La Sierra de Atapuerca sumará, a partir de la próxima campaña, el nuevo yacimiento de Cueva Fantasma. Así lo ha anunciado la consejera de Cultura y Turismo, María Josefa García Cirac, quien ha presentado junto a los codirectores del <a href="https://www.atapuerca.org/atapuerca/elProyecto" title="Proyecto Atapuerca" alt="Proyecto Atapuerca" target="_blank">Proyecto Atapuerca</a>, Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga, el balance de la campaña de excavaciones 2017 con la presentación de los hallazgos más importantes.
En Cueva Fantasma se están llevando a cabo los estudios y proyectos técnicos pertinentes para construir las infraestructuras que permitan acometer la excavación de este 'prometedor enclave' dentro del yacimiento. Precisamente, la campaña de excavación de 2017 en el yacimiento de Cueva Fantasma se ha centrado en labores de desescombro del ripio de la antigua cantera y limpieza del yacimiento, con el fin de preparar la campaña de excavación para 2018.
El pasado 19 de junio comenzaron las excavaciones en los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Durante este periodo, un total de 280 personas de 22 nacionalidades distintas han trabajado en los diferentes yacimientos realizando interesantes hallazgos.
YACIMIENTOS DE LA TRINCHERA DEL FERROCARRIL
El objetivo principal de la campaña 2017 en la Sima del Elefante, en la superficie excavada en la campaña, se han recuperado restos de macromamíferos como ciervos o carnívoros de pequeño tamaño, así como aves de varios tamaños entre los que se encuentra el águila pescadora. Estos restos, de más de '3 millones de años, aportan información sobre la fauna que existía en la sierra en esa cronología. Además, en esta campaña se ha recuperado en el nivel TE16 (Pleistoceno Inferior, más de 780 mil años) una pieza de industria lítica en sílex.
En el yacimiento de Galería se han recuperado restos de fauna e industria lítica. Los restos de fauna son principalmente de caballos y ciervos, pero también se han recuperado huesos de carnívoros y aves. La mayoría de los elementos anatómicos corresponden a costillas, vértebras, mandíbulas y dientes aislados. En cuanto a las herramientas líticas, fueron elaboradas principalmente en sílex. También se han recuperado cantos de cuarcita que fueron utilizados como percutores o machacadores de huesos. La distribución de los restos refleja claramente el tipo de uso que los grupos humanos hicieron de Galería. Uno de los principales hallazgos corresponde a un núcleo de sílex neógeno de grandes dimensiones. Éste fue introducido intencionalmente en la cueva por los humanos como remanente de materia prima para producir lascas que les permitiesen procesar las carcasas de los animales caídos por la trampa natural en sucesivas visitas a la cueva. De este modo se reafirma el uso reiterado de la cavidad como lugar de obtención de comida.
En Gran Dolina, ha aumentado considerablemente la presencia de instrumentos de piedra respecto al año anterior. Destacan numerosos bifaces y hendedores, de cuarcita, arenisca y sílex, que se suman a la ya rica colección Achelense de estos yacimientos. Así, TD10 ofrece de nuevo una espléndida oportunidad para establecer modelos, en este caso sobre la actividad de los depredadores mencionados y sobre cómo compartían el espacio con los homínidos.
En los niveles inferiores de Gran Dolina, han aumentado los indicios de visitas de grupos humanos a la cueva, con una pequeña colección de cuatro artefactos líticos que aún mantienen características muy primitivas, de tradición africana. Junto a ellos se han descubierto algunos huesos con marcas de corte, lo que sugiere la asociación directa entre esos instrumentos líticos y los animales caídos dentro de la torca de Gran Dolina en ese periodo. También se ha comprobado la presencia de las primeras hienas modernas europeas similares a las hienas manchadas africanas. Hasta hace poco se pensaba que estos hiénidos habían llegado a Europa procedentes de África hace unos 700 mil años. Sin embargo, los datos de esta campaña muestran que llegaron al subcontinente europeo hace al menos un millón de años.
CUEVA DEL MIRADOR
En la cueva de El Mirador destaca la presencia de gran cantidad de restos de ovicápridos, principalmente fetos, neonatos e infantiles, que indican que durante este período la cueva, o parte de ella, fue usada para estabular animales en periodo de gestación y de lactancia. Esto permite constatar que la práctica de separar estos animales del resto del rebaño durante el período de cría, habitual en la actualidad, se remonta a las primeras fases de la implantación de la ganadería en la Península Ibérica.
Por otra parte, durante las primeras semanas de excavación se intervino sobre un nivel atribuido, a la espera de dataciones, al Calcolítico o Neolítico final. En este nivel se documentaron nuevas evidencias de canibalismo, anteriores cronológicamente a las descubiertas en 1999 en niveles del Bronce antiguo, de unos 3.800 años. Asímismo, se han seguido recuperando restos humanos, entre ellos dos cráneos completos, procedentes del sepulcro colectivo Calcolítico, de hace unos 4.500 años, excavado en las últimas campañas.
YACIMIENTOS DE CUEVA MAYOR
En la campaña de este año se ha intervenido en tres yacimientos del interior de Cueva Mayor: El Portalón, la Galería de las Estatuas y la Sima de los Huesos. En El Portalón se continúa excavando niveles Neolíticos (alrededor de 7.000 años) y de la Edad del Bronce (alrededor de 3.000 años). Los niveles neolíticos se caracterizan por la presencia de estructuras habitacionales (suelos preparados y hogares) en los que se ha encontrado gran cantidad y variedad de restos cerámicos y líticos típicos de este período, así como un abundante conjunto de útiles de hueso, sobre todo punzones y, como pieza singular, un botón perforado.
En los niveles superiores, de la Edad del Bronce Final, asociados a la llamada cultura de Cogotas I (alrededor de 3000 años antes del presente), el pasado día 20 de julio de 2017, entre numerosos restos de cerámica, algunos finamente decorados, apareció una pieza excepcional. Se trata de un alfiler de oro rematado en dos espirales (una dextrógira y otra levógira), simbología muy extendida desde antiguo en muchas culturas. Es un hallazgo único en la región, y el análisis detallado de la pieza y su contexto dará respuesta a su presencia en el Portalón de la sierra de Atapuerca.
En la Galería de la Estatuas, en esta campaña se han recuperado tanto restos de fauna como de industria lítica producida por Neandertales. De los restos de macrofauna, los más abundantes son los de équido (familia de los caballos) y los de ciervo. En esta campaña también se ha recuperado un resto de lagomorfo (familia de los conejos) con marcas de corte. La cueva fue también usada por carnívoros de forma esporádica. Este año se han recuperado restos de hiena, y por primera vez en este yacimiento, de lobo. Las herramientas de piedra recuperadas están hechas en dos tipos distintos de sílex, y destaca la presencia de raederas.
Finalmente, en la Sima de los Huesos, los resultados de la campaña 2017 pueden calificarse de excelentes, ya que además de importantes fósiles de carnívoros como osos (de la especie Ursus deningeri) y de león de las cavernas (Panthera leo fossilis) se han recuperado una veintena de fósiles humanos que incluyen un importante fragmento de tibia, huesos de manos y pies, vértebras y restos craneales. El hallazgo de estos fósiles confirma la riqueza en restos humanos de este nuevo sector del yacimiento y augura que los importantes descubrimientos de fósiles humanos en SH se prolongarán durante muchas campañas en el futuro.
ASENTAMIENTO AL AIRE LIBRE: FUENTE MUDARRA
Hace 18 años comenzaron las prospecciones arqueológicas en el entorno de los yacimientos en cueva de La Trinchera, para conocer los asentamientos al aire libre de los grupos representados en las cuevas. Se descubrieron 200 lugares, 30 de los cuales pertenecían a lugares donde habían vivido neandertales. Fuente Mudarra se comenzó a excavar en 2012 y se conocían hasta ahora varios niveles. La sorpresa ha aparecido este año, en su nivel 8, en un fino paquete de arenas que son una “instantánea” de la sierra de Atapuerca en el Pleistoceno superior. Se ha recuperado un rico conjunto de sílex, cuarcita y cuarzo entre los que cabe destacar percutores para golpear los nódulos de sílex, y las lascas y cuchillos resultantes, que se usaron unas veces allí mismo para descuartizar animales y trabajar madera, y otras se llevaron a otros lugares de la Sierra.
Los Neandertales ocupaban estos parajes rodeados de zonas lagunares, como Fuente Mudarra, para realizar sus actividades cotidianas, fabricar sus herramientas y explotar el entorno. Entorno en el que ahora se puede afirmar que han vivido neandertale ininterrumpidamente durante decenas de miles de años. Hace más de 50.000 años, desde Cueva Fantasma hasta Fuente Mudarra, a lo largo del valle del río Pico, estos cazadores y recolectores tenían en esta sierra su territorio de explotación y de ocupación, su casa.
LAVADO DE SEDIMENTOS Y PROSPECCIONES GEOFÍSICAS
Los trabajos de lavado y triado de los sedimentos de las excavaciones de la Trinchera han permitido, como en campañas anteriores, conocer mejor la microfauna de estos yacimientos. También se han seguido realizando prospecciones geofísicas para conocer las características del subsuelo en relación con las cavidades de la Cueva del Compresor y de Cueva Peluda, y del tramo bajo del Valle de la Propiedad.