10 años cuidando el patrimonio

El Servicio de Conservación, Restauración y Estudios Científicos del Patrimonio Arqueológico de la Universidad Autónoma de Madrid (SECYR-UAM) nació a fines de 2006 dentro del IV Programa de Infraestructura Científico y Técnica (PRICYT) de la Dirección General de Investigación de la Comunidad de Madrid, gracias a la acogida que tuvo esta iniciativa personal presentada por la UAM bajo el mandato del Rector Gabilondo, siendo Vicerrector de Investigación José María Sanz, nuestro actual Rector. Cuando este excelente programa de inversión económica en las universidades públicas de Madrid fue cerrado en el 2008 algunos laboratorios recién creados, como el nuestro, quedaron en situación muy precaria, casi al borde del precipicio. Gracias a la inteligencia y esfuerzo económico de la UAM, pudimos salir adelante, y llegar hoy hasta donde lo hemos hecho. Y puesto que la ciencia y la investigación nunca se hacen sin ideas, así mismo es mi intención poner de manifiesto aquellas ideas, principios y objetivos que sirvieron de impulso para su nacimiento en el año 2006, y que han sido nuestra guía en estos 10 años. Asumiendo su objetivo fundacional, el SECYR se ha dedicado a poner de relieve las características de la investigación aplicada y de la innovación tecnológica en el ámbito de la conservación y restauración del Patrimonio; para nosotros era y sigue siendo bueno el binomio CIENCIA Y TECNOLOGÍA que sustenta el axioma I+D+i. La contribución que aporta el Patrimonio Cultural a nuestra identidad como europeos, ha convertido este ámbito de la conservación de los bienes culturales en un objetivo común de las políticas de integración en el espacio de la Unión Europea. Es en este sentido, desde la perspectiva social, donde el trabajo de investigación e intervención restauradora del Patrimonio Arqueológico adquiere toda su dimensión y todo su valor, puesto que por un lado permite el mantenimiento de la memoria histórica de los grupos humanos, culturas y civilizaciones precedentes, y por otro, transfiere esa misma memoria del pasado a través de los objetos y obras arqueológicas a las futuras generaciones, actuando de ligazón de nuestra identidad como especie humana en un territorio propio entre el pasado, el presente y el mañana. Con nuestro trabajo queremos contribuir al derecho civil que cada ciudadano tiene de conocer y disfrutar de su Patrimonio, como rasgo identitario de la sociedad avanzad en la que vivimos.
 

El SECYR se ha dedicado a poner de relieve las características de la investigación aplicada y de la innovación tecnológica en el ámbito de la conservación y restauración del Patrimonio

Cuando la UAM apostó por el proyecto de constitución del SECYR con el apoyo de la Comunidad de Madrid lo hizo apostando porque la investigación en conservación y restauración se convirtiese en un rasgo reconocible y destacable de su proyección científica entre las universidades de nuestro país. Y creo que al día de hoy se puede asegurar, con la modestia que exige cualquier afirmación, que lo hemos conseguido a nivel nacional e internacional; pero sin perder de vista que ello debe ser un acicate para mejorar y progresar en nuestro trabajo.
 

El SECYR no ha surgido ni ha avanzado sobre el vacío en consecución de estos objetivos; sólo somos herederos y continuadores de una línea surgida y consolidada en Europa desde mediados del siglo XX, pero a la que ya se apuntaba en la Carta de Atenas (1931), una veintena de años antes de la II Guerra Mundial, tan dramática para los países, los hombres y el Patrimonio Europeo. A partir de los principios establecidos en éste primer documento internacional de la Restauración y de las posteriores obras de P. Coremans (1950), H.J. Plenderleith (1956), M. Hours (1964), ... quedó bien de manifiesto que la investigación necesaria para la conservación y restauración del Patrimonio contaba con el apoyo y colaboración indiscutible de las ciencias y tecnologías aplicadas. Se generaba así un territorio común, el de la conservación de los bienes arqueológicos que conforman nuestro legado, en el que no sólo se compartían responsabilidades entre arqueólogos, conservadores, restauradores, físicos y químicos, sino que desde ámbitos de conocimiento distintos se compartía, y así lo queremos seguir manteniendo, una visión multidisciplinar como la única capaz de avanzar en este siglo XXI.

A modo de síntesis, en estos 10 años de andadura el equipo del SECYR, dotado de alta cualificación, sensibilidad, capacidad y eficacia en su trabajo diario, ha conseguido unos buenos resultados, que están siendo considerados como valores y méritos propios, no sólo entre la comunidad universitaria sino en el amplio sector que hoy constituye la ciencia de la conservación y restauración del Patrimonio Arqueológico en nuestro país y también fuera de él, especialmente en Latinoamérica, donde nuestro vínculos son constantes e intensos. Estos logros han merecido el Premio Vaccea 2016, en la modalidad de Protección y Conservación de Patrimonio:
 

Puede consultar aquí la Memoria completa.