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Yo me río de los peces de colores
me río de los rojos de los dorados de los azules
de los flamígeros que parecen papagayos
y de los lilas con colas de pavo real
Y me río de los peces cacatúas
con aletas fucsias y escamas verdes
o piel violeta con lunas granates
y de los pequeñitos que nadan como locos
y cambian de dirección bruscamente
Pero si yacen mustios sobre una roca
pintados por la acuarela de la muerte
yo no me río de los peces de colores
Vuelvo a mi casa a través del parque
donde están los niños jugando
con globos rojos dorados o azule
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El globo ocular
y el globo terráqueo
son uno y el mismo
El mundo gira alrededor
del sol
y el ojo gira alrededor
del mundo
El cielo era un cíclope
que miraba con su sol único
hasta que fue cegado
por una lluvia de aerolitos
Ahora el sol no vidente
envía rayos de tinieblas
También el ojo
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Hasta en lo opaco hay un cielo: Un inmenso espacio con un
mínimo de materia concentrada en granos, casi puntos,
dispersos en lo que, relativamente, parece infinito.
El cuarzo centellea
porque está vacío.
Es duro
como un puño apretado que no aprieta nada.
Ira:
Noche llena de estrellas.
Noche del átomo roto.
¡Qué enorme es el vacío
que cabe en lo más pequeño!
El cielo.
Y algo tembloroso que aún no llega a materia.
El vacío
del aparente infinito.
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Todo lo que se ramifica,
se bifurca: delta, rayo, pulmón,
raíces, sinapsis, fractales,
árboles genealógicos y de decisiones;
todo lo que multiplica
y a la vez disminuye -
no hay quien lo comprenda,
ya demasiado complejo
para este cerebro de gorrión,
este miembro X
de una serie infinita
que a las espaldas
de aquel que en lugar de pensar
es pensado, se desarrolla,
se ramifica, se bifurca.
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El nombre que nunca quería.
Sentía mareos de pisar la Tierra.
«Genial», «innovador», «apabullante», «un titán»:
él no quería.
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Aquel abedul, tachonado de sol.
No te muevas. Mira
las variaciones: el verde del verde,
lo mate de lo brillante, la hoja
en el limbo más oscura arriba
que abajo. Nada se repite.
Cada nervio se derrama como sobre la piel
la brisa. Todo esto vacila,
se alza, inalterado
casi, pero no del todo.
Esto balancea, baila, rueda:
«CONJUNTOS patológicos»,
funciones sin derivada,
órbitas fluctuantes en un espacio de fases.
Al viento doblegan, que las dobla,
las hojas, lo tuercen
en fantasmales remolinos
que tú no ves.
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INGRATO CORIDÓN
Con elegancia siempre
Gris perla nos habló
De su niñez.
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La línea, si amarilla,
no es moneda que valga
si del cereal no toma
la apariencia dorada.
La línea cuando verde
es igual que el cristal
que tuviera una verde
coloración detrás.
La línea si es azul
será línea del alba.
-Sólo al atardecer
se toma el azul malva.
La línea cuando
es roja es línea que trasciende.
-Su fuego es garantía
de que el color no cede.
La línea es telefónica
cuando, en lo alto el sol,
hace que el amarillo
hable en clave de sol.
La línea cuando abril
será verde escarlata
-Verde para los pa
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¡Ah, si los blancos álamos
en los que balanceo mi mirada fuesen
los blancos álamos y el agua
en el regato fuese
el agua y fuese
verdad el resplandor sonoro
y el rubor y el silencio
veteado de frío con el que toma vuelo
la mañana!
¡Ah, si fuese verdad lo que se sueña
ya despierto, después de haber soñado!
¡Ah, si fuese verdad tanta armonía y fuese
verdad que estoy aquí desnudo
asistiendo al prodigio
del universo que se despereza!
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Antes de la primera danza, ¿existió el perímetro?
Los astros
no miden el camino que recorren,
en el círculo de las olas
el agua ignora al agua y cada punto sigue las leyes,
inertemente.