“Ya hemos puesto los pilares para que nuestra investigación y sus aplicaciones lleguen a la cama del enfermo”

Preséntenos su investigación y en qué líneas de investigación estás trabajando

Trabajo en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid desde hace treinta años. Y desde entonces empecé a investigar en una línea de biomateriales, concretamente para la regeneración de hueso, para el reemplazo y la regeneración de estructuras óseas destruidas o perdidas.

Otra línea de investigación, que inicié en el año 2000, es la liberación controlada de fármacos. Fui pionera en utilizar los materiales que se usaban para catálisis, los materiales mesoporosos de sílice, para introducir fármacos y luego poderlos liberar de forma controlada. Eso lo hicimos primero en bulk y ahora lo estamos haciendo en forma de nanopartículas, con lo cual nos hemos introducido en el mundo de la nanomedicina. Y este es fundamentalmente el trabajo que estoy haciendo.

Centrémonos en esta última línea de investigación, la liberación controlada de fármacos. ¿En qué consiste?

Estamos preparando nanopartículas como transportadores, para poder cargarlos con fármacos y luego liberarlos de forma controlada solo donde y cuando hacen falta, en el momento oportuno. Para ello, a esos fármacos encerrados en esas nanopartículas los recubrimos con puertas moleculares que, cuando se aplica un estímulo, que puede ser interno o externo, se abren y salen los fármacos. De esa manera, nosotros con un targeting las dirigimos al tejido enfermo y, cuando llegan allí, aplicamos el estímulo para que se abran las puertas y se pueda liberar en ese momento y en ese sitio preciso el fármaco.

¿De qué  manera contribuyen sus investigaciones a afrontar los desafíos de la sociedad? ¿Cuál es su aplicabilidad?

Nosotros estamos trabajando para erradicar problemas en el hueso.  Los huesos tienen tres enfermedades importantes, que son el cáncer, la osteoporosis y las infecciones. Pues bien, nosotros, con esas nanopartículas, estamos buscando soluciones para erradicar estos problemas, tanto de forma individual como de forma colectiva. Muchas veces estas enfermedades se dan de forma simultánea en el caso de las personas mayores y lo que nosotros pretendemos es hacer una medicina personalizada, de tal manera que el médico nos diga “para este paciente necesito esto” y nosotros con esas nanopartículas podamos construirla, en el interior poniendo los medicamentos para esa dolencia y, en el exterior, los elementos de targeting para que vaya a donde tiene que ir.

¿Han conseguido sus investigaciones transformarse en un valor social y económico, y así contribuir al bienestar de la sociedad?

Tenemos registradas dos patentes a lo largo de estos cinco años desarrolladas con el proyecto europeo VERDI, acrónimo del título en inglés de nuestra investigación, Nanosistema mesoporoso polivalente para enfermedades óseas, financiado con una ayuda ERC Advanced Grant.

Hemos hecho una investigación básica, creo que importante, que ha puesto los cimientos de las aplicaciones a las que queremos llegar. Estamos en la etapa preclínica y ahora habría que pasar a la clínica, que ya es cosa de que los médicos realicen sus estudios para poder aplicarlo en los pacientes, porque lo que estamos haciendo es para que llegue a la cama del enfermo.

¿Es la divulgación de la ciencia una asignatura pendiente?  

Yo intento divulgar todo lo que hago, pues considero que es importante que la sociedad sepa lo que estamos haciendo. De hecho, con cada resultado importante que obtenemos elaboro un vídeo divulgativo. Todos mis trabajos están en YouTube y se pueden consultar tanto en castellano como en inglés y, de esa manera, todos los resultados que se han obtenido para tratar la osteoporosis, la infección y el cáncer de hueso están explicados de forma didáctica en YouTube. Hago divulgación a todos los niveles, tanto para adultos como para jóvenes de institutos de enseñanza media e incluso más pequeños.

¿Qué retos se plantea en el futuro?

La idea es seguir con mi grupo de trabajo en todo lo que estamos haciendo. Ya hemos puesto los pilares para que nuestra investigación y sus aplicaciones lleguen a la cama del enfermo.

Ya sé que me dirá, como buena investigadora, que la ciencia no tiene fronteras, ni nacionalidad… pero no por ello deja de ser cierto que la ciencia la hacen personas concretas en lugares determinados. Muchos de ustedes han recibido fondos públicos, becas, presupuestos para desarrollar su carrera. Permítame hacer la pregunta del interés general: ¿Cómo avanza Madrid cuando avanza la ciencia en Madrid?

Madrid  avanza con la ciencia como el resto del mundo avanza con la ciencia. La ciencia es necesaria para todos, para Madrid y para el mundo. Lo importante que se haga ciencia, que se haga buena ciencia. Hay que resolver los problemas que tiene la sociedad y eso es lo que estamos intentando. Es cierto que la mayoría de los investigadores están en Madrid y en la Comunidad de Madrid porque tenemos muchos centros de investigación y muchas universidades. En Madrid está prácticamente todo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y, aunque haya centros en otras comunidades, la mayor concentración está en la capital. Entonces el número de investigadores que hay en Madrid es enormemente alto. Creo que hay mucha gente que está trabajando muy bien para ese avance de la ciudad y para resolver problemas. Uno de los ejemplos es el caso de las vacunas, pues la respuesta ha sido muy rápida, o sea que hay gente que puede resolver muchos problemas según van apareciendo.

¿Qué ha supuesto en su trayectoria haber sido premiada por la Comunidad de Madrid con el premio Margarita Salas?

Para mí ha sido un honor, por supuesto, pero sobre todo algo muy entrañable porque yo conocí a Margarita y, además, hemos tenido contacto y teníamos admiración la una por la otra. Habíamos coincidido en muchos jurados y en otras actividades. La verdad es que el hecho de que sea el primer premio con el nombre de Margarita Salas y que se me haya concedido a mí, aparte del honor que me produce, sobre todo supone ese punto importante afectivo, de cariño porque se han unido nuestros nombres.