sería incierto
ya qué puede nacer, qué no puede, de qué modo, en fin,
cada cosa tiene un poder delimitado y un mojón profundamente hincado,
y no podrían tantas veces las generaciones reproducir según su especie
la naturaleza, las costumbres, el género de vida y
los movimientos de sus padres.