Epsilón-1
La pintura abstracta, los laberintos geométricos, las absurdas y rigurosas caligrafías de mediums como Sardou, los cálculos vacíos de nuestros juegos, las metáforas inhumanas en apariencia de ciertos poemas, ¿qué son, sino imágenes del sistema atómico que nos sustenta? Antes de la Nueva Física, el hombre ya intuía sus redes, sus órbitas y sus construcciones micros. Lo decorativo llegaba a profundidades que la Metafísica desconocía.
Alta tensión. Simulación fabulosa de un espacio.
Pese al orden aparente, creo en otro
y creo en los desastres como en los milagros:
En lo claro, raro de la rotación del spin
y en, es ya más que una luz, la inversión isomera,
y el ¿qué sé yo, yo sé qué, e-o-e, o-e-o,
de cara ante el espejo que me vuelve fantasma?
Focos fascinantes. Redes cristalinas.
Trampas al cero-luz. Formas del desorden
aparente, sólo quizás oscilante
en un tiempo abstracto, normalmente no humano.
Ruedas, radares, centros, velocidad, resplandor
en el límite, inversiones, dobleces y transparencias.
Magnéticos laberintos, fríos, indiferentes,
inertes en su orden, extraños a la muerte,
durando triviales como un juego sagrado
de luz o rapidez, cálculos, espejismos.
Con el yo se ha muerto la metáfora Dios.
¿Hay que pensar en otra, quizá no antropomorfa?
Aunque, ¿no es antropomorfa también nuestra abstracción?