• Oda a la crítica

    Toqué mi libro:
    era
    compacto,
    firme,
    arqueado
    como una nave blanca,
    entreabierto
    como una nueva rosa,
    era
    para mis ojos
    un molino,
    de cada hoja
    la flor del pan crecía
    sobre mi libro:
    me cegué con mis rayos,
    me sentí demasiado
    satisfecho,
    perdí tierra,
    comencé a caminar
    envuelto en nubes
    y entonces,
    camarada,
    me bajaste
    a la vida,
    una sola palabra
    me mostró de repente
    cuanto dejé de hacer
    y cuanto pude
    avanzar con mi fuerza y mi ternura,
    navegar con la nave de mi canto.


    Volví más verda

  • Un poema a las estrellas

    Hoy escribo en honor a las estrellas:
    inquietas lucecitas eternas y bellas,
    sinónimo de sueños, de ambiciosas metas,
    de cosas hermosas y amor celestial.
    ¿Qué sería de la vida si no existieran ellas?
    sin esos diamantes de divino fulgor
    que salpican el cielo de gotitas luminosas
    y tejen ilusiones en interminable labor.
    Traviesas grageas de perenne brillo,
    que en laboriosa obra llena de minuciosidad
    bordan constelaciones y delinean con destellos
    el fabuloso tapete celestial.

  • Gamma-3

    Con todo el prosaísmo que el caso requiere, rindo homenaje
    a Joaquín María Bartrina, autor de aquellos estupendos
    versos de amor que dicen: «Iban los dos mamíferos
    hablando / cuando Juan se inclinó, con el deseo / de ofrecer
    a su amada, suspirando / un
    Dyanthus Cariophyllus de
    Linneo.»


    - ¿Y si habláramos de Dios?
    - No me han presentado nunca
    a ese importante señor.
    - ¿Y si habláramos de amor?
    - ¿Otra explosión? ¡Por favor!,
    basta de revolución.
    - Te propongo una ecuación.
    Anda, y bésame.

  • Búho

    El ojo inmóvil,
    pez de tierra firme,
    encendido de noche en su fijeza.
    Las garras que se adentran en la carne,
    el pico curvo para el desgarramiento...
    ¿De cuál sabiduría puede ser símbolo
    sino de la rapiña, el crimen, el desprecio:
    todo lo que ha hecho tu venerada gloria,
    Occidente?

  • Me gustan las matemáticas

    Como ninguna otra ciencia
    Me gustan las matemáticas
    Porque agotan mi paciencia
    Con cuestiones enigmáticas

    Confieso, sin estridencias,
    Que me resultan simpáticas
    Todas las circunferencias
    Y demás curvas cuadráticas

    Yo comprendo que la gente
    Piense que soy diferente
    Porque me gusta soñar

    Con las series divergentes
    Los números trascendentes
    Y la función modular

  • El número PI

    El número PI es digno de admiración
    tres coma uno cuatro uno
    todas sus cifras siguientes también son iniciales
    cinco nueve dos, porque nunca se termina.
    No permite abarcarlo con la mirada seis cinco tres cinco
    con un cálculo ocho nueve
    con la imaginación siete nueve
    o en broma tres dos tres, es decir, por comparación
    cuatro seis con cualquier otra cosa
    dos seis cuatro tres en el mundo.

  • Me gustan las matemáticas

    Como ninguna otra ciencia
    Me gustan las matemáticas
    Porque agotan mi paciencia
    Con cuestiones enigmáticas

    Confieso, sin estridencias,
    Que me resultan simpáticas
    Todas las circunferencias
    Y demás curvas cuadráticas

    Yo comprendo que la gente
    Piense que soy diferente
    Porque me gusta soñar

    Con las series divergentes
    Los números trascendentes
    Y la función modular

  • Gregorio marañóntoledo

    ¿Demócrata? No sé. Soldado raso
    pero no comunero ni insurgente.
    Juró bandera al ocre, alzado enfrente,
    a arreboles de aurora y luz de ocaso

    de Toledo. Tangible y transparente
    un capitán le sonreía al paso,
    mano en el hombro; -«No hubo Garcilaso.
    Yo soy Salicio. Bebe de mi fuente».

    Fue liberal, de libertad la santa
    y liberalidad que se adelanta,
    mas no sólo a decirlo; a serIo, a serlo,
    contra anatema, inquisición, hostigo,
    amenaza, calumnia. Y -hoy creerlo
    me parece ilusión- fui yo su amigo.

  • Lo que dicen los médicos

    La maniobra secreta,
    una presión repentina
    en la cavidad del estómago
    puede ser muy útil.

    Manuel García,
    maestro de canto de profesión
    fue el primero (1855)
    que vio temblar
    en un espejo
    las propias cuerdas vocales.

    Dejad ver profundamente
    todo lo que se lleva en la boca:
    epiglotis, frenillo,
    el hoyuelo ciego,
    abridores y cierres.

    Los médicos saben:
    paresia
    y parálisis
    son dos cosas distintas.

    Los médicos dicen:
    corazón y riñones,
    cuando no duelen
    están mudos.

  • El sol terrestre

    CALIZ MAGNÉTICO

    Ningún planeta es rey, ni majestad posible
    si de cualquier lugar del horizonte
    se le compara al sol. Es el cáliz magnético,
    el deslumbrante lirio de un firmamento oscuro,
    la fuente innumerable de los días terrestres
    chorreando los cántaros del cielo.
    Blanca cascada envuelta en su furor,
    alud fosforescente que transporta el maná
    para saciar la sed sideral de este mundo.