Autotomía
La holoturia se divide en dos ante el peligro:
suelta un yo a la voracidad del mundo,
con el otro huye.
En el acto se bifurca en fatalidad y salvación,
en multa y premio, en lo que fue y lo que será.
En mitad de su cuerpo se abre un abismo
con bordes al acto convertidos en dos desconocidos.
En un borde, la muerte; en el otro, la vida.
Aquí, desesperación; allá, aliento.
Si hay balanza, no se desnivelan los platillos
. Si hay justicia, ¡hela aquí!
Morir lo imprescindible, sin pasarse de la raya.
Y, del resto salvado, rebrotar lo necesario.
También nosotros sabemos dividirnos, es verdad.
Pero sólo en cuerpo y en susurro que se quiebra.
En cuerpo y en poesía.
La garganta a un lado; al otro, la risa,
ligera y al pronto sofocada.
Aquí, oprimido, el corazón; allá non omnis moriar,
sólo tres palabras, tres plumas al vuelo.
El abismo no nos escinde.
El abismo nos rodea.