Real Jardín Botánico Alfonso XIII. UCM
Un espacio para el paseo y el estudio del mundo vegetal. Ubicado en el corazón de la Ciudad Universitaria, incluye una representación de árboles y arbustos mediterráneos, flora de ribera, coníferas, fagáceas, frondosas y algunos elementos de huerta. Destaca la lámina de agua de la que emerge un géiser, situada en la zona sur-oeste del recinto. Este espacio vegetal acoge exposiciones temporales de escultura al aire libre, algunas de cuyas piezas han pasado a integrarse dentro del conjunto propio del Jardín. Inaugurado en el otoño de 2001, fue construido sobre un proyecto dirigido por Fernando Gil-Albert.
Dirección:
Real Jardín Botánico Alfonso XIII
Avenida Complutense s/n.
Universidad Complutense de Madrid.
Metro: Ciudad Universitaria (L-6)
EMT: 82, U, G.
Horario: De L a V de 9:00 a 20:00
Julio: L a J de 9:00 a 19:30 y V de 9:00 a 18:30
Agosto: L a V de 9:00 a 15:30
Precio: Gratuito. La entrada es libre y hay posibilidad de visita guiada para grupos llamando al teléfono 913947078.
Perfil de usuario: Público general.
Materias: Botánica.
Teléfono de contacto: 91 394 22 86
En otoño de 2001 la Ciudad Universitaria vio realizado un proyecto bosquejado desde los primeros esbozos de su diseño. El Real Jardín Botánico Alfonso XIII, denominado así en honor al monarca impulsor de este entorno universitario y que de manera expresa incitó a la creación de este espacio botánico, se sitúa entre las Facultades de Farmacia y Ciencias Biológicas.

En una superficie de 50.000 m² se disponen más de 1.000 especies vegetales. Sobre un diseño del arquitecto Fernando Gil-Albert se estructura este espacio en siete grandes áreas: bosque de ribera, pinar de pino silvestre, coníferas, lámina de agua, fagáceas, hortenses y frondosas. Las plantas están identificadas mediante carteles en los que se indica la familia a la que pertenecen, el nombre científico y el vulgar.

Una gran avenida central recorre el Jardín en su diagonal, en ella están representados árboles y arbustos típicos de la región mediterránea. Desde esta avenida irradian dos sendas botánicas, donde tienen cabida las familias más representativas de la Península Ibérica, entre ellas las coníferas, de las que el Jardín mantiene una interesante selección. En el centro se encuentra una amplia glorieta, rodeada de dos semicírculos, uno de ellos está dedicado al género Quercus, y el otro alberga un huerto. Entre el huerto y la glorieta se encuentra una colección de plantas usadas tradicionalmente con fines medicinales. Toda la zona oeste esta recorrida por un riachuelo, en cuyas riberas se muestra la flora representativa de este ecosistema. El riachuelo termina en una lámina de agua, de la que emerge un gran geiser y en la que tiene cabida la flora acuática.

El recinto cuenta con dos edificios; uno de ellos, dedicado a la investigación, tiene reservado un espacio experimental -no visitable-; en él se desarrollan los proyectos de investigación botánica que requieren de espacios abiertos para albergar especies vivas en condiciones naturales, difíciles de reproducir en el laboratorio. El otro edificio, en el que se ubica la entrada principal, está destinado a servicios generales de la Universidad.


Los objetivos principales de esta institución son la conservación de la flora autóctona española, en especial la madrileña, difundir esta riqueza botánica, generar un espacio para el desarrollo de proyectos universitarios y servir de marco para el desarrollo de diversas actividades culturales. Entre las actividades culturales celebradas destacan el certamen anual de escultura al aire libre, organizado por la Universidad Complutense, algunos conciertos musicales celebrados en la glorieta central y otras exposiciones temporales (bonsáis, cerámica, etc). El espacio ha sido también utilizado para demostraciones públicas de fenómenos astronómicos.

El proyecto original de la Ciudad Universitaria realizado en 1927 por encargo de Alfonso XIII, planteó ya la necesidad de destinar un espacio central a la investigación y divulgación botánica. En el primer proyecto, encargado al arquitecto Modesto López de Otero, quedaba reflejado este espacio, estratégicamente situado entre las Facultades de Farmacia y Ciencias, a las que debía de dar servicio.

El terreno destinado a Jardín era un solar de relieve muy irregular, atravesado por el arroyo Cantarranas. Debido a la monumentalidad con la que se diseñaron los primeros planos de la Ciudad Universitaria, se hicieron necesario grandes obras de explanación y relleno de este espacio, dotando a este de una superficie plana, alejada de su topografía natural.

Hubo proyectos posteriores, como el debido al arquitecto Luis Iglesias Martí, ideado en 1992, pero fue preciso esperar hasta 1997 para que la idea cristalizase en el diseño de Gil-Albert.