Todo invita a la humildad. Los poetas sólo duramos en cuanto
desaparecemos o nos transformamos en otros que, hasta negándonos,
viven de lo que fuimos en cuanto nos presuponen. Son pequeñas
lecciones atómicas.
Un acelerador de partículas dispara.
Surgen, bombardeados, micro-objetos
inestables: Poemas: Aparatos verbales.
¿Es la explosión total? ¿Es la gloria
o es tan sólo un mesón lambda?
¡Oh secreta radiación!, noche plena
que un día teclearon con palabras
cuidadosas los líricos del alma,
y ahora da miedo advertir
que es real, real y nada.
Lírica de Cámara,
de la Cámara de Wilson, de la caja de sorpresas
técnicamente explotada
para bien de la verdad, para terror, para nada,
para saber lo que son nuestras métricas palabras.
¡Oh poetas intimistas, líriqui-si-si, en ¡oh!,
os adoro!
Por desgracia, deliciosos, sólo fuisteis un error
de cálculo, un dolor,
un jugar al yo-yo, ¡ay!
Tanta música y estabais aún tocando el violón
porque os creíais solos,
y hasta le hablabais a Dios,
y tan sólo existía a vuestro alrededor
la estructura en que estabais como un bello detalle
sin gran honor.