La ahora profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona es autora de la trilogía <em>La puerta de los tres cerrojos</em> con la que enseña física cuántica mezclando fantasía y ciencia.
Empezó a escribir casi por casualidad. Tuvieron que empujarla a ello algunos amigos y conocidos después de ver su don para hablar y divulgar la misma ciencia que ella ayudaba a avanzar con sus investigaciones en el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) o en el Los Alamos National Lab (LANL, en Nuevo México, EE.UU.). Siete años después de publicar su primera novela, la doctora en Física Cuántica (especializada en Óptica e Información Cuántica) Sonia Fernández-Vidal se ha convertido en una superventas narrando historias que mezclan la fantasía más clásica con la ciencia. Y vuelve a la carga con nuevo libro.
"Creo que la física interesa mucho, lo que pasa es que hay que ayudar a la gente a entenderla, hay que darle un envoltorio atractivo para que no se asusten antes de empezar a conocerla", comenta Sonia en conversación con Teknautas. Esa forma de ver la ciencia, y en concreto un campo tan complejo como la física, le ha ayudado a crear cinco libros desde 2011 y a colarse, con alguno de ellos, entre los autores que más venden de nuestro país. "No me esperaba este éxito, pero demuestra que los científicos debemos bajarnos de nuestra torre de marfil y empezar a enseñar lo que hacemos a la gente porque la propia sociedad lo reclama", explica.
En estos prolíficos años ha escrito desde novelas de amor como Quantic Love hasta ensayos como Desayuno con partículas. Pero de entre todos sus títulos destaca La puerta de los tres cerrojos, su primera novela y la que más éxito ha cosechado hasta la fecha.
Esta historia, que mezcla la fantasía con la física cuántica, fue publicada en 2011, alcanzando los 100.000 ejemplares vendidos y siendo traducida hasta a 14 idiomas diferentes. Funcionó tan bien que lo que inicialmente iba a quedar en un solo libro, se ha acabado convirtiendo en una trilogía de la que ahora sale la segunda parte con una reedición del primer tomo incluida.
ESCRIBIR PARA NIÑOS PENSANDO EN LOS ADULTOS
Según cuenta la ahora profesora del departamento de física de la Universidad Autónoma de Barcelona, la idea de esta novela le llegó al ver la cantidad de libros sobre ciencia para adultos que había en el mercado. "Yo quería crear algo que animase a la gente a profundizar en la materia sin asustarles. Una historia atractiva que te quitase el miedo a hablar de ciencia. Siempre digo que escribí este libro para niños pensando en los adultos", comenta entre risas Fernández-Vidal.
Para terminar de dar forma a lo que sería su gran 'debut' se fijó en su sobrina y en Harry Potter. "Un día me vino contando todo sobre Harry Potter, se sabía de carrerilla hasta los conjuros. Así que pensé que estaría genial crear una similar pero con ciencia", recuerda.
La novela, que tiene su continuación con La senda de las cuatro fuerzas, es una historia fantástica protagonizada por Niko, un chaval de 14 años algo pasota que descubre un universo extraño llamado "mundo cuántico" que le cambia la vida. Entre pasajes mágicos, el adolescente se va encontrando acertijos o situaciones en las que la autora va colando sus toques de ciencia. Píldoras que hacen partícipe al lector y que, sin mencionarlo demasiado, van dando claves para entender la física moderna.
"Yo creo que hay muy pocos libros como La puerta de los tres cerrojos. Libros que mezclan sin miedo fantasía y ciencia y que se fijen en los pequeños", comenta Sonia. En su novela se habla de la teleportación (desaparecer en un punto y aparecer en otro distinto), de los agujeros negros, del gato de Schrodinger, mientras aparecen hadas o magos. ¿Por qué no hay más títulos similares? Bueno, según cuenta la investigadora, aún hay científicos que tienen ciertos recelos con este tipo de iniciativas. "Creen que puede desprestigiarse lo que hacemos, pero yo creo que en realidad es al contrario. Cuanta más gente entienda nuestro trabajo más se valorará", comenta.
"EL CERN ES LA CATEDRAL DE LA FÍSICA MODERNA"
En la escritura y en los libros de Fernández-Vidal hay algo que no falla, y es la importancia que tiene el CERN. Incluso hay uno, Quantic Love, cuyo escenario es el propio laboratorio suizo. Su paso por este centro se remonta al año 2003. Con solo 25 años (hoy tiene 40) fue parte del proyecto del Gran Colisionador de Hadrones LHC del acelerador de partículas. Esa experiencia ha sido clave para su futuro como escritora. "Allí dentro, aunque con matices, se está construyendo una especie de máquina del tiempo. Es la catedral de la física moderna".
Si para esta barcelonesa el CERN es una catedral, su religión podría ser la física moderna, la cual, explica, nos ha abierto muchos caminos y ha conseguido que veamos la ciencia de otra forma. "El modelo mecanicista del universo que se manejaba hace siglos creyendo que éste era como una máquina perfecta empezó a explotar a partir de 1900 y ahora hay un modelo mucho más interesante que puede atraer a mucha gente a este mundo", explica Sonia. "Piensa que hoy podemos decir que algo tan increíble como que la teleportación, según la teoría cuántica, no es algo imposible. Por ahora solo se ha hecho con partículas fundamentales pero esto abre la puerta a pensamientos que antes solo formaban parte de la ciencia ficción".
De momento solo los personajes de los libros son capaces de llevar a cabo estos viajes, pero puede que para que estas metas inimaginables se conviertan en realidad tengamos que empezar primero con algo mucho más sencillo, al igual que hace Niko al inicio de La puerta de los tres cerrojos. "Si quieres que pasen cosas diferentes, deja de hacer siempre lo mismo".