Recorremos así, hechos una masa
nebulosa, flotante en el espacio
sideral, con el Cosmos arropándonos,
la espalda acariciando, las rodillas
hincándose en el Magma que compone
de Hidrógeno y de Níquel tal sustancia,
y entre el Flúor y el Hierro de la lluvia
tan ácida que cae a cuentagotas
- ¡qué sabor exquisito, qué dorada
delicia tan brillante, que rebosa! -
allí nos encontramos y resulta
que el tiempo se ha parado por nosotros,
que las Nubes, los Ángeles y el Viento
se unen por nosotros y conforman
una víscera nueva que recorre
el espacio total antes vacío
donde quieren poner un nuevo mundo,
geométrico al fin, como la Nada.
De allí nacerá nuevo, comprimiéndose,
un absoluto Astro inexplicable
que comience a contar de nuevo el Tiempo.
Y con su rayo abierto irá creando
en tu interior la luz y en mí las ganas
de beber del licor que tanto emanas.