Importancia nutricional del pan
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El pan es una fuente importante de hidratos de carbono, aspecto destacable, dado que la dieta media española es deficitaria en los mismos, resulta deseable aumentar su ingesta para aproximar el perfil calórico de la dieta al recomendado, dado que en este momento tomamos un exceso de grasa y una cantidad insuficiente de hidratos de carbono. |
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El pan constituye, o debe constituir, una parte cuantitativamente destacable de la dieta del día | |
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El consumo de pan con otros alimentos, de origen vegetal, como las legumbres también permite conseguir una buena complementación de aminoácidos, aportando un alimento lo que le falta al otro y obteniéndose una mezcla proteica de mayor calidad.
La grasa está presente en cantidades muy bajas (elevándose un poco en el pan de molde), esta característica, teniendo en cuenta la dieta media española actual (caracterizada por un excesivo consumo de grasa), es una evidente ventaja. En relación con aspectos cualitativos, esta grasa es mayoritariamente de tipo insaturado (ácidos oleico y linoléico sobre todo) lo que se puede considerar una característica deseable.
El pan blanco aporta unos 3.5 g de fibra/100 g, pero el pan integral aporta unos 7.5 g/100 g. Este aporte es muy valioso dado que la dieta media española es pobre en fibra, lo que se asocia de manera directa, e indirecta, con el padecimiento de diversas enfermedades degenerativas.
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Todo lo dicho cobra una especial relevancia cuando se considera que el pan constituye, o debe constituir, una parte cuantitativamente destacable de la dieta del día. Es decir, puesto que el pan debería estar presente en prácticamente todas, o gran parte, de las comidas del día, desde el desayuno a la cena, su aporte hidrocarbonado, proteico, vitamínico, mineral y de fibra, va obligatoriamente a representar una fracción muy importante de las necesidades diarias. |
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Aumentar el consumo de pan contribuye a aproximar la dieta al ideal teórico | |
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En conjunto es necesario un consumo de unas 6-8 raciones de cereales o derivados para cumplir las recomendaciones dietéticas (55% de hidratos de carbono) y, si de estas la mitad se hace con productos integrales, quedarán también satisfechas las necesidades de fibra alimentaria.
Sin embargo, el consumo de este alimento, por consideraciones equivocadas, se hace cada vez más bajo, lo que contribuye a perjudicar la situación nutricional y el control de peso de la población.
-Pensando en la mejora nutricional: aumentar el consumo de pan contribuye a aproximar la dieta al ideal teórico, dado que en el momento actual el consumo de cereales es el que muestra mayor alejamiento respecto al aconsejado, para los diferentes grupos de alimentos. Además aumentar el consumo de pan puede ayudar a aproximar el perfil calórico al recomendado (sustituyendo parte de las calorías aportadas por grasas y proteínas por las procedentes de hidratos de carbono), facilitando el cumplimiento de otros objetivos nutricionales.
-En lo que se refiere al control de peso: el incremento en el padecimiento de obesidad se debe a un desequilibrio en el balance energético asociado principalmente al creciente sedentarismo, que ha disminuido el gasto energético hasta un nivel mínimo. Pensando en la ingesta energética, es el total de calorías ingeridas lo que puede condicionar modificaciones en la acumulación de grasa corporal, sin que esté justificado el temor constatado al consumo de pan. Por otra parte, diversos estudios muestran como las personas con sobrepeso / obesidad toman más grasa y menos hidratos de carbono que los individuos con peso normal, y también se ha constatado que aumentar el consumo de cereales puede ayudar a corregir el perfil calórico de la dieta y a lograr un mejor control de peso.
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La desmitificación de los errores asociados al consumo de este alimento puede ser un objetivo prioritario en la mejora nutricional y sanitaria de la población | |
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Si analizamos como ha ido evolucionando el perfil calórico de la dieta en los últimos años (Figura 1), vemos que no ha aumentado la ingesta energética, sino que ha disminuido, por lo que el aumento de peso se debe al sedentarismo y no a un aumento en la ingesta energética. Por otra parte, destaca el gradual descenso que se ha ido produciendo en la ingesta de hidratos de carbono, a la vez que ha ido aumentando la prevalencia de obesidad, por lo que es equivocado el asociar el consumo de hidratos de carbono (y de alimentos como el pan) al creciente incremento en el padecimiento de sobrepeso/obesidad. Podríamos incluso plantearnos que la asociación es inversa.
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El pan es un alimento que se come con agrado, combina bien con el consumo de otros muchos alimentos, contribuye a hacer más agradable la alimentación y a mejorar la calidad de la dieta. Por ello, la desmitificación de los errores asociados al consumo de este alimento puede ser un objetivo prioritario en la mejora nutricional y sanitaria de la población.
Referencias
- Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La alimentación en España 2002. Secretaría General de Agricultura y Alimentación. Dirección General de Alimentación. Madrid, 2004, pg. 627-628.
- Ortega RM, Requejo AM, López-Sobaler AM, Navia B, Perea JM, Mena MC, Faci M, Lozano MC, Navarro AR (2000). Conocimiento respecto a las características de una dieta equilibrada y su relación con los hábitos alimentarios de un colectivo de jóvenes universitarios. Nutr Clin 20: 19-25.
- Ortega RM, Rodríguez Rodríguez E, Aparicio A, Marín-Arias L, López-Sobaler AM (2006). Responses to two weight loss programmes based on approximating the diet to the ideal: differences associated with increased cereal or vegetable consumption. Int J Vitam Nutr Res 76: 367-376.
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