Una nueva tecnología de "pieles robóticas" le da la vuelta a la noción de robótica, permitiendo a los usuarios convertir en robots a objetos cotidianos.
Cuando pensamos en la robótica, es probable que imaginemos algo rígido, pesado y construido para un propósito específico. Una nueva tecnología de "pieles robóticas", desarrollada por investigadores de la Universidad Yale en Estados Unidos, le da la vuelta a esa noción, permitiendo a los usuarios animar lo inanimado y convertir en robots a objetos cotidianos. Los resultados han sido publicados en la revista Science Robotics.
Desarrolladas en el laboratorio de Rebecca Kramer-Bottiglio, las pieles robóticas permiten a los usuarios diseñar sus propios sistemas robóticos. Aunque las pieles están diseñadas sin ninguna tarea concreta en mente, podrían ser usadas para cualquier cosa, desde robots para búsqueda y rescate hasta tecnologías que la gente pueda llevar puestas encima.
Las pieles están hechas de láminas elásticas integradas con sensores y actuadores desarrollados en el laboratorio de Kramer-Bottiglio. Colocadas sobre un objeto deformable (un animal de peluche o un tubo de gomaespuma, por ejemplo), las pieles animan estos objetos desde sus superficies. Los robots improvisados pueden llevar a cabo tareas diferentes dependiendo de las propiedades de los objetos blandos y de cómo se apliquen las pieles.
Los robots se construyen normalmente con un único objetivo en mente. Las pieles robóticas, sin embargo, permiten a los usuarios crear robots multifuncionales sobre la marcha. Eso significa que pueden ser utilizados en circunstancias que no habían ni siquiera sido consideradas cuando fueron diseñados.
Además, usar más de una piel a un tiempo permite movimientos más complejos. Por ejemplo, podemos depositar pieles una sobre otra para conseguir diferentes tipos de movimiento.
Referencia bibliográfica:
Joran W. Booth et al. 2018. OmniSkins: Robotic skins that turn inanimate objects into multifunctional robots. Science Robotics. DOI: 10.1126/scirobotics.aat1853