La encorvada y la altiva
Girando con el día.
desde el levante al ocaso,
alargaba la grúa su trompa de cadenas.
Resoplaba vapor al volverse.
Topó con la vertical inflexible
del talle de la chimenea.
- “Qué bien se ve de lejos al ocioso que fuma
mientras yo peno encorvada.”
No obstante al encumbrado
le coronaba el halo fogoso de los santos.
- “Mis entrañas son brasas”- dijo,
y sembró en surcos de humo
un trigo de centellas.
No se engañen los ojos
por la ajena apostura.
Bajo el vertical ocio
hay congojas de fuego.
Ramón de Basterra (Bilbao, 1888 –Madrid, 1928)